Yo puedo decir que desde mi celda yo veía la gente que iba hacia la Jonquera – porque era una ventana pequeña que daba a la carretera – y pensaba: ¡ostras cuánta gente! Pero al darle vueltas, ya al atardecer, pensaba: esto no es Cataluña. Sí que hay mucha gente intentando paralizar la frontera en contra nuestra sentencia, pero no es todo el país. Por lo tanto, tampoco éramos suficiente entonces. Ésta relfeixión que Dolors Bassa explica en la entrevista sintetiza su pensamiento después de tres largos años que ha pasado en prisión. “Yo estoy muy de acuerdo con lo que hemos hecho con ERC, pues hemos llegado a la conclusión que necesitamos más tiempo para ser más y mejores. No nos negamos a la unilateralidad, pero nuestro proceso es multilateral. Además, si todavía no hemos ni empezado a negociar, ¿por qué se asume que fracasará? “

¿Cómo está?

Mucho mejor que cuando estaba adentro. No es libertad plena, porque hay cosas que no podré hacer, como por ejemplo volver al trabajo que tenía como jefe de estudios de una escuela concertada. Tengo antecedentes penales y no puedo ir a todos los lugares donde querría. Pero poder tener el goce del día a día de poder hacer lo que quieres en el momento que quieres no tiene nada que ver con estar dentro de una prisión.

¿Cree que la experiencia en la prisión le hará sentir este goce vital durante el resto de su vida?

Yo creo que sí, que la prisión o una gran enfermedad es una sacudida que te hace valorar lo que es importante y lo que es imprescindible. Yo llegué a la conclusión que lo imprescindible es la cotidianidad de poder vivir el día a día del entorno con la familia y las amistades, y también la necesidad de perder más el sentido material de las cosas, algo que quizás no te das cuenta o valoras tanto cuando no has pasado por una cosa así.

Ha pasado tres años y cuatro meses en prisión. ¿Está cansada de la política? ¿Qué ha cambiado de la Dolors Bassa antes de entrar a prisión respecto a la que sale, en el sentido de ideales y de pensamientos?

Yo creo que no ha habido ninguna modificación respecto aquello que pensaba antes de lo que pienso ahora. Siempre he creído que la política es el día a día. Yo, que soy maestra, soy consciente que cuando explicas un tema de una manera u otra ya estás haciendo política. Respecto a mis convicciones, creo que es un denominador común de las que hemos estado en la prisión, exilio, o represaliadas, que la injusticia se hace tan explícita y palpable que las posiciones previas se fortalecen. Yo era psicopedagoga de trabajo, pero con convicciones feministas e independentistas. Ahora, estas convicciones son más firmes.

Durante los meses en que las negociaciones por los indultos parecía que se tenía que resolver a principios de año, pero pasaban los meses y no acababan de llegar… ¿Qué pensaba usted? ¿Confiaba?

Confiar no he confiado nunca en nada. En la prisión aprendes a no hacerte expectativas, porque las expectativas te hacen daño. La negociación fue mentalmente muy dura por nosotros. Sabíamos algo, lo que nos podía ir explicando por ejemplo Jaume Asens. Yo sabía que la UGT había pedido el indulto para mí, y yo estaba muy contenta, porque creía que en la prisión no hacíamos nada y que podíamos hacer mucho más trabajo fuera que dentro. Pero los inputs que nos llegaban eran por los medios de comunicación y eran contradictorios, y esto fue un sufrimiento. Yo no lo viví nada. De hecho, no hice la bolsa hasta el mismo día por la mañana porque no veía claro que pudiéramos tener el indulto.

“poder tener el goce del día a día de poder hacer lo que quieres en el momento que quieres no tiene nada que ver con estar dentro de una prisión” | Pol Rius


¿Cree que sin la presión de la representación catalana de Unidas Podemos habría sido posible?

Es una suma de factores, pero es cierto que Unidas Podemos lo dijeron desde un principio, y en especial en Jaume Asens, que trabajó mucho para que se dieran los indultos y para hacer una reforma del código penal. ERC consiguió que la otra parte asumiera que había un conflicto político, y la presión del Consejo de Europa, de Amnistía Internacional, la movilización en Catalunya… La suma de los factores lo hizo posible.

¿El PSC lo ubica usted en el bloque establecido del 155 o cree que se puede hacer algo con ellos? Es decir, ¿cree que en un futuro próximo podrá volver a ser concebible una alianza tripartita entre Comunes, PSC y ERC?

