
El mismo día de la conferencia del presidente de la Generalitat bajo el lema de Avancem se presentaba en Barcelona el último informe FOESSA. Dos piezas del rompecabezas que es Catalunya. De la conferencia del presidente Aragonés lo que ha quedado mayoritariamente en los medios tiene que ver con el proyecto independentista. De esto habló y mucho, pero no sólo. El presidente Aragonés presentó también el proyecto de la Catalunya sencera. Un proyecto para luchar contra las desigualdades sociales, territoriales, para dedicar atención a lo que no lo ha tenido, a lo olvidado, menospreciado… Un proyecto verbal, sin concreciones, una declaración de intenciones. No es poco, pero tampoco es suficiente. Era una conferencia, habrá que esperar para ver cómo se concreta. Pero no hace falta esperar para saber qué ya se ha hecho y se está haciendo en una sociedad en la que la pobreza mata, excluye, genera un dolor inmenso.
El president Aragonés después de hacer referencia a este proyecto en la lucha contra las desigualdades, no en la pobreza, quiso poner el foco en elementos que son considerados muy positivos. Insistió en que Catalunya lidera el crecimiento económico, la creación de empleo, las exportaciones… Un discurso de triunfo para animar e impulsar en esta voluntad de avanzar y confiar en el país. Hace años que en Catalunya podemos encontrar indicadores positivos que se asocian con el crecimiento económico y, también, el crecimiento de indicadores que muestran el aumento de la extensión y la profundización de la pobreza. Catalunya ya antes de la pandemia se estaba empobreciendo a la vez que “crecía” económicamente. Hace años que algunas voces lo identifican, lo explican, lo denuncian.
La situación actual en el marco de la pandemia y de las distintas crisis asociadas ha empeorado aún más la situación. Los datos actuales vuelven a mostrar indicadores que permiten la lectura optimista de quien considera el crecimiento económico una buena noticia y también nos muestran indicadores extremadamente preocupantes por el crecimiento y la profundización de la pobreza. En Catalunya cada año hay más personas pobres y más pobres. Podemos insistir una y otra vez con los datos positivos de “crecimiento” económico, pero estamos negando la pobreza. Una pobreza que crece año a año y se hace más intensa, profunda, aguda. Estamos negando la pobreza.
El último informe FOESSA, EINSFOESSA Exclusión y desarrollo social en Cataluña 2021, nos muestra cómo en Catalunya las personas en situación de exclusión social representan el 29,1% de la población. Casi el 30% de la población de Catalunya vive en la exclusión social: unas 2.260.000 personas. Los datos del año que ha terminado nos ofrecen este resultado. Un resultado que lleva a Catalunya a encabezar el mayor porcentaje de exclusión de toda España, la media española está en el 23% de la población en exclusión.
El informe FOESSA analiza distintos ámbitos de exclusión. Uno de los que más ha aumentado y tiene mayores consecuencias es la exclusión de la vivienda. En 2021 afecta al 29,4% de los hogares catalanes y al 35,3% de la población de Catalunya. En España la media de la afectación de la exclusión habitacional se sitúa en el 20,6% de los hogares y el 24% de la población. Esta situación ha empeorado también en los últimos años. 915.000 personas viven en vivienda insegura, triplicándose con la pandemia. ¿Qué significa esto? Miriam Feu, coordinadora del Grupo de Trabajo de Análisis Social de Cáritas Catalunya, explica a quien la quiere escuchar que las personas que se encuentran en esta situación se ven obligadas a vivir temporalmente con familiares o amistades, a vivir en un piso ocupado o en una habitación realquilada.
El proyecto de la Catalunya sencera suena bien, sabemos desde hace tiempo que es muy necesario acabar con olvidos, invisibilizaciones, menoscabos, estigmatizaciones, criminalizaciones,… Sabemos desde hace tiempo que no podemos negar la pobreza, negar las realidades, no atender todo lo que genera dolor… Sabemos desde hace tiempo que no bastan palabras y declaraciones de intenciones. A la Generalitat, y a otras instituciones, debemos pedirles concreciones. Concreciones que se llevan tiempo esperando, que hace tiempo que llegan tarde. Lo que verdaderamente avanza en Catalunya es la pobreza y sus múltiples consecuencias mientras no llegan estas concreciones.