Carla Simón es desde hace unas semanas aquella directora de cine que ha ganado este año el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, a la mejor película por ‘Alcarràs’. Ha eclipsado a la Carla Simón que en el mismo certamen ganó, hace cinco años, el Oso a la mejor opera prima, por ‘Estiu 1993’, una primera película con la que también obtuvo un Goya a la mejor dirección novel, en 2017, y un Gaudí a la mejor dirección, en 2018, entre otros galardones y nominaciones. En 2017 recibió el premio Ciudad de Barcelona de Audiovisuales y en 2020 el Premio Nacional de Cultura, en Cataluña, como “referente para las generaciones más jóvenes”.

Tiene 35 años y es ya una referente para las generaciones más jóvenes. ¿La hacen vieja antes de tiempo?

Sí, pero creo que tiene que ver con que hay una falta de referentes femeninos muy grande. Hay falta de mujeres haciendo cine de generaciones anteriores. En mi generación hay bastantes mujeres que nos hemos hecho de referentes entre nosotros y para las chicas que vienen.

“Dentro de unos años sería bonito recuperar a los actores de ‘Alcarràs’ y hacer algo con ellos’ | Pol Rius

Estiu 1993 recibió muchos premios y buenas críticas, pero lo de ‘Alcarràs‘ será difícil de superar

Tengo claro que más alto que a un Oso de Oro de Berlín no se puede apuntar

¿A un Óscar?

Sí, pero tampoco era mi ambición vital. Me sentía con mucha presión después del verano y conseguir todo esto ha sido como una liberación. Lo que importa es seguir haciendo pelis y un premio así te garantiza que podrás seguir haciéndolas. Una o dos más, por lo menos, seguro.

Los productores seguro que se animan

Sí.

Estiu 1993′ y ‘Alcarràs‘ son, en buena medida, películas autobiográficas, o con una buena dosis de hechos de su propia vida. ¿Por qué ha elegido esta fórmula para sus dos primeras películas?

Estás tan ligada a los proyectos durante tanto tiempo que para mí es muy importante que hablen de cosas que me importan, me hacen reflexionar y crecer a nivel personal. En el caso de ‘Estiu 1993’ es evidente porque explica mi infancia. En el caso de ‘Alcarràs’, habla sobre mi familia. La historia es ficticia. Es muy distinto. Hay mucha parte inventada pero sí que quiere retratar algo que tenía ganas de conocer mejor y de forma más profunda, que es el trabajo de mis tíos.

“Que la película sitúe a Alcarràs en el mapa, que ponga en valor lo que hacen allí, es muy ‘guay’” | Pol Rius

En ‘Estiu 1993’ está claro quién es usted en la película. En ‘Alcarràs’ no está tan claro

Yo no soy un personaje concreto pero sí que es verdad que me identifico mucho, por un lado, con Mariona, la adolescente que está aprendiendo a mirar a los adultos y descubre que también se equivocan, también tienen dudas… esta edad tan clave para mí, cuando aprendí a mirar a mi familia y que creo que es la semilla de mi cine. Es cuando empecé a interesarme por las historias familiares. También me identifico con la pequeña, cómo juega, la necesidad que tiene de dirigir el juego. Pienso que no sería directora si no fuese porque de pequeña tenía que guiar el juego yo.

Para ‘Alcarràs‘ hizo un casting con 9.000 personas. Pocas directoras deben realizar un proceso de selección de actores tan meticuloso

Buscábamos a mucha gente y no nos servía una cara que funcionase. Tenía que ser gente que pudiera actuar. Tienes que buscar mucho. No te sale a la primera. Fue un proceso de casi un año que creo que en pandemia no habría sido posible. Íbamos, sobre todo, a las fiestas mayores donde había mucha gente. Éramos un equipo de cinco o seis personas. Después del verano continuamos con los campesinos. Quimet lo acabamos encontrando en una manifestación. Fue un proceso muy largo.

“Lo importante es hacer las películas bien, no rápido” | Pol Rius

Quimet es clavado a Sergi López

¡Total! Se parece muchísimo. No lo pensé al principio pero después, sí. Es como alguien que tiene un actor dentro. No lo sabe, pero tiene herramientas de actor.

Las personas que salen en ‘Alcarràs’ no son actores profesionales pero lo parecen. ¿De quién es mérito?

De todos. Trabajamos mucho para llegar ahí. No se llega a eso en dos días. Alquilé una casa en Lleida que estaba rodeada de perales. Venían todas las tardes y fines de semana durante tres meses. Íbamos tejiendo las relaciones para que pudieran llegar al rodaje y creerse que eran familia, que tuviesen como recuerdos, una memoria compartida.

Ahora quizás ha inoculado a sus actores aficionados el virus del cine y querrán hacer más películas con usted

Quizás. Ellos tienen ganas porque se lo pasaron superbién.

No puede ser. Habría que hacer ‘Alcarràs 2’

Ahora, no. Dentro de unos años sería bonito recuperarlos y hacer algo con ellos. A Roger, que es joven, le gustaría. Es campesino. Trabaja con su padre y su tío y está realizando un módulo de Mecánica. Ahora tiene otra agenda.

