Lo último que quedó de Can Sampere fue una pequeña caseta de los payeses, usada hasta los años setenta en el Campo del Nou Sardenya del C.E. Europa como vestuario visitante.
Desapareció con la remodelación por completo del terreno de la antigua masía. El club graciense pudo conservar su coliseo, no así el Hispano-Francés, perjudicado y olvidado en toda esta gigantesca operación con trampa, pues pese a su trascendencia edilicia pocos son los paseantes capaces de captar cómo la transformación de la zona implicó la creación de una gigantesca manzana comprendida entre Camèlies, Pau Alsina, Sardenya y Providència, frontera entre Gracia y el Baix Guinardó hoy en día, límite entre la Villa y Sant Martí hasta 1897, con el torrent de la Partió como supremo confín, muestra de un universo extinto, sólo intuido por la frondosidad de la vegetación.

Lo más curioso de la Isla Europa, así se la denomina en archivos de arquitectura, es su pasmosa rotundidad en lo de pasar desapercibida. Durante las dos últimas décadas he visitado distintos apartamentos de la misma o me he sentado en infinitas ocasiones en sus múltiples escalinatas de acceso, sin meditar mucho sobre ese entorno, casi como si este quisiera ocultar su estructura, algo también debido a un engaño esencial: el rascacielos omnipresente desde las alturas de Can Baró y el Carmel, mole vertical de Francesc Mitjans, uno de los arquitectos más significativos de la posguerra barcelonesa.
Mitjans fue un pionero de su oficio en los cuarenta con el bloque mastodóntico, imitado a posteriori por otros compañeros, del carrer del Mestre Pérez Cabrero, de fachada estilizada como antesala a la longitud de tantas habitaciones concentradas en una sola finca justo al lado del Turó Park, uno de sus barrios de predilección donde, entre otros, cabe citar la genialidad, tan original como para establecerla en el Upper para no molestar el legado anterior, de la Clínica Soler Roig.

Mitjans tuvo una trayectoria longeva y casi única. En la periferia vimos hace unos meses su trabajo en las fábricas Alchemika y Costa-Font del carrer de Freser, santo y seña de la transición del Camp de l’Arpa hacia Navas, por su chimenea. Más tarde, durante los cincuenta, se implicó en la Illa del carrer Escorial junto a Oriol Bohigas. Este proyecto, horrible por su monumental frontispicio, es otra perla a remarcar por el patio trasero para sus vecinos, quienes a buen seguro deben valorarlo por su funcionalidad, indiferentes a las protestas estéticas de los caminantes.
El conjunto del carrer Escorial, otro limes urbano, reemplazó la masía de Can Comte, y lo mismo se repitió con la Illa Europa. Todas estas operaciones de llenar huecos son típicas de ese momento histórico, y podríamos fijar su inicio con la Urbanización Meridiana de los años cuarenta, aún con esa atmosfera de Barcelona años veinte, jardines ingleses para gentes humildes reemplazados con la entrada del nuevo decenio por otro tipo de concepción mucho más proclive a la densidad demográfica mediante sucesiones de inmuebles de muchos pisos, como acaeció en Torre Llobeta, o la reformulación del concepto de manzana de Ildefons Cerdà para aprovechar el vacío y llenarlos de una cierta vanguardia de ese instante.

La documentación disponible en el Colegio de Arquitectos enmarca dos fases en la ordenación de la Illa Europa. En la primera, comprendida entre 1969 y 1970, Mitjans debió llevar la batuta, mientras a partir de 1972 colaboró Josep Esteve Armengol. El resultado, siempre según esta fuente, conllevó crear quinientos nueve apartamientos, veintidós locales y un parking subterráneo, por no mencionar su vistoso y casi reservado, es bastante difícil entrar, patio interior, sobrio por la preponderancia del blanco, impresionante por la cancelación del horizonte y extraño por su mobiliario urbano, coherente con la estética propugnada, sin aspavientos.

La causa de la relativa discreción de esta isla se debe al mismo vaivén de sus calles. En Pau Alsina, hasta hace poco Secretario Coloma, potencian el punto de fuga hacia Providència, y al ser un tramo con bastante circulación automovilística los viandantes van a lo suyo, sin mirar hacia arriba ni a los laterales. En Sardenya, en uno de sus trechos más heterodoxo, los coches invaden tanto la contaminación acústica que pocos son los valientes con arrestos para trasladar sus pies en ese ángulo. El más notorio es el de Providència, donde puede apreciarse un sutil capricho de Mitjans, pues si el inicio de esta peculiar cuadrícula es vertical, aquí el remate es de una horizontalidad con ribetes sinuosos para dar ritmo a esa fachada enclavada entre un edificio firmado por Bohigas en Providència y la escasa naturalidad, no en vano fue una avenida surgida de la nada, de Pi i Margall, a la espera de su reforma para ser una pasarela verde hacia la montaña.
Nunca antes lo había pensado, pero la cronología siempre es una amiga muy fiable cuando te enfrascas en estudios de cualquier tipo, y aquí no podía ser menos. Mitjans redundó en su rascacielos del Europa desde otra perspectiva en el complejo de Roma 2000 del carrer de Tarragona, donde los triplica mientras los acompaña de otras tres trillizas horizontales, si se quiere una preparación para su obra más monstruosa: L’Estel de avinguda Roma, un incordio desde los miradores de Montjuic, no como Roma 2000, sustituta del cuartel de artillería de Sants y ambiciosa porque todo ese núcleo se disponía a metamorfosearse a lo grande entre la muerte del Matadero, ganando la ciudad su homónimo parque, y el traslado de la Estació de Sants a su actual emplazamiento.

La Illa Europa sí, ejerce de frontera, aunque nadie es muy consciente de la misma. Desde Pi i Margall siempre me pregunto por tantas anomalías viarias en la cercanía, con cuestas elevándose hacia la travessera de Dalt en un laberinto precioso. Dejo atrás Providència, subo hasta la plaça d’Alfons X el Savi y respiro aliviado al alejarme de mi objeto de estudio, invisible desde la ronda del Guinardó, pletórica en su unidad desarrollista, desdeñada por apartarse sus prodigios de un canon soporífero y oficial.



2 comentaris
Qui va ser el promotor d´aquests edificis ?
Fue un pelotazo de Porcioles?