¿Cuál es la situación laboral de las enfermeras en el sistema sanitario catalán?

La situación laboral de las enfermeras es bastante precaria. Un estudio publicado recientemente en el Journal of Nursing Management, coordinado por Paola Galbany, presidenta del Col·legi d’Infermeres i Infermers de Barcelona, así lo demuestra. Según los resultados del estudio, el 38,7% de las enfermeras catalanas trabajaba con un contrato eventual antes de la pandemia. Sí que es cierto que con la pandemia ha mejorado un poco la situación de eventualidad de las enfermeras, ya que en muchos casos se han hecho contratos de al menos un año, pero, en estos momentos, ya vuelven a haber despidos en algunas comunidades autónomas, como Madrid o Andalucía. Algunas de estas enfermeras despedidas han venido a trabajar aquí.

Esta precariedad hace que muchas opten por trabajar en la sanidad privada o irse a otros países, donde tienen mejores condiciones laborales.

La situación, en este sentido, es preocupante. Esperábamos que con la pandemia mejoraran las condiciones laborales de la profesión, pero, al ver que nada cambia, las enfermeras vuelven a marchar. El pasado mes de abril, en Tarragona, hemos tenido 35 bajas, algunas de las cuales han marchado a otros países donde las condiciones laborales y retributivas son mucho mejores.

¿Entonces, cree que durante la pandemia no se han instaurado suficientes medidas para garantizar que las enfermeras se queden en el sistema y tengan unas buenas condiciones laborales?

No. Una de las medidas que pedimos es el reconocimiento de las especialidades. La única que está reconocida actualmente es la de comadrona. Pero, en salud mental, geriatría, atención primaria… puede trabajar cualquier enfermera, tenga la especialidad o no. Fuera de Europa, las especialidades están más reconocidas y se ven recompensadas en la remuneración. Incluso en otros lugares de España están más reconocidas. De momento, el Departament de Salut anunció un aumento del 12,4% en la oferta de plazas de formación de enfermería especializada. Pero, claro, si después de hacer una especialidad no hay una repercusión traducida en mejoras laborales, estaremos formando especialistas que después marcharán de Catalunya. Por otro lado, pedimos el reconocimiento de la categoría de A1. Sufrimos un agravio comparativo, porque a nosotros [las enfermeras] se nos reconoce como diplomadas, cuando ya hace años que somos graduadas universitarias. Así pues, no podemos optar a muchas posiciones de responsabilidad, como las gerencias, porque siempre se pide un A1.

¿Hay demasiado poca presencia de las enfermeras en las instituciones y cargos de decisión?

Completamente. Las enfermeras tenemos que ocupar cargos institucionales y participar en órganos de decisión. Actualmente, solo un 3% de las enfermeras de Catalunya se encuentran en alguna posición de liderazgo. Ahora tenemos Yolanda Lejardi, que es la primera enfermera que ocupa el cargo de directora gerente del Institut Català de la Salut (ICS). También Montserrat Gea, que es directora general de Profesionales de la Salud. Pero continúa siendo completamente insuficiente. Una enfermera puede perfectamente ocupar un cargo de gerencia en un hospital o centro de salud. Tenemos que ser valientes y apostar por las enfermeras, porque conocen perfectamente el funcionamiento de los centros donde trabajan.

¿Faltan enfermeras en el sistema?

Sí. En Catalunya hay una ratio de 6,6 enfermeras por cada mil habitantes -En Tarragona es un 5,6-, mientras que la media europea se sitúa alrededor de 8,8. Hay muchos estudios que evidencian que cuando se apuesta por la enfermería, se reduce la mortalidad y morbilidad de los pacientes. Por lo tanto, la falta de enfermeras perjudica la capacidad del sistema de salud de ofrecer cuidados de calidad en la población.

El Govern de la Generalitat anunció hace pocos días que el curso que viene se aumentaría en casi 600 las plazas de acceso al grado de Enfermería, un 25% más de las actuales. ¿Cómo valora esta medida? ¿Es suficiente?

Pienso que la carencia de enfermeras no se soluciona solo aumentando las plazas en las universidades, sino mejorando las condiciones laborales. En el caso concreto de la Universitat Rovira i Virgili, habrá 15 nuevas plazas de Enfermería: 8 en el campus de Tarragona y 7 en el Campus Terres de l’Ebre en Tortosa. Estimamos que son necesarias 20.000 enfermeras más en Catalunya, por lo cual el aumento de plazas es insuficiente, sobre todo en un contexto pandémico de sobrecarga de trabajo. Quizás, dentro de unos años, este aumento de plazas llegará a ser suficiente, pero si las condiciones laborales no mejoran, las enfermeras continuarán marchando a otros países, como al Reino Unido o a los países nórdicos. Insisto: estamos formando profesionales muy calificados que después marchan del sistema.