‘Estiu 1993’ se sitúa unos 30 años atrás, con lo que supone de ambientación, vestuario, decorados,… Esto debe encarecer el coste de una película

Encarece pero sobre todo lo hacen las películas de época, con cosas que no encuentras ahora. No estamos hablando de una película de la Edad Media.

Carla Simón y Siscu Baiges, durante la entrevista | Pol Rius

Puse la palabra ‘Alcarràs’ en Google y me salió la película antes que la información de este pueblo de cerca de 10.000 habitantes, de la comarca del Segrià

Es una zona muy olvidada. No va la gente a hacer turismo. Ahora algo más con la floración en primavera. Es un sitio que no conocemos, que sólo es de paso. Que la película la sitúe en el mapa, que ponga en valor lo que hacen allí es muy guay.

Todo el mundo querrá que haga una película con el nombre de su pueblo

De todos modos, se llama Alcarràs pero no rodamos demasiado allí. La película está rodada en toda la zona del Segrià, en Serós, en Aitona, en Massalcoreig, en Bellvís, que es del Pla d’Urgell. Tiene ese nombre porque sonoramente nos gustaba mucho y porque hay muchos pueblos allí que comienzan por Al y era como una representación de eso. La idea es retratar un terreno.

Usted no es de allí

Yo me crié en La Garrotxa pero mi familia vive en Alcarràs.

En la película se vive la tensión entre los campesinos que intentan salir adelante cultivando melocotones y los propietarios de los terrenos que prefieren poner placas solares en el lugar de los melocotoneros. ¿Quién ganará ese conflicto?

En ese caso, las placas. En la vida real… también las placas.

Carla Simón, directora de ‘Alcarràs’, premio Oso de Oro en la Berlinale | Pol Rius

Quienes ponen placas son los malos de la película. Habrá alguien enfadado en Alcarràs porque quedan como los malos

Son los malos de la película pero con mucho matiz. Era muy importante establecer el dilema moral del señor que ha heredado las tierras y quiere acabar con un contrato de palabra de la Guerra Civil, de la que hace ya muchos años –eso lo puedo entender- y, además, quiere poner placas solares, que es muy necesario hoy en día a pesar de sus controversias. Y les está ofreciendo que trabajen allí. Para mí, todos estos matices hacen que no sea sólo el malo de la peli sino que puede entenderse como una opción lícita de vida. Para mí esto era muy importante.

Las placas solares ganarán el conflicto con el campesinado

No podemos hacer spoiler de la película pero hay un par de bofetadas que quizá decidieron al jurado de Berlinale a darle el Oso de Oro. ¿Estaba guionizada?

Todo está superescrito. Todo el guión está muy escrito. Improvisación de diálogo en momentos concretos pero siguiendo el guión preparado. Lo trabajamos durante dos años. Esta escena era muy importante en relación con el rol de la mujer. En un momento en el que hay tantas películas sobre mujeres empoderadas, feministas, queríamos retratar que hay sitios que van un poco más lentos en este sentido pero que no quiere decir que las mujeres no sean fuertes. Las mujeres de los agricultores aguantan mucho. Trabajan de lo suyo, hacen lo de casa, y muchas veces van a ayudar a hacer la cosecha… En el pre-estreno en Lleida, la gente aplaudió cuando vio esa escena.

Pide que haya más mujeres directoras de cine. Parece que la progresión actual es buena

Va mejorando, pero todavía no hay la mitad de mujeres. La reparación histórica está en camino y acabará siendo así, pero que haya mujeres recibiendo premios no quiere decir que haya la mitad de mujeres contando películas. Aún queda algo de camino.

‘Estiu 1993’ estuvo a punto de ser nominada a los Òscars. ¿Se ve recogiendo una estatuilla en Hollywood por ‘Alcarràs’ y haciendo un discurso feminista?

No lo sé. No me lo he planteado. Estoy muy prudente con todo esto. Estamos en el inicio del año cinematográfico. Falta Cannes, falta Venecia, faltan muchas películas españolas interesantes por estrenar. No pondría la mano en el fuego, no estoy convencida ni siquiera de que acabemos representando a España en los Óscars. Esto depende de la Academia.

“Las mujeres de los campesinos aguantan mucho. Trabajan de lo suyo, hacen lo de casa, y muchas veces van a ayudar a hacer la cosecha” | Pol Rius

¿De la próxima película no puede decirnos nada? ¿El guión está hecho?

Está en camino. Tengo una primera versión. Tengo que seguir trabajando. Cuando paramos ‘Alcarràs’ durante un año y la pospusimos por la pandemia empecé a escribir pero en seis meses yo no escribo un guión. No está terminado. Lo único que decimos es que trata de la memoria familiar, que a mí me interesa mucho.

En la línea de las dos películas anteriores

En algunos aspectos, sí; en otros, no tanto.

¿Habrá que esperar cinco años como los que pasaron entre ‘Estiu 1993’ y ‘Alcarràs’?

Hemos esperado cinco años por la pandemia; sino hubieran sido cuatro, que para mí en el caso de ‘Alcarràs’ era lo normal porque era un proyecto muy complejo. La película no sería cómo es sino la hubiéramos hecho poco a poco. No hace falta correr. Nadie espera mis pelis. Lo importante es hacerlas bien, no rápido.

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