A mí me cuesta ubicar el PSC como una fuerza que participe de una alianza de partidos de izquierdas. El PSC continúa todavía con un argumentario muy parecido al que tenía después del uno de octubre. Yo desde la prisión he tenido más relación con el PSOE que con personas orgánicas del PSC, pero en cambio he recibido muchas cartas de militantes del PSC, sobre todo con los que compartíamos afiliación a la UGT. Ninguna de las personas relevantes del PSC ha hecho ningún detalle para venirnos a ver, aunque con algunas he tenido mucha relación. Esto, sumado con algunas de las declaraciones que voy escuchando, me cuesta mucho pensar que van a cambiar, pero no digo que no lo puedan hacer.

Ha tenido que vivir la época más dura de la pandemia entre rejas. Las prisiones son lugares opacos desconocidos por la gran mayoría de la población, y pocas veces la gente que entra y sale tiene su presencia mediática: ¿Que ha aprendido de la prisión, qué cosas le han sorprendido?

Yo antes de entrar, lo reconozco, no sabía nada del sistema penitenciario. Creo que una de las cosas importantes es que se visibilice. Es opaco, como comentaba usted, y yo también le digo que es obsoleto. Tenemos que poder hacer una introspección y preguntarnos porque tenemos las prisiones alejadas de los centros, con poquísima posibilidad de formación, y porque hay tan poco acompañamiento e inserción laboral. El sistema penitenciario debe de cambiar de arriba a abajo, y, sobre todo, con relación a las mujeres.

El sistema penitenciario debe de cambiar de arriba a abajo, y, sobre todo, con relación a las mujeres

¿Por qué?

Pues porque todo está pensado para los hombres. En mi prisión éramos entre 35-40 mujeres y 800 hombres. En el mundo capitalista donde vivimos todo está pensado para la cantidad, desde los productos que podías comprar en el economato, hasta el tipo de actividades que se hacen… Todo estaba pensado para la gran mayoría, es decir, para hombres. Esto se tendría que cambiar.

Se ha hablado mucho menos de las presas que de los presos. Lledoners era conocido para todo el mundo, mientras Puig de les Basses tenía poca presencia mediática. Carme Forcadell dice que sale más feminista de presión de lo que entró. ¿Y usted?

Yo diría que más feminista no, porque cuando entré ya lo era mucho. En el mundo laboral he trabajado toda mi vida en algo muy explícito como es la discriminación por razones de género… Pero en la prisión sí que te das cuenta que más que discriminación hay victimización. Muchas de las mujeres que hay son víctimas, o bien porque son víctimas de género, de la drogodependencia, o de un sistema capitalista el cual no le ha proveído de ninguna red de seguridad. Además, se las victimiza por ser madre y mujer, y esta parte hay que reivindicarla. Yo siempre digo que de las 40 que éramos, dos o tres sí que habían cometido un delito para quedarse, pero todas las otras, si rascas, era que habían llegado al delito por cómo habían sido tratadas previamente por la sociedad.

Pero la Generalitat tiene competencias en el ámbito penitenciario, y ustedes están en el Govern. ¿Por qué no hace nada para cambiarlo?

Bueno, yo no estoy en el Govern, ¡eh! (ríe)

De acuerdo, le pregunto en representación de ERC.

Sí, sí. Yo creo que con el sistema penitenciario hay muchas y muchas tareas pendientes. Se tiene que decir, también, que en Cataluña estamos más avanzados – como mínimo por aquello que yo pude vivir – en España. Ahora bien, el tema que creo que nos tendría que ocupar más tiene que ver con la prevención, a aquello que pasa antes de entrar al sistema penitenciario. Por ejemplo, la Renta Mínima Garantizada que se implantó cuando yo era consejera era fundamental para mejorar o resolver parte de estos problemas, a pesar de que no puedo decir que en la implementación haya ido fantásticamente. Hay gente que llega al delito porque no tiene ni un mínimo.

Sobre la gestión de la pandemia quiero preguntarle qué opina del trabajo de su predecesor Chakir el Homrani en la Consellería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, altamente criticada por la gestión de las residencias durante los primeros meses. ¿Hablaba con él en aquellos momentos?

Sí, con Chakir somos amigos. Una vez al mes o cada dos meses venía a verme a la prisión y me explicaba cómo estaba la situación. Pienso que pasó por una situación muy complicada, y que la pandemia puso de manifiesto problemas estructurales en el sistema de residencias. Yo no valoro, ni critico, ni no critico lo que hacen mis compañeros. Seguro que si yo hubiera estado al frente hubiera hecho cosas diferentes. La pandemia era una cosa imprevisible.

¿Pero hay un análisis a día de hoy de lo que no funcionaba correctamente del sistema de residencias? ¿Qué se debería cambiar, por ejemplo, de cara una próxima pandemia?

