Un año después de comenzar la pandemia del Covidien-19, ya podemos empezar a hacer un poco de balance de cómo se han agudizado las fisuras que afectan al sistema social y político predominante mundialmente, fisuras que desde la mayoría del movimiento feminista mundial habían sido denunciando: las crisis de cuidados, económicas y ecológicas producidas por un Sistema Capitalista y Patriarcal imperante, que incrementan la pobreza y las desigualdades, que disminuye los sistemas públicos de protección, entre ellos la atención sanitaria, y que dejan cada vez más poblaciones excluidas de derechos y servicios, y en el que las mujeres se encuentran en una situación aún más difícil por tener que enfrentarse a múltiples situaciones de discriminación.

Desde el comienzo de la pandemia, y desde la Red de Mujeres por la Salud, y de los colectivos que la conforman, así como otros grupos feministas y colectivos profesionales que luchan por la mejora de la salud con perspectiva de género, sabíamos que las mujeres íbamos a jugar un rol fundamental, tanto por nuestra posición en el mercado de trabajo, como en el centro de los cuidados de nuestras familias, pero que este rol no sería sin pagar un alto coste. Coste personal, coste del entorno, pero también coste como organizaciones, por el hecho de tener que trabajar con más dificultades y menos recursos. A pesar de la importancia de considerar las diferencias, existen, existen muy pocos estudios sobre el impacto de la Covid según el género y, si lo hacen, lo hacen parcialmente.

La descripción de todas las principales propuestas que se hicieron en Catalunya se publicaron en este diario en un artículo, pero ha habido poca respuesta a las demandas ante los grandes déficits del estado de bienestar y el incremento de las dificultades para la mayoría de mujeres.

Al tiempo que denunciamos la difícil situación que están sufriendo la mayoría de mujeres, también denunciamos la invisibilidad que han sufrido como trabajadoras esenciales, mucho o poco cualificadas. La importante labor de las científicas, por ejemplo, también ha sido poco visibilizada por los medios de comunicación. Queremos también poner en el centro del debate la importancia de la resistencia de las mujeres, que se expresa a través de las organizaciones del movimiento feminista, en general, y de las organizaciones de mujeres y salud, en particular.

 

Algunas de las reivindicaciones han sido:

  • Las reivindicaciones en torno a la defensa de los Derechos sexuales y reproductivos, expresadas el 4 de marzo en Catalunya (Lleida, Manresa, Barcelona … y otras ciudades) a través de la convocatoria de movilizaciones en varias ciudades con el manifiesto Aborto Libre, gratuito y partes , donde se denuncia todas las dificultades que existen en la aplicación de la Ley 2/2020, y las insuficiencias de ésta, al tiempo que se conoce que el 42% de los ginecólogos del sistema público SISCAT se niega a practicar abortos.
  • Hay territorios como Lleida donde esta objeción oscila entre el 67% y 91%.
  • La defensa de la Maternidad, desde la libre decisión de cómo tener un hijo fuera de imposiciones que pretenden ser científicas, cuando se ha demostrado que algunas prácticas impuestas (separación de madres e hijo, aislamiento de la mujer al parto, episiotomías, exceso de inducciones, de cesáreas) no lo son, y que sólo provocan ciertas patologías y más sufrimiento para mujeres y niños.
  • Cada vez está más aceptada la existencia de Violencia Obstétrica y la lucha para su erradicación, pero también las dificultades para la crianza. El manifiesto de las Petras defendiendo que ‘maternar’ es un acto político. Explica como durante la pandemia se han acentuado muchas de las prácticas que ya se creían erradicadas en Catalunya y cómo, al mismo tiempo, algunas leyes estatales que se han hecho para mejorar el tiempo de crianza, no lo hacen en todas las situaciones, y no han sido suficientemente consultadas. Así, con el permiso igualitario para los padres no se ha considerado el tiempo de recuperación de las mujeres, y en el caso de las madres monomarentales los bebés se ven privados de más tiempo de cuidado.
  • En el mundo del trabajo, el manifiesto que ha realizado la S. de las mujeres de CCOO plantea que la crisis sanitaria ha puesto en evidencia la esencialidad de las tareas de cuidado de las personas y de sostenibilidad de la vida, trabajos que corresponden a profesiones muy feminizadas. Unas tareas muy exigentes, tanto mentalmente como físicamente, que merecen mejorar sus condiciones laborales, ya que el valor de su trabajo no se corresponde con su salario.
  • Hay que poner la mirada también en las mujeres migrantes, que hacen muchas de estas tareas. En una gran parte no son reconocidas y, ni como ciudadanas ni como trabajadoras, están pendientes de procesos de regularización y trabajan en negro, sin derecho a prestaciones ni ayudas e, incluso, sin derecho a voto. Los datos que nos aportan CCOO son que, a pesar de su inevitable presencia en el trabajo, la tasa de desempleo de las mujeres durante 2020 ha subido cuatro puntos, mientras que el de los hombres se ha incrementado sólo en un 2,88%. El cuarto trimestre de 2020, había trabajando en Cataluña 66.700 mujeres menos que en el mismo periodo del 2019.
  • Y, por último, queremos mostrar las dificultades para sobrevivir como organizaciones y para poder llevar las manifestaciones a la calle, siendo algunas administraciones cómplices de políticas que quieren callar el movimiento feminista, culpabilizando a las mujeres, sin tener argumentos sólidos, como se ha hecho desde de la Comunidad Autónoma de Madrid.

 

Referencias

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