Esta historia publicada originalmente en Estados Unidos en 2017 (The hunting accident) e inédita en España ha coronado una entrega de premios que cubre el agujero dejado por el aplazamiento del Festival de Angulema al mes de junio (24-26) con público, exposiciones y encuentros con autores y autoras si la Covid lo permite. Entre los 44 títulos de la selección oficial, las apuestas iban más bien hacia Rusty Brown (Delcourt), de Chris Ware, Kent State : quatre morts dans l’Ohio, de Derk Barckderf (Ça Et Là), o el multipremiado Peau d’homme (Glénat), de Hubert y Zanzim.
Los ganadores franceses, presentes o a distancia a través de las pantallas, aprovecharon para reclamar un mejor tratamiento y condiciones por parte del Gobierno y los responsables del sector editorial bajo la amenaza de boicotear la cita de junio. El jurado presidido por el guionista e historiador del cómic Benoît Peeters, en todo caso, fue valiente en sus elecciones. El Fauve Especial del Jurado premió la parodia de un superhéroe LGTB Dragman (Denoël Graphic), del británico Steven Appleby, colaborador de The Guardian. Los Fauves de la Audacia y de la Revelación fueron para las francesas menos conocidas Gabrielle Piquet (La Mécanique du sage, Atrabile) y Maurane Mazars (Tanz !, Le Lombard).
El quebequés Michel Rabagliati ha terminado por obtener el Fauve de la Serie en su décima declinación del mismo personaje con Paul à la maison (La Pastèque). El Premio del Público recompensó la biografía libre Anaïs Nin: sur la mer des mensonges (Casterman), de la suiza Léonie Bischoff. Y el Premio Goscinny a una carrera de guionista fue para la francesa Loo Hui Phang, que el año pasado publicó con Hugues Micol Black-out (Futuropolis), la recreación de una historia sobre el racismo en los orígenes de Hollywood, y que en 2016 ya nos había sorprendido con L’Odeur des garçons affamés y los orígenes sanguinarios de Estados Unidos con los indios y dibujo de Frederik Peeters.
Colosal ha sido la labor del editor Monsieur Toussaint Louverture que ha reunido en tres tomos de 1.500 páginas la obra del grabador sobre madera Lynd Ward. A partir de los años veinte del siglo XX, el artista ilustró con esta técnica la brutalidad del capitalismo en sus novelas sin palabras. El resultado es L’Éclaireur. Récits gravés, con epílogo de Art Spiegelman, y que ha ganado el Fauve del Patrimonio.
Ward era de Chicago, como los Fauve de Oro David L. Carlson y Landis Blair. Ambos han profundizado en la historia real del padre de un amigo del guionista, Matt Rizzo, que se quedó ciego y había compartido prisión en los años cincuenta con un célebre asesino, Nathan Leopold (quien inspiró a Hitchcock para La soga). La relación del hijo de Matt Rizzo con su padre, con pasajes donde aparecen imágenes del Infierno de Dante en la biblioteca carcelaria, hace de este relato en blanco y negro una exploración el alma atormentada americana.