El modelo tiene que ser más socio sanitario. Esto está claro. Uno de los problemas es que las residencias, o muchas de ellas, son concertadas o privadas. El otro problema era que la sanidad no estaba dentro de las residencias, y creo que si hicimos bien algo fue traspasar la gestión de la sanidad. También hemos tenido un modelo basado en macro residencias, como si fueran hospitales, y tenemos que avanzar hacia un modelo más parecido a las casas donde se establezcan relaciones más familiares. Personalmente creo que la vertiente de la sanidad de la gente mayor – y esto incluye las residencias – tendría que ser totalmente público.

 

Creo que la vertiente de la sanidad de la gente mayor – y esto incluye las residencias – tendría que ser totalmente público

 

Hablamos de la situación política. Usted ha declarado que confía en la Mesa de Diálogo. ¿Exactamente en qué sentido confía?

Bien, yo confiar ya no confío en nada, pero sí que tengo esperanza. En la prisión he aprendido que lo importante es el día a día. Pero sí que tengo esperanza, por qué si no, ¿Cuál es la solución?

¿Pero en qué tiene esperanza?

En que haya una negociación.

Pero la negociación ya se sabe que se dará. Ahora bien, si de lo que se trata en esta nueva etapa es la de no rehuir de las verdades políticas que tienen consideración la actual correlación de fuerzas, se hace difícil pensar que gobierno de España cederá en el corto en la propuesta del referéndum.

¿Por qué? Puede pasar que de aquí poco en Escocia haya un segundo referéndum… Entiendo la pregunta, pero hay muchos inputs del entorno que hacen pensar que aquello que pueden haber dicho que no, de aquí a un tiempo sea que sí. Yo lo que tengo claro es que nosotros tenemos clara la propuesta que llevamos, y una negociación siempre empieza así. Se ponen dos propuestas encima la mesa y hablamos. No estamos cerrados a nada. Es evidente que se tienen que mover.

El escenario a dos años vista que presenta Junts por Catalunya en el hipotético caso que la mesa no dé sus frutos es el de “preparar un nuevo embate democrático”.

Bien, está claro que tenemos que tener preparado en el caso de que haya inmovilidad al otro lado. Pero yo también me hago la siguiente pregunta: ¿Ahora la sociedad catalana está más preparada del que estaba en 2017 para ir a un embate contra el Estado? Yo pienso que no. Por lo tanto, nos tenemos que reforzar. Yo estoy muy de acuerdo con lo que hemos hecho con ERC, pues hemos llegado a la conclusión que necesitamos más tiempo para ser más y mejores. No nos negamos a la unilateralidad, pero nuestro proceso es multilateral. Además, si todavía no hemos ni empezado a negociar, ¿por qué se asume que fracasará? Yo no soy negativa, y menos ahora que he tenido tres años para hacer una reflexión profunda del que ha ido pasando. Yo continúo teniendo esta esperanza, que no quiere decir confianza.

 

Yo no soy negativa, y menos ahora que he tenido tres años para hacer una reflexión profunda del que ha ido pasando. Yo continúo teniendo esta esperanza, que no quiere decir confianza

 

La comunidad internacional ha avalado la gestión de Pedro Sánchez sobre Catalunya, o, al menos, mucho más que la gestión de Rajoy…

Porque Pedro Sánchez también se ha movido, no ha hecho lo mismo que había hecho el PP antes. En octubre del 2017 nuestra propuesta siempre fue de diálogo y de negociación, no hubiéramos acabado en la vía unilateral si al otro lado hubiera habido un mínimo de diálogo. Lo han apoyado a partir del momento en que se ha movido.

“¿Ahora la sociedad catalana está más preparada del que estaba en 2017 para ir a un embate contra el Estado? Yo pienso que no.” | Pol Rius

Pero que la comunidad internacional se ponga del lado del tipo de gestión que hace Pedro Sánchez en contraposición a la gestión hecha por el PP – que saben que es explosiva y que genera mala publicidad – no implica necesariamente que prefieran apoyar el independentismo a la derecha española, puesto que al final los estados están protegiendo sus propios intereses…

Cierto. Yo creo que hay una cosa que sí que hemos aprendido y es que Europa es la Europa de los estados y no la Europa de las naciones, y que es la Europa económica y no social. Entonces tenemos que combatir y continuar luchando sabiendo esto, sí. Es verdad que ahora, mirando retrospectivamente y analizando toda la fuerza que había al otro lado lo haríamos diferente, y esto lo he dicho siempre.

 

Hay una cosa que sí que hemos aprendido y es que Europa es la Europa de los estados y no la Europa de las naciones, y que es la Europa económica y no social

 

En el último programa del FAQS en TV3 fue invitado David Madí, un poco en representación o con el interés de conocer la parte opaca del Procés: las cosas que todavía no se pueden decir, como quién organizó el referéndum, quien había detrás de Tsunami Democràtic… ¿Cuándo cree que se podrán saber las verdades detrás de estos hechos?

