Queda menos de una semana para las elecciones al Parlament de Catalunya. He creído que sería oportuno explicar qué dicen los distintos partidos sobre la renta básica. O qué dicen a cambio. Con una restricción: sólo me referiré a cuatro partidos de izquierda en un sentido digamos muy lato. Además, se trata de los cuatro partidos de izquierda que tendrán representación parlamentaria. Estos partidos o grupos son: ERC, PSC, En Comú Podem y la CUP. La razón de no incluir a los partidos de la derecha es doble: para no perder el tiempo y por razones de espacio. Para no perder el tiempo porque sus propuestas todavía están más alejadas de la renta básica que algunas ya muy remotas de algún partido de izquierdas. Y por razones de espacio no es necesario explicarlo.
ERC. Sigue apostando por lo que hay, pero introduciendo modificaciones. Concretamente: “Seguir desplegando la ley de Renta Garantizada de Ciudadanía, ampliando progresivamente los derechos de las personas y los hogares destinatarios e incorporando los esquemas del ingreso mínimo vital del Estado…”. Más adelante se cita explícitamente la renta básica y podemos leer: “Ordenar y compactar las múltiples prestaciones para transitar hacia un modelo integral de garantía de renta básica. Hay que avanzar hacia un sistema menos asistencialista y más eficiente y empoderador: una garantía de renta básica universal que impulse la autonomía y los proyectos de vida personal y laboral de cada uno”.
PSC. “Las pensiones, las prestaciones de desempleo, la Renta Garantizada de Ciudadanía y el Ingreso Mínimo Vital son los pilares de la garantía de rentas, acompañados de las ayudas de emergencia y las políticas sectoriales que deben asegurar el ingreso familiar suficiente para poder trabajar por la inclusión social de toda la ciudadanía”. Y más adelante: “La Renta Garantizada y el Ingreso Mínimo Vital para todos que los necesitan”. Este partido también dice: “En Cataluña, desde el año 2017, disponemos de la Renta Garantizada de Ciudadanía, con un esquema similar al planteado por el Ingreso Mínimo Vital, pero la nefasta gestión de los Gobiernos de la Generalitat ha convertido esta prestación en algo inaccesible, dado el gran número de denegaciones”. La gestión nefasta de la RGC de los gobiernos de la Generalitat es una evidencia. No se menciona la gestión catastrófica del gobierno español del IMV, una gestión que ha superado las previsiones de los más críticos y escépticos ya desde los inicios de estos subsidio para muy pobres. Por otra parte, en el programa del PSC la renta básica no es ni mencionada.
EcP. Sigue apostando también por la RGC. Por ejemplo: “La Renta Garantizada de Ciudadanía, los complementos y otras prestaciones de derecho son una herramienta fundamental para asegurar la cobertura de necesidades básicas y el desarrollo de un proyecto vital propio”. Evidentemente habla de “mejorar” también la RGC porque defenderla tal como está no lo hace ni el más fanático. Tampoco hay ninguna crítica al IMV y se dice, por ejemplo, “Establecer un acuerdo con el Ministerio de Inclusión y de la Seguridad Social para la gestión del Ingreso Mínimo Vital para incorporar esta prestación a las políticas de rentas de Cataluña”. Ahora bien, a diferencia del PSC, este grupo menciona la renta básica. Y lo hace en estos términos: “avance hacia la renta básica a través de una prueba piloto a escala catalana para testear sus efectos. Debería incluir varias pruebas, entre ellas, alguna área territorial especialmente empobrecida. También podría incluir pruebas sobre nuevas formas de reparto del trabajo e implicación comunitaria de las personas combinadas con la renta básica”.
CUP. Podemos leer: “De todos los derechos, el primero debe ser el de la existencia. Hay que garantizar que la necesidad de trabajar para vivir no se imponga nunca más a la necesidad de detener la actividad económica para sobrevivir. Apostamos por una Renta Básica Universal (RBU), que reparta una porción de la riqueza del pequeño porcentaje de las personas más ricas para asegurar que nadie queda por debajo del umbral de pobreza”. Y más adelante se propone: “Hacer efectiva una Renta Básica Universal que garantice el ingreso mínimo del 60% de la renta media de la población (actualmente, unos 735 € mensuales por adulto y unos 150 € mensuales por menor)”. Por lo tanto, es la única formación política que en estas elecciones defiende claramente la renta básica. Hay que decir que esta formación también defiende una Renta Máxima, una medida a la que ninguna de las otras tres formaciones reseñadas hace mención.
Es decir, de las cuatro formaciones políticas mencionadas, una (CUP) defiende la renta básica de forma inmediata; dos (ERC y ECP) hablan con diferente intensidad de tenerla presente en el futuro e incluso una apuesta para hacer un experimento piloto en Cataluña que se añadiría a las docenas que se han hecho en todo el mundo en los últimos años, uno de los cuales por cierto en Barcelona; y una (PSC) no lo menciona ni por ahora, ni en el futuro, ni de la forma menos comprometedora.
Cada vez se van conociendo más datos del impacto económico y social de las medidas motivadas por la pandemia del Covid-19. Incremento del paro, de la pobreza y de la inestabilidad laboral ya alcanzan unos porcentajes y valores absolutos difíciles de imaginar hace apenas unos meses. Ante una situación extraordinaria la mayor parte de partidos no ya de derechas sino de izquierdas siguen repitiendo las fórmulas conocidas y que han fracasado o que, por decirlo benévolamente, han sido muy insuficientes en épocas más benignas. La “solución” es básicamente para estos partidos la siguiente: repetir, añadiendo por supuesto la palabra “mejorando”, las políticas conocidas. En una situación catastrófica para gran parte de la población no rica, seguir apostando por fórmulas que ya han dado pruebas repetidas de su ineficacia e insuficiencia no es falta de imaginación, es simplemente irresponsabilidad. El economista famoso, conservador y muy perspicaz, John Maynard Keynes, dijo que la dificultad no radica en las nuevas ideas, sino en huir de las viejas. ¿Huir de las viejas? En resumidas cuentas, más que huir la mayor parte de políticos parece que las abracen muy afectuosamente. Afortunadamente la realidad es mucho más rica que lo que hay en la cabeza de la mayor parte de políticos profesionales. La gente hace muchos cosas sin esperarlos. Dos ejemplos relacionados con la renta básica son, el primero, la Iniciativa Ciutadana Europea que comenzó el pasado mes de septiembre y que acabará a finales del año 2021, y el segundo, la Iniciativa Legislativa Popular per una Renda Bàsica de la Comunidad Autónoma Vasca.
Hubo unos tiempos no muy lejanos que la abolición de la esclavitud, el sufragio universal masculino y femenino, el derecho de huelga, el matrimonio entre personas del mismo sexo… se consideraban una fantasía. Hubo gente que pensó, creyó y luchó para conseguirlos. Ahora nos parecen conquistas normales. En su momento eran mal llamadas utopías. Una utopía es una concepción de un ideal irrealizable, y estas demandas democráticas eran realizables y hoy son muy reales. La renta básica no es una utopía, es un objetivo racional y justo. Y será realidad más pronto que tarde.

