El 13 de octubre de 2021 Amara F. se levantó muy temprano y muy contenta. Era su primera oportunidad laboral. Por recomendación de su cuñada, comenzaba a trabajar como limpiadora en un supermercado Lidl en su localidad, en Úbeda. Sin embargo, horas después, fue despedida. Lo cuenta hoy por teléfono, cuando la empresa, Globalblog Facility Service, subcontrata de la cadena de supermercados, ha reconocido en el Juzgado de lo Social uno de Jaén el despido por discriminación racial.

-Hola María, perdona que te pregunte una cosilla. ¿Amara es de etnia gitana? No es por nada, sino solo curiosidad. ¿Y es apañada y todo eso, no?

-Sí, sí, es de etnia pero es buena y de fiar.

Es la conversación, vía WhastApp, entre la encargada de la empresa y la cuñada de Amara, que la había recomendado para desempeñar el puesto que ella misma acababa de dejar como limpiadora. El diálogo está incluido en la demanda interpuesta en los juzgados por Amara, que fue despedida por la empresa pocas horas después de contratarla. Lo hizo con este mensaje, también a través de WhatsApp:

“Nos acaban de llamar para avisarnos de que la chica que estaba de baja en la tienda que estás cubriendo tú se incorpora mañana. Parece ser que la baja iba para largo pero por lo que se ve no la pueden operar y le han dado el alta de nuevo hasta que la vayan a operar. Entonces, como ella lleva muchísimo tiempo con nosotros, nos vemos en la obligación de darte de baja”.

La demanda, presentada por la abogada Ainhoa Jiménez con el apoyo de la Fundación Secretariado Gitano (FSG) y en la que también se ha personado la abogada Pastora Filigrana, desmonta esta versión: el puesto no era para cubrir ninguna baja. Aquello era una excusa, recoge la demanda, que remarca que la cuñada no es gitana. “El lapso de tiempo acontecido entre que la empresa se interesa en saber si es o no gitana y la noticia de la supuesta reincorporación es de menos de tres horas, plazo demasiado corto para que justamente ocurriesen tantas coincidencias”, dice el documento.

Y continúa con rotundidad: “El único motivo por el que fue despedida mi representada es por ser una mujer gitana, cuestionando además la empresa su valía como si por el mero hecho de ser gitana no pudiese ser ‘apañada’ como preguntaban en los mensajes, mostrando una vez más que la demandante ha sido discriminada en el empleo, cuando reunía todos los requisitos para el puesto pero ha recibido un trato menos favorable que otra persona en una situación similar a causa de su origen étnico, menoscabando el derecho a la igualdad y a la dignidad de la demandante. Los hechos aquí descritos constituyen una discriminación en el empleo por motivos de pertenencia a a la etnia gitana que debe de ser sancionada conforme a Derecho. La discriminación en el empleo es una de las más graves y más habituales formas de discriminación que limita o impide a las personas gitanas trabajar y mejorar sus condiciones económicas y sociales”.

Este lunes, cuando estaba señalado el juicio por el despido nulo, las partes han alcanzado un acuerdo ante el Juzgado de lo Social número uno de Jaén, mediante el que la empresa reconoce el despido por discriminación, se compromete a una especial vigilancia de conductas racistas y pagará a la víctima una indemnización de 3.500 euros netos.

Primera oportunidad laboral

“Me quedé fatal. Nunca me habían dado la oportunidad de trabajar. Había hecho entrevistas pero siempre me rechazaban. Aquí hay mucho racismo. Así que con este trabajo estaba muy ilusionada. Mi primer trabajo”, cuenta por teléfono tras el acuerdo alcanzado. Según explica, acudió a algunas organizaciones que la desanimaron y le aconsejaron no denunciar. En otra le dijeron que lo publicara en redes. Y eso hizo.

Y tuvo “suerte». “Mi madre me lo contó, que lo había visto en redes sociales y me puse en contacto con ella”, explica la abogada Ainhoa Jiménez, que la animó a denunciar. “Efectivamente continuamos y, después, en contacto con la Fundación Secretariado Gitano y la abogada Pastora Filigrana, como coadyuvante, continuamos el proceso”, añade.

Para ella, aparte de la felicidad que dice producirle que se reconozca esta discriminación hacia Amara, supone un paso muy grande en la lucha diaria contra el racismo y el antigitanismo: “Muchas veces la gente se queda parada con el primer no que le dicen, se queda callada, con miedo. Y me alegra que se vea este caso para que sepa todo el mundo que no hay nada que perder”, concluye. Para Filigrana, estamos ante un hecho que ocurre todos los días: “Pero hacer justicia es muy difícil y la impunidad es mucha. Hoy hemos ganado. Si te pasa, no agaches la cabeza, no estás sol@“, escribió.

Amara confía en que su caso ayude a otras personas y, sobre todo, pueda trabajar en un ambiente de igualdad: “Fue muy descarado, pero gracias a dios hemos conseguido que se reconozca lo que me hicieron”, termina. Ella misma, según la demanda, no quería que la empresa la readmitiera porque considera que “quedó tachada de ‘gitana’, lo que podría repercutir negativamente en la baja autoestima que esa hecho le ha causado”.

El director territorial de la FSG en Andalucía, Juan Reyes, también manifiesta su satisfacción por la resolución del caso en una nota de prensa: “Estamos muy satisfechos por haber logrado esta reparación para la víctima en un claro caso de discriminación en el empleo, una de las más graves y más habituales formas de discriminación, al limitar e impedir a las personas gitanas mejorar sus condiciones de vida y prosperar”.

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