La realizadora francesa Alice Diop, en su despacho con un cartel del célebre fotógrafo y documentalista Robert Frank  | PIERRE LINHART

Este espíritu sintetizado en el título Nous, como cuestionamiento de la identidad francesa en 2021, le valió en marzo pasado el premio en la sección paralela Encounters de la Berlinale. Diop, nacida en 1979 en la Cité de los 3000 de Aulnay-sous-Bois -una de las estaciones más populares y mestizas de la línea-, continúa escarbando en imágenes la realidad que le rodea después de seis otros documentales y de haber recibido el César al mejor cortometraje en 2017 por Vers la tendresse (Hacia la ternura).

Hacemos la entrevista por teléfono, a la espera de que Nous sea emitido en la cadena Arte en otoño antes de su salida en las salas. Y si aparece el lado militante de la realizadora (forma parte del Colectivo 50/50 para promocionar la igualdad de hombres y mujeres y la diversidad en el cine y el audiovisual), es reivindicándolo a través de sus películas y desconfiando de ideas reductoras cuando se le cita otras directoras negras francesas como Maïmouna Doucouré (Mignonnes, 2020), y donde hubiéramos podido añadir a Mati Diop (Atlantique, 2019). Es por ello que la discusión sobre este nosotros no es ni cerrada ni petrificada.

Imagino que un premio como el de la Berlinale justifica los esfuerzos hechos para una película como Nous, la más larga que ha realizado, y esto le aporta confianza en su trabajo.

“Sí, finalmente mis películas son bastante largas como mi precedente ‘La Permanence’ (‘La permanencia’). No cuento con un recorrido clásico. Empecé por el documental. Gané un César por un cortometraje, pero de hecho no he pasado por la vía tradicional de la ficción, que se inicia por el cortometraje antes de ir a parar al largo. Ya hace más de quince años, incluso veinte, que hago películas documentales. Estoy contenta porque ‘La Permanence’ también recibió el premio del Instituto Francés Louis Marcorelles en el festival Cinema de lo Real de París, y ha circulado mucho en otros festivales… Y el premio de Berlín consagra un recorrido, otorga una luz a mi carrera”.

En Nous, muestra a partir de la línea B del RER parisino todas las vertientes de lo que quiere decir nosotros en Francia. ¿Cree que aún se está lejos de este nosotros que agrupa a todos los ciudadanos del país?

“De hecho, el ‘nosotros’ es una cuestión que hago. Es una pregunta, es una duda, es una provocación, es una utopía también. La película hace entrar en su cuadro gente que se ignoran unos a otros la mayor parte del tiempo, aunque vivan en el mismo territorio. Son unos habitantes que, finalmente, saben pocas cosas unos de otros. Esta cuestión del ‘nosotros’ es ambigua. Por un lado, es una realidad que ya está aquí porque todos ellos viven en Francia, forman parte de la comunidad nacional. Pero muchos no lo saben. En definitiva, el ‘nosotros’ del título es una reflexión alrededor de este concepto que es eminentemente político”.

Es verdad que en la línea B se cruza gente bastante diferente. Pero esta gente se ignora en un departamento del Sena Saint-Denis tan complejo. Son mundos que se ignoran en el día a día.

“Sí, la película propone la representación de una periferia que es bastante diferente de lo que se tiene la costumbre de ver en el cine y en la actualidad de los medios de comunicación. Es una visión muy singular, muy íntima, muy subjetiva. Incluso este Sena Saint-Denis que muestro no es únicamente el de los polígonos de pisos, de los problemas sociales, de los problemas de violencia. Lo que me interesa es más bien otra cosa. Y es parte también de la realidad: el Sena Saint-Denis de las pequeñas viviendas unifamiliares de Drancy, los lugares alrededor de las estaciones y bajo los puentes donde viven todas estas otras comunidades de sin papeles. Pero también es la periferia muy chic, burguesa blanca del sur de la línea. La película propone interrogar a fondo la representación habitual, desde una toma subjetiva”.

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