Un porcentaje alto del electorado (71%) cree que EEUU va por mal camino. El índice de aprobación de Joe Biden sigue al mínimo de su presidencia, entre un 42 y 45% según la encuesta. La inflación se ha disparado, los precios de la energía no paran de subir y problemas de las cadenas de abastecimiento provocan la ausencia de bienes en tiendas y comercios. La criminalidad también ha aumentado considerablemente. El paro se mantiene en un nivel bajo y disminuyó al 4,8% en septiembre. Pero en muchos sectores industriales, la construcción, y el transporte de mercancías y personas no hay suficiente personal calificado. El ejemplo más ilustrativo es el de docenas de barcos llenos de importaciones frente a los puertos de California que no pueden ser descargados por carencia de trabajadores cualificados. El PIB ha crecido sólo un 2% a ritmo anual en el tercer trimestre, una ralentización sustancial respecto al 6,3% del primer trimestre y el 6,7% del segundo. El consumo privado bajó en el tercer trimestre y los problemas de las cadenas de aprovisionamiento afectaron a la producción y distribución de bienes.
Porcentajes altos de estadounidenses censuran la política económica, exterior y de inmigración de la administración Biden. En el último sondeo del Washington Post (medio cercano a los Democratas) la cuota de satisfacción con la gestión de Biden es del 45% y destaca que entre los votantes independientes (no registrados ni como Demócratas ni Republicanos) sólo goza del apoyo de un 39%. El voto de los independientes es decisivo. Biden superó a Trump por 13 puntos en este grupo demográfico. Según la última encuesta de la NBC, el 71% de los estadounidenses (y 48% de los Demócratas) piensa que el país no va por el buen camino. Solo un 42% está satisfecho con Joe Biden y un 60% censura su gestión de la economía. En la última encuesta de NPR – Marist, un 41% de los Demócratas consideran que Biden no es el candidato adecuado para su partido para las presidenciales de 2024. El decreto que obliga a vacunarse o a someterse a pruebas de Covid-19 con mucha frecuencia a todos los empleados del gobierno federal y de empresas con más de 100 trabajadores afecta a 100 millones de personas. Pero no convence a todo el mundo. Muchos sindicatos de policías, bomberos y enfermeros se oponen a ello. Varios estados les han recurrido hasta ahora sin éxito en los tribunales. En Nueva York y otras ciudades personal sanitario, policías y bomberos están dispuestos a ser despedidos antes que tener que vacunar. En parte por falta de personal, las líneas aéreas han tenido que cancelar miles de vuelos. Por ahora tanto el paquete para financiar infraestructuras de transporte por valor de 1,2 billones de dólares como el más ambicioso de 1,75 billones con muchas ayudas sociales no son aprobados en el Congreso por las divisiones entre las alas moderada y más radical del Partido Demócrata. El de 1,2 billones para los próximos diez años renovaría y modernizaría infraestructuras de transporte (carreteras, puertos, ferrocarril) y banda ancha. El Senado lo aprobó en agosto por 69 a 30 en una votación en la que 19 Republicanos se sumaron a los cincuenta Demócratas. Pero el ala más progresista del partido no está dispuesta a apoyar el proyecto de ley en la Cámara de Representantes si al mismo tiempo no se tramita el segundo paquete de 1,75 billones. Inicialmente pedían 3,5 trillones para financiar generosas bajas pagadas por paternidad y maternidad, vacaciones pagadas garantizadas, deducciones fiscales para familias con hijos, escolarización para niños de 3 a 4 años, universidad gratuita e inversiones para combatir el cambio climático. Ningún senador o congresista Republicano votará por el paquete más ambicioso, que se llama Build Back Better. Los Republicanos argumentan que sumando todos los paquetes de estímulo adoptados desde marzo de 2020 y el Build Back Better se añadiría un total de 6,6 billones de dólares a la deuda nacional. Critican también que genera inflación porque inyecta demasiada liquidez a la economía, desincentiva el trabajo y en general incrementa el poder de las administraciones públicas sobre la economía y sociedad en detrimento del sector privado. Es posible que los Demócratas logren unificar a todos sus legisladores tras el paquete más modesto de 1,75 billones. En cualquier caso, a pesar de que todas las dificultades y retos descritos, los índices bursátiles de EE.UU. están alcanzando máximos históricos. El Dow Jones ha sobrepasado los 35.913 puntos, el S&P 500 ha superado 4.613 puntos y el índice tecnológico del Nasdaq se sitúa en 15.955 puntos. La confianza de los inversores reflejada en los niveles máximos bursátiles es un indicador de lo que se prevé para la economía a medio plazo.