Cuando no haya la espada de Damocles de la represión que te amenaza con la prisión y la represión. Yo entiendo que gente como David Madí o Xavier Vendrell no pueden hablar porque están en medio de un proceso judicial. No se pueden expresar libremente porque nos han recortado la libertad de expresión. Por otro lado, creo que la gente que hemos estado en prisión hemos perdido este miedo. En todo caso, tiene que pasar un tiempo para que podamos explicar qué pasó con temas como el Tsunami Democràtic. Yo puedo decir que desde mi celda yo veía la gente que iba hacia la Jonquera – porque era una ventana pequeña que daba a la carretera – y pensaba: ¡ostras cuánta gente! Pero al darle vueltas, ya al atardecer, pensaba: esto no es Cataluña. Sí que hay mucha gente intentando paralizar la frontera en contra nuestra sentencia, pero no es todo el país. Por lo tanto, tampoco éramos suficiente entonces.

Usted además de ser militante de ERC, también ha tenido otra militancia con el mundo sindical de la UGT. ¿Cuán de importante ha sido por usted esta segunda militancia (primera en el tiempo) y cómo valora el futuro de los sindicatos en la era de la robotización, la externalización y la individualización?

En el ámbito personal, la afiliación a un sindicato es lo más importante que me había pasado. En la UGT aprendí a defender los derechos, a negociar, a tener contacto con gente de diferentes ideologías que se unen para defender unos derechos. ¿Qué ha pasado? Que nos ha faltado conciencia de clase. Hemos ido avanzando hacia una sociedad más capitalista y más individualista, y nos ha engañado lo que se ha denominado “clase media”. Algunos pensábamos que ya lo éramos y teníamos todo, pero a la que vinieron males tiempos y estuvimos unos meses sin cobrar, de repente todo se hunde. Creo que los sindicatos se han atomizado, pero siguen siendo imprescindibles.

¿Qué cree que tendría que cambiar el mundo sindical?

Igual que fueran menos sindicatos corporativistas y más sindicatos de clase. Que sean capaces de defender lo que es laboral concreto y lo que es social general. Evidentemente que hay de haber cambios en los sindicatos, pero a estas alturas siguen siendo las organizaciones mejor preparadas para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Yo, para poner un ejemplo, uno de los debates que he tenido con sindicalistas es que en el sistema educativo no haya ninguna explicación de qué son y qué hacen los sindicatos. Muchos jóvenes solo conocen los sindicatos cuando tienen una dificultad laboral. Aquí se tiene que hacer una reflexión profunda de hacia donde tenemos que ir.

 

“Hemos llegado a la conclusión que necesitamos más tiempo para ser más y mejores. No nos negamos a la unilateralidad, pero nuestro proceso es multilateral.” | Pol Rius

Cómo ha explicado antes, usted estuvo al frente de la Consellería en la implementación – con algunas dificultades – de la Renta Mínima Garantizada (RMG). En este sentido le pregunto sobre la propuesta de la Renta Básica Universal que, en principio, forma parte del pacto de Gobierno con la CUP.

En teoría estoy totalmente de acuerdo. Antes de esto: la RMG costó mucho implementarla, porque era la primera vez que se hacía un derecho subjetivo, no solo de personas, sino de unidad familiar. Ahora, pasado este tiempo desde el 2018 hasta ahora, yo creo que no se ha acabado de implementar bien, sea por los problemas burocráticos o por cómo ha evolucionado la sociedad. Lo que no podemos tener, en todo caso, son las bolsas de pobreza tan importantes que tenemos. Por lo tanto, estaría totalmente de acuerdo de avanzar hacia la Renta Básica, hecho que implica que tenemos que redistribuir totalmente los recursos que hay, y modificar el presupuesto y la política fiscal de manera sustancial. Pienso, además, que si todo el mundo tuviera este mínimo la sociedad en general mejoraría. No tengo ninguna duda. El empresariado mejoraría porqué podría escoger libremente a quién quisiera, y el trabajador porqué sabría que tiene una supervivencia económica que le permitiría buscar el trabajo adecuado.

Acabamos: ¿qué planes tiene por las vacaciones de agosto?

Pues mire, en julio he estado ocupada con actos diversos, y el agosto me lo pienso coger para mí. Intentaré disfrutar del paisaje, estaré por mi tierra del Ampurdán, iré a la montaña y haré un poco la mía. Entonces, tendré que buscar trabajo de cara el mes de septiembre, porque a causa de la inhabilitación no puedo volver a mi trabajo por lo que tendré que buscar otra. No me podré jubilar como había pensado, porque si pudiera lo haría ya (ríe). 

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