Las reflexiones sobre el futuro del trabajo organizadas por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y la Fundación Ernest Lluch terminaban el ciclo anual, con el tercer diálogo, el pasado lunes, con una perspectiva europea.

Hector Santovsky, director del Área de Desarrollo Social del AMB afirmaba al inicio de la jornada, que “hablar del futuro del trabajo es hablar del futuro de la sociedad”, sin perder de vista “garantizar la igualdad social”.

Según Santovsky, los tres ejes deben ser: la capacitación y formación constante, garantizar unas condiciones laborales justas y establecer una adecuada regulación.

Para debatir sobre el futuro del trabajo, en las anteriores jornadas se tuvo el punto de vista de los agentes sociales, de instituciones y academia y el último diálogo, con una perspectiva europea, Xavier Mateu, director ad interim y jefe del Knowledge Hub del Departamento de la European Training Foundation explicó su gestión en el ámbito laboral. Aunque afirma que todavía se desconoce cómo se articulará el futuro del trabajo, defendió la importancia de establecer “sistemas flexibles de formación”, ya que lo que es seguro es que “tendremos que formarnos continuamente para poder ser competitivos en el mercado laboral”. Mateu manifestó que es necesario explotar al máximo “el sentido común, el pensamiento crítico, la empatía y la creatividad” ya que es lo que nos diferencia de los robots. En la misma línea, Clara Centeno, investigadora senior en la Unidad de Captital Humano y Empleo del Joint Reserach Centro de la Unión Europea, también recalcó que es necesario tener un “aprendizaje permanente”, mediante una oferta formativa ágil. Manifestó que las competencias digitales tienen cada vez más relevancia. De hecho, en 2014 un 85% de los puestos de trabajo ya requería un nivel básico digital.

La digitalización es ya transversal en el ámbito laboral y en nuestra forma de relacionarnos. Sobre el miedo a la desaparición de muchos trabajos, Mateu tranquilizó afirmando que “la mayoría no desaparecerán, sino que se transformarán” con la incorporación de herramientas digitales.

De hecho, también han surgido nuevas oportunidades como “las migraciones virtuales” que permiten trabajar desde otro país, o por ejemplo, el teletrabajo. Sin embargo, Centeno recordó la importancia de los trabajos que siempre tendrán que ser presenciales como los de cuidados y que están desempeñados, mayoritariamente por mujeres.

Ante la importancia de formarse continuamente, Mateu reclamó “flexibilidad en los sistemas educativos”, con itinerarios más específicos e individualizados, y un apoyo de agentes competentes público-privados. Centeno también aseguró que “los trabajos poco calificados son los más sustituibles” y los que menos competencias digitales requieren. Además, hizo público que “Europa está estudiando establecer un certificado de competencias digitales tal y como existe con los idiomas”.

Por tanto, aunque el futuro del trabajo es una incógnita,  las reflexiones conjuntas del ciclo de debates apuntan al diálogo social, el regulacionismo, la perspectiva de género y la formación continuada para poder enfrentar un futuro laboral digital, verde y justo que no deje a nadie atrás.

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