Las últimas revelaciones sobre las conversaciones mantenidas por el excomisario Villarejo ponen de manifiesto comportamientos por parte de varios periodistas y medios de comunicación que vulneran los principios más elementales de la ética. No sólo afectan al cumplimiento del código deontológico, sino que degradan a la democracia.
A partir de aquí, el Colegio de periodistas de Cataluña (CPC) y el Consejo de la Información de Cataluña (CIC) consideran necesario compartir con la ciudadanía las siguientes consideraciones:
Existe un vínculo imprescindible entre el ejercicio del periodismo y la democracia. Entre el periodismo responsable, honesto y comprometido con ética y el ejercicio de la democracia. Las malas prácticas de una minoría de periodistas de medios de comunicación no sólo perjudican la credibilidad del conjunto de la profesión, sino que estropean la democracia.
CPC y CIC recordamos que la inmensa mayoría de periodistas están comprometidos con la democracia y los valores éticos. Sin embargo, las escuchas revelan que a la hora de construir mentiras e intoxicar y manipular a la ciudadanía, las cloacas del Estado han contado con la complicidad de algunos responsables de medios, periodistas, articulistas y tertulianos. Sin su complicidad, las cloacas del Estado no habrían logrado sus objetivos. Y lo grave es que, en la mayoría de los casos, los periodistas y medios implicados sabían que se trataba de informaciones falsas y hacían difusión.
El actual ecosistema mediático sufre una opacidad que oculta, a menudo, los verdaderos intereses de algunos medios de comunicación que actúan como órganos de propaganda. Esta tendencia se ha agravado cuando han irrumpido en el ámbito digital supuestos medios que contribuyen a la degradación democrática, la propagación del odio y la manipulación. Son medios que responden a los intereses de determinados grupos de presión económica, y cuya única función es desgastar cargos públicos que ponen límites a su poder.
Consideramos que es necesaria una regeneración democrática y que ésta no es posible sin, a la vez, una regeneración del periodismo en nuestro país. El CPC y el CIC se comprometen a impulsar este proceso de reflexión colectiva.


