Por diferentes motivos, Laura Bassani y Laura Rodríguez entraron dentro de un programa piloto donde formarse y capacitarse para entrar a formar parte del mundo laboral tecnológico. El programa forma parte de Barcelona FemTec y busca, como ha declarado la alcaldesa del Ajuntament de Barcelona, combatir la brecha digital de género en Barcelona. De hecho, este programa se incluye entre un total de 47 medidas que tienen un presupuesto de 2 millones de euros y que están muy centradas en la formación, en la capacitación laboral y en romper el imaginario de que la tecnología es cosa de hombres.
Laura Bassani era profesor de inglés en una academia y con la llegada de la pandemia, justo el 15 de marzo, se quedó sin trabajo. Nos cuenta que ella nunca había hecho nada de código digital, pero siempre le había despertado curiosidad. Empezó a jugar con él para hacer algo durante el día y de pronto se dio cuenta de que estaba jugando desde las 9 a las 18 h. Sabiendo que esto es una industria que tiene mucha demanda de trabajo, hubo un momento en el que se planteó que quizás este era un buen cambio de carrera, que se encontraba delante de una oportunidad.
Fue entonces cuando empezó a buscar lo que se llama bootcamp, que no deja de ser un nombre inglés para referirse a cursos intensivos que dotan a los estudiantes de una excelente preparación para saltar al mercado laboral. Las características principales son las clases reducidas y un temario muy concentrado. El problema de estos cursos es que son bastante caros y Bassani no lo podía afrontar. Encontró en Factoría F5, quien ha desarrollado el proyecto posteriormente, unos cursos de verano que la convencieron. Allí se dio cuenta de que si le gustaba el mundillo y se apuntó al proceso de selección para entrar a ser parte de la prueba piloto del programa que ahora empieza.
Un programa del que se beneficiaran 50 mujeres. Como explica Laura Pérez, regidora del área de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, “se tiene que favorecer el acceso laboral de las mujeres al sector de las nuevas tecnologías”. Así, este programa específico va dirigido a “mujeres que vienen de diferentes servicios municipales y que tienen paros de larga duración, casos de violencia machista o mujeres en precariedad por diversos motivos”. Con este curso, cuenta Pérez, se busca que mujeres sin formación previa en el sector puedan formarse para ser programadoras.
Así, Bassani empezó la prueba piloto que ahora se desarrollará para 50 mujeres y ya puede certificar su éxito, ya que ya ha encontrado trabajo. “Me siento muy preparada para enfrentar el ambiente laboral porque lo estamos practicando desde el principio”, dice Bassani.

Formación exprés simulando un entorno laboral
En este sentido, como nos cuenta Guillaume Thureau, presidente cofundador y CEO de Factoría F5, quien junto a otras entidades forma parte del programa Barcelona FemTec, “el objetivo es ofrecer a 50 mujeres en situación de vulnerabilidad, una oportunidad de inserción sociolaboral de calidad en el sector tecnológico”. En Factoría F5, sigue, aportan una pedagogía activa que permite a personas que no tienen un conocimiento previo, ninguna titulación o práctica previa, poder aprender a programar en 6 meses.
En el programa de Barcelona FemTec alumnas acaban enseñando a los otras alumnas diferentes descubrimientos y así siguen aprendiendo. Además, se hace un trabajo en proyectos concretos de empresas reales y desde el inicio tienen una práctica relacionada con el ritmo laboral. Esta metodología ya es usual entre los cursos que ofrece factoría F5. Como nos explica Thureau, ya desde el 2018 imparten esta pedagogía con públicos más mezclados de personas en situación de vulnerabilidad. “Jóvenes que no tienen la eso, personas desempleadas de larga duración y de más de 45 años y ya incluyendo en prioridad públicos femeninos en un 35-40%”, dice. Y además añade que esos cursos tienen un 76% de tasa de éxito, de personas que a los 6 meses de finalizar la formación tienen un trabajo o emprenden su propio proyecto.
Ahora, con el programa de Barcelona FemTec, se han apoyado mucho en los servicios sociales del Ajuntament. “Se hizo un trabajo espectacular de comunicación desde los servicios sociales y contamos con un número muy importante de inscripciones previas”, asegura Thureau. Por ahora la mayor parte de la formación es online por el covid, pero cuando esto pase la formación será híbrida. Para él, combinar una dinámica online tiene muchas ventajas porqué se pueden masificar diferentes dinámicas, pero hacerlo también presencial en el aula es importante. Lo afirma porque “sobre todo para personas que han vivido diferentes situaciones de violencia o de lo que sea, tener una presencia física y formar parte de un colectivo, de una comunidad que se encuentra, es muy importante”. Así, estar en un coworking sirve porque durante su proceso formativo las mujeres puedan encontrar y ver como funcionan otras empresas y entender así como estas se relacionan y como los profesionales van trabajando: “es una experiencia inmersiva”, sentencia.
En este sentido, Bassani nos explica que paralelamente a su formación exprés también inicio cambios en su currículum y en su linkedin. “Eso se dice muy rápido, pero es difícil porque te cuestionas qué puedes aportar”, valora. Y es que como ella cuenta, ella puede no tener experiencia técnica, pero si profesional y desde hace más de 10 años. Este cambio fue “un proceso bastante interesante y bastante doloroso, pero salió bien”. Ahora, después de varias entrevistas, en algunas llegando bastante al final y en otras recibiendo rápido un no, ya ha sido contratada. Lo valora como un momento hermoso porque le dijeron que estaba preparada: “vi que se podía y realmente fueron 10 meses para lograr un cambio de carrera… El sector te lo permite, el curso te da todas las herramientas y yo me lo curré muchísimo, pero si se puede”. Para Bassani, la pandemia fue entonces un regalo pues le ha dado esta oportunidad en la que no habría pensado si no se hubiese quedado encerrada en casa y sin poder trabajar. Su sector, profe de inglés en las academias, la mantenía en contratos precarios, “en verano no te pagan, en las navidades tampoco, enfermabas y tampoco… y ya estaba cansada”. Ahora ve que cambiar a un sector de alta demanda que te estabiliza ha sido lo mejor.

