Mohammed El Hafidi es un joven marroquí que llegó a Catalunya sin referentes, siendo menor de edad. Reside en el Servicio de Primera Acogida y Atención Integral ‘El Pinetó’. En 2019, cuando estudiaba por las mañanas pero tenía las tardes libres, decidió que quería hacer algo más. “Quería estudiar algún curso, o hacer alguna actividad para conocer gente”, explica. Preguntando, acabó encontrando un taller de fotografía organizado por Ruido Photo, un colectivo que muestra problemáticas sociales a través de las imágenes. Pero en este curso, Mohammed y los otros jóvenes marroquíes con quienes compartía las sesiones, no fueron solo alumnos.
El proyecto lleva por nombre Infraexpuestos y dio unas nociones básicas de fotografía a varios jóvenes del centro El Pinetó que, cuando hubieron asentado los conocimientos, los traspasaron a jóvenes del esplai GMM de los Lluïsos de Gràcia. De este modo, pasaron de ser alumnos a maestros. “Detectamos que el circuido de cursos jóvenes migrantes es reducido y se centra en lograr los requisitos que se les piden desde extranjería para conseguir la residencia. No son actividades que estén enfocadas en la persona y en sus deseos”, explica Laia Gomez, responsable de educación en Ruido Photo.
La cadena de transmisión de los conocimientos fotográficos fue solo la antesala de varias sesiones de debate, diálogo y lluvia de ideas compartida entre los jóvenes, que derivó en salidas para fotografiar personas en la calle, experimentar con la imagen y su significado y, en definitiva, estrechar lazos. Todo ello acabó tomando forma en una exposición homónima al proyecto,que ya fue mostrada en el hall de los Lluïsos de Gràcia a finales de 2019 y que el próximo 6 de febrero se volverá a poder ver en la Plaça del Nord del barrio de Gràcia de Barcelona.
“Con las sesiones compartidas vimos que, a pesar de ser jóvenes de la misma edad, tenemos oportunidades muy diferentes. Nos dimos cuenta de muchas cosas obvias que, para nosotros no suponen ningún problema pero para ellos sí”, explica Jana Serra, miembro del esplai GMM. Los jóvenes, que cuando se conocieron tenían 17 años, profundizaron en sus vidas, aquello que los unía y las cosas que les gustaban o les preocupaban. “La familia y cómo nos sentimos en casa fueron temas muy recurrentes en todas las conversaciones”, recuerda Lluís Català, también miembro del esplai.
El proyecto, que inicialmente fue de febrero a junio del 2019, tuvo continuidad y, a pesar de la pandemia, estos jóvenes se han seguido encontrando, añadiendo algunas nuevas incorporaciones. Una de ellas es Mohcine El Bouzidi, que llegó al grupo el septiembre pasado. “Estoy muy contento. No solo por aprender fotografía, sino porque me ha dado la oportunidad de conocer gente que de otra manera no conocería”, reflexiona Mohcine, quien añade que “tenemos pocas oportunidades para hacer amigos catalanes”.
Unos guantes de boxeo
Infraexpuestos nació a raíz del empujón de Ruido Photo y de dos necesidades cruzadas. Por un lado, desde el Pinetó buscaban establecer vínculos con proyectos que fomentaran la integración, y los Lluïsos de Gràcia “queríamos trabajar más la interculturalidad, para poder conocer otras realidades que en Gràcia no acostumbramos a encontrar”, explica Gemma Ramírez, monitora del esplai GMM. El resultado ha sido un trabajo “en mucha sintonía y una relación estrecha”, que se podrá ver plasmada a las fotografías que se expondrán en la Plaça del Nord.
La exposición cuenta con varias instantáneas que muestran los aprendizajes del curso y la relación establecida entre sus participantes. Retratos de los jóvenes, fotografías de las calles que transitan u objetos que los representan. Las imágenes elegidas son el mensaje que quieren explicar. Una de las actividades realizadas, que más gustó a los jóvenes, fue salir a la calle y hacer fotos a gente que no conocían de nada. “Hablamos con otras personas migradas, gente sin techo y hombres y mujeres que sí tenían casa pero habían perdido el trabajo. Conversamos sobre cómo vemos la vida y la necesidad de sobrevivir que afrontamos todos cada día. Me gustó conocer estas personas”, explica en Mohammed.
“Nos hemos entrevistado los unos a los otros, nos hemos hecho retratos para enseñar al otro cómo lo vemos”, explica Abel Capdevila, también participante del proyecto Infraexpuestos, quien explica que también fotografiaron objetos personales que, cada uno de ellos, había elegido y que expresaba de alguna manera quién era o cómo se sentía. Entre ellos había guantes de boxeo, fotografías familiares o joyas importantes. “Algunos eligieron traer carnés de identidad. Nos sorprendió ver lo importante que puede ser un DNI o un pasaporte para una persona”, apunta Abel.
Este proyecto ha servido para tender puentes entre dos mundos que viven un muy cerca uno del otro, pero que a menudo parecen separados por fronteras de prejuicios y estereotipos. A la vez, y también de la mano de la exposición, la fuerza de las imágenes servirá para dar voz a las problemáticas de jóvenes que vinieron solos pero que aquí pueden reencontrar la comunidad. “Cómo puede ser que estos jóvenes, con solo 18 añitos, tengan que sufrir tanto para tener una seguridad básica”, se pregunta Laia Gomez. “Con estas sesiones y fotografías lo transitamos juntos”, dice. Unas fotografías que aportan luz a la situación de miles de jóvenes, para que dejen de estar infraexpuestos.