¿Cómo ha afectado la pandemia, y la consecuente sobrecarga laboral, la salud mental de las enfermeras?

Según un estudio del Consejo General de Enfermería de España, casi la mitad de las enfermeras se ha planteado dejar la profesión durante la pandemia. Es evidente que la sobrecarga de trabajo, los cambios en las tareas, el estrés que provoca una situación como la que hemos vivido… han pasado factura a las enfermeras en el ámbito emocional. Hay muchas profesionales que están quemadas. La falta de descanso y de horas de sueño, la fatiga, la ansiedad… todo esto ha tenido una gran repercusión en su vida. Muchas enfermeras se han visto sobrepasadas e incluso han necesitado ansiolíticos para poder dormir. Es muy difícil estar trabajando en estas condiciones de sobrecarga y después llegar a casa y que puedas desconectar. Además, también ha aumentado el consumo de tabaco y otros tóxicos. Desde el Col·legi, tenemos un programa de ayuda psicológica a las profesionales, y calculamos que un 39% de las enfermeras que han acudido al servicio tiene estrés postraumático.

Las enfermeras siempre han tenido un papel socialmente poco visible. ¿Cree que la pandemia ha hecho aumentar el reconocimiento hacia la profesión de enfermera?

Sí, socialmente se ha dado a conocer mucho la profesión y este acompañamiento que hacemos a las personas. Especialmente cuando los pacientes han estado solos en los últimos momentos de su vida, las enfermeras hemos estado allí, y esto la población lo sabe. Pero este reconocimiento no solo tiene que venir de la sociedad en general, sino de los directivos y responsables políticos. Este reconocimiento a la tarea de las enfermeras tiene que pasar por una mejora de sus condiciones laborales y por reconocer las especialidades y la A1. Necesitan una inyección presupuestaria porque, si no, las enfermeras volverán a marchar para conseguir una mejora de sus condiciones laborales.

El Departament de Salut invertirá 30 MEUR en reformar el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa. Se construirá un nuevo edificio, de 5.500 metros cuadrados, y se reformará el área quirúrgica, entre otras acciones. ¿Cómo lo valora? ¿Qué problemas tenía este hospital?

La construcción de un nuevo hospital es una reivindicación histórica. Hace tiempo que pedimos un nuevo hospital de referencia en las Terres de l’Ebre. El problema que hay actualmente es que el hospital tiene 46 años, con plantas que no han tenido una reforma en medio siglo, con quirófanos obsoletos, y que el acceso es muy complicado, puesto que se encuentra sobre un cerro en lo alto de Tortosa. Por eso pedimos un hospital accesible y que esté al alcance de toda la población del territorio. Además, parte de las especialidades que se van creando no caben y tienen que estar dispersas por el territorio, como toda la parte de radioterapia, que está en un pueblo que se llama Jesús.

Se trata de un tema de equidad territorial: queremos el hospital que se merece la gente de las Terres de l’Ebre. Si queremos que los profesionales sanitarios se queden en las Terres de l’Ebre, uno de los lugares de Catalunya que sufre más la carencia de profesionales, uno de los temas capitales es tener un buen hospital, con tecnología puntera. Si está todo obsoleto, la gente no querrá quedarse a trabajar aquí. La población de las Terres de l’Ebre tiene que tener los mismos derechos que la población de Barcelona de tener un buen hospital de referencia. No puede ser que se tenga que conducir 1 h en coche hasta Tarragona para según qué atenciones sanitarias. Con esta ampliación, algo mejorará, pero no lo solucionaremos todo. Anteriormente, se había planteado otro proyecto de ampliación, pero el Departament de Salut reconoció que tendría un coste muy importante.

Salut también se ha comprometido a construir un nuevo Hospital, que se licitará a partir de 2025.

Sí. El Ayuntamiento de Tortosa ha propuesto una ubicación para el nuevo centro, unos terrenos de 70.000 metros cuadrados en el plan parcial del camino de Roquetes, que son propiedad municipal y de la Sareb. Pero se tendrá que ver si realmente se construye. También había otro proyecto pensado en 2006, que fue bloqueado años más tarde por los recortes en la sanidad pública en el marco de la crisis económica de 2010. Ahora, en 2022, nos encontramos en la misma situación: buscando terrenos. Es una tomadura de pelo para la gente de las Terres de l’Ebre. Quién sabe… quizás de aquí uno o dos años, si no se empieza pronto, se produce un cambio de partido político y el proyecto se queda en nada.

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