Lo mismo valora Laura Rodríguez, otra de las mujeres que ha participado de la prueba piloto del proyecto. Conoció el proyecto a través de una amiga y sin tenerlo muy claro curioseó y se dejó convencer porque este mundo siempre le despertaba curiosidad, pero no se atrevía. Se puso a estudiar un poco para las jornadas de selección y la admitieron. Nos cuenta que con el covid la vida le cambia a una completamente. Ella venía del mundo de las artes, pero después de querer ser actriz toda su vida paró su carrera para ser y ejercer de madre. Por medio de esto, dudando del futuro en el mundo de las artes hizo 4 años de la carrera de biblioteconomía, pero la dejó a medias, “no iba a acabar una carrera con la que no me identificaba”.
Cuando su amiga le sugirió que entrara en el curso se dedicaba a la hostelería para sobrevivir, para mantener la familia, pero valoró que tenía que abrirse a otros panoramas más estables. Aunque aún no ha empezado a buscar trabajo seriamente, apunta que no duda que lo acabará encontrando. Le gustaría entrar en una compañía grande para poder seguir aprendiendo de otras personas. “Ahora que estamos terminando el curso, estamos con un proyecto real, estamos haciendo una página que es de un fotógrafo y se lo va a quedar él para darle provecho a eso y estamos generando que una persona tenga explotación de su mercado laboral”, nos cuenta Rodríguez. Quien añade que se siente útil y realizada y por fin en un sector con salidas.
Para el 8M, un plan para combatir la brecha digital de género de la ciudad
El consistorio impulsa una nueva Medida de Gobierno para promover la equidad de género en las industrias TIC de la ciudad y para potenciar el feminismo como activo en la construcción de la sociedad digital. El objetivo del conjunto de acciones diseñadas es consolidar Barcelona como una ciudad más paritaria en la creación, diseño y producción de tecnología, favoreciendo el acceso laboral de las mujeres en el sector tecnológico y repensando la tecnología con mirada feminista. Así lo han explicado la alcaldesa Ada Colau y los tenientes Jaume Collboni y Laura Pérez.
El plan contempla casi 50 actuaciones, dotadas con un presupuesto de más de 2 millones de euros, que se aplicarán en los próximos tres años. Como Colau ha manifestado, las desigualdades están en todas partes también en el ámbito de la tecnología. Así, ha apuntado que el ámbito digital es clave dado que todas las esferas de nuestra vida pasan por la digitalización. Desde el Ajuntament quieren pues que la desigualdad no se reproduzca en este ámbito digital sino que este sea punta de lanza de una perspectiva feminista que debe llegar a todas partes. Ha hablado de aprovechar los requisitos de los fondos europeos para que en cualquier proyecto de digitalización se tenga en cuenta la cuestión de la paridad. No solo entendiendo la tecnología como un motor de empleo, sino como un facilitador de las relaciones y de la creación de servicios, poniendo la mirada feminista en su diseño.
En este sentido, pero desde esta vertiente más económica, Jaume Collboni, teniente de alcalde del área de Economía, Trabajo, Competitividad y Hacienda, ha apuntado que si Barcelona quiere ser capital europea tecnológica debe hacerlo desde la igualdad de oportunidades. Un elemento que ahora no existe pues sólo el 8,6% de las profesionales en posiciones técnicas en el ámbito tecnológico son mujeres: «y esto es una disfunción y una carencia», sentenció. Además, también ha cuantificado que los sueldos del sector tecnológico son un 25% más altos que en otras profesiones y que, «a pesar de haber menos mujeres, es donde menos brecha salarial hay porque es un sector más moderno». «La economía no puede permitirse menospreciar el 50% de su talento, que es femenino», añadió. También ha explicado que más allá de algunas medidas concretas que entrarán ahora en vigor, desde Barcelona Activa ya hay una escuela que capacita a personas de otros sectores en habilidades digitales. El 40% que participan ya son mujeres. En un sector donde en las empresas hay un 8% de mujeres, que en formación haya estos porcentajes «es una buena señal».

Laura Pérez añadió que el 53% del paro en la ciudad es femenino mientras que hay un sector que está demandando y esto solo puede significar una cosa. Valora muy positivamente que se haya creado esta red de mujeres Barcelona FemTec que está financiada con 50.000 euros anuales. Una red que ha ayudado a diseñar todas las acciones presentadas en el documento.
Esta iniciativa nace también después de haber analizado que la baja presencia de mujeres en el sector y la incidencia que el desarrollo tecnológico tiene sobre la manera en que nos informan, relacionan y disfrutamos del ocio, refuerza ciertas dinámicas discriminatorias tanto de género como sociales. «La inexistencia de perspectiva de género en los productos tecnológicos, el funcionamiento de algoritmos bajo parámetros sexistas o la invisibilización de la figura de la mujer tecnóloga son algunas de las consecuencias con un sesgo de género más alarmante».
Además, han aprovechado la rueda de prensa para presentar la campaña del 8M que a través de una ilustración de la autora Carmen García Huertas representa “la ola feminista de Barcelona, de una ciudad antimachista y de mar, que ha fortalecido esta ola colectiva, diversa, imparable y combativa formada por mujeres de diferentes orígenes e ideologías para luchar conjuntamente contra las desigualdades”.