Los inversores han incluido ya en sus cálculos que la Reserva Federal en su reunión del 2 al 3 de noviembre formalmente anunció que dejará de comprar bonos por valor de 120.000 millones de dólares, una inyección que estaba pensada para reactivar la economía a raíz del bajón en la actividad provocada por Covid-19. La Reserva Federal también prevé empezar a subir los tipos de interés a partir de finales de 2022. Tipos de interés más altos encarecen el crédito y pueden afectar a la demanda privada. Pero la firmeza mostrada por los bancos centrales desde los años noventa en cuanto a controlar la inflación es positiva. De forma reiterada han demostrado su independencia respecto al poder ejecutivo cuando se debe controlar la inflación a través de la elevación de tipos. Este compromiso e independencia es precisamente lo que da tranquilidad a los inversores respecto a que la inflación será contenida.
Las últimas cifras negativas son en parte consecuencia de factores transitorios. La variante Delta ha causado un perjuicio humano, sanitario y en la economía. Pero ese efecto se prevé ser mucho menor en el cuarto trimestre. El incremento de la tasa de vacunación plena en EE.UU. y otras economías destacadas, el efecto de los mandatos que obligan a vacunarse, la inoculación de los jóvenes a partir de 12 años y la tercera inyección que se está administrando disminuirán radicalmente el efecto de Covid-19 en general y de la variante Delta en particular. Se está investigando la utilización de la vacuna para los más jóvenes de 12 años e incluso niños de seis meses. Más estudios sobre los efectos de las vacunas y Covid-19 reforzarán la confianza del público. También hay motivos para pensar que los problemas de las cadenas de abastecimiento de productos son transitorios. Tras el derrumbe de la demanda a causa de la pandemia, la recuperación vigorosa de la actividad económica ha supuesto un incremento dramático de una demanda por parte de las empresas y consumidores que estaba artificialmente reprimida. Las restricciones que han tenido que aplicar los gobiernos a los comercios, transportes y otros sectores son otra de las causas de las interrupciones de las cadenas de alcance. A medida que se aflojan y eliminan restricciones, la situación mejorará. La falta de personal en EE.UU. en algunos sectores tiene varias causas. La combinación de un paro bajo y la concesión de generosas ayudas y subvenciones en los paquetes de estímulo impacta al mercado de trabajo. Algunos prefieren permanecer en casa y vivir de las prestaciones. La movilidad laboral también aumenta: los trabajadores tienen más opciones y cambian de trabajo a menudo. Las fuertes restricciones de Covid-19 han afectado de forma desproporcionada a la producción, exportación e importación de bienes. A diferencia del sector servicios, no se pueden fabricar, exportar, importar y distribuir bienes mediante el teletrabajo. Aunque se apruebe el paquete ambicioso de Build Back Better, EEUU seguirá sin contar con un sistema de salud pública universal y gratuita, y los Demócratas más progresistas ya han renunciado en las negociaciones con los moderados a la baja pagada por paternidad y maternidad y la gratuidad de las universidades. Esto significa que muchos estadounidenses no tendrán más remedio que seguir trabajando en trabajos difíciles. Y las prestaciones del Build Back Better, si se llega a aprobar, no entrarán en vigor de inmediato ni serán permanentes.
Muchos estadounidenses se quejan de no poder comprar ya los regalos para Navidad. El consumo aporta el 68% del PIB de EE.UU., una tasa mucho mayor que en las otras economías desarrolladas. La administración Biden encontrará la forma de desatascar las cadenas de abastecimiento. La Reserva Federal controlará la inflación. La progresiva relajación de las restricciones mejorará la situación del mercado de trabajo y de las cadenas de aprovisionamiento. Pese a la tensión en la relación bilateral, China depende de las exportaciones de ropa, textiles, juguetes, aparatos electrónicos y móviles a EEUU que no producen suficientes bienes de este tipo. Los países de la OPEP y Rusia no tienen ningún interés en debilitar la recuperación de la economía internacional y producirán y exportarán más petróleo. El FMI y otras instituciones proyectan que el PIB de EE.UU. crecerá un 6 en 2021 y alrededor del 5.5% en 2022. Por todos estos motivos la bolsa en EE.UU. registra niveles históricamente altos.


