Y es que esta es la premisa que se encuentra en el núcleo más interior de Reservation Dogs (Disney+). Pero antes quiero avisar que no tengo especial interés en entrar en la discusión sobre la plétora de nombres que se usan para referirse en distintos grados de corrección política para hablar de aquellos pueblos que habitaban un territorio y que fueron expulsados por colonos europeos hasta el punto de dejarles unos pequeños espacios de (vamos a llamarlo) protección especial. Lo importante es entender que un indio en USA y un māori en Nueva Zelanda no comparten ningún antecedente común. Y a pesar de eso coinciden en muchas características. 

Voy a empezar por el principio, un poco de contexto antes de entrar en lo que es mi recomendación para esta semana. Nos remontamos a 2004 y al festival de Sundance. Allí trabaja Bird Runningwater, como representante de las comunidades indígenas, y este señor tiene una misión vital muy clara que es unir a los distintos pueblos nativos del planeta. Pues Bird se encuentra allí con un jóven Taika Coen (conocido ahora como Taika Waititi y famoso director de películas como Thor o la oscarizada Jojo Rabbit) así como con Sterlin Harjo, otro director novel, y les pone en contacto entre ellos, como parte de su campaña para unir a personas de pueblos nativos. No os quiero aburrir con los detalles pero estas dos personas Sterlin y Taika crean una buena relación y a pesar de la distancia mantienen el contacto y se van comentando los proyectos que va haciendo cada uno por su cuenta. 

Y ahora por fin volvemos al tema que nos ocupa. Ambos tienen claro que hay una característica de vital importancia que nunca se representa en los medios en cuanto a los indios. Se han visto a indios fieros, a indios amables y humildes, a indios honorables y buenos guerreros, a indios borrachos y traicioneros, pero nunca se han mostrado indios con sentido del humor. Y esto es algo que les molesta especialmente porque tienen claro, clarísimo, que si algo ha sido importante en la supervivencia de estos pueblos es el cómo se han tomado su desgracia con humor. Cómo han sido capaces de gestionar los aspectos negativos de su historia (y existencia) mediante esa poderosa herramienta que es el sentido del humor. 

Con esta idea en la cabeza se lanzaron a proponer una serie y, la verdad sea dicha, no les costó mucho convencer a la gente de FX (cadena original en USA antes de ser adquirida por Disney con la compra de FOX) para que pusieran dinero, y en poco tiempo se preparó el casting y se grabó la serie, usando como protagonistas a nativos de la zona y con una grabación en una reserva real en Oklahoma. Para ellos era importante representar esto bien para no tener que lidiar con situaciones embarazosas como la que cuenta Taika, cuándo al ser entrevistado sobre cómo habían reaccionado los “Ancianos de la Tribu” al ver las cámaras y focos en su primera película. (Respuesta: sacaron sus teléfonos y mandaron un video a sus amigos sobre ello).

El resultado es una serie muy humana, que cuenta historias de todo tipo, desde un seco costumbrismo hasta el realismo mágico que nos recuerda tanto a Northern Exposure (Doctor en Alaska). Hay episodios que, en mi opinión, entran en el top5 de todas las series que he visto en 2021 (Para los que vayan a verla, es en el que sale Bill Burr). 

Hay actuaciones memorables de chavales que son completos desconocidos y que se ganan un hueco en nuestros corazones con una facilidad sorprendente. Y todo esto sin olvidar ni esconder los temas sociales y problemáticas reales con las que se encuentran las personas que viven en reservas como la de la serie. Desarraigo, frustración, alcoholismo, y muchos más, pero siempre con este punto de buen rollo y a la vez con una clara intención de los creadores de demostrar que estos problemas son de todos, no solo de los indios.

Puede verse en: Disney +

Puntuación: 7/10

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