No tenía alguna intención de proseguir varado en esta esquina de Freser y Nació; las circunstancias me obligan a un último apunte por culpa de ser detallista y meticuloso en estas Barcelonas, donde cada minucia conforma los milímetros imprescindibles del rompecabezas. Concordia, Internacional y Nación tras el volteo del nomenclátor una vez terminada la Guerra Civil. Su numeración cambió, y eso dificulta reconstruir con más precisión la Historia de nuestra trilogía protagonista.
El 79 recuerda en cierto sentido a la casa roja de la esquina de Xifré con Rosselló, obra de Joan Barba y Balanzó, parecido razonable debido a materiales y colores, sin ninguna fundamentación científica ni documental. En cambio, gracias a Valentí Pons, si podemos afirmar cómo tanto el 77 como el 75 pertenecieron a Elvira Robert Juval, quien encargó los servicios de nuestro querido maestro de obra Josep Graner, muy presente en todo el Camp de l’Arpa, así como en otros lugares de la ciudad por lo dilatado de su singladura.

Como pueden suponer, así lo esgrimí en la anterior entrega, estos dos inmuebles tienen toda la pinta de haber sido erigidos para alquilar viviendas y aprovechar el auge de la zona, en plena reforma hacia su modernidad, bien integrada en los designios de la nueva Barcelona nacida de las agregaciones.
Graner pudo desplegar su ingenio de varias maneras, pues la posición esquinada de la finca del 75 y su longitud le permitieron crear un cuerpo sólido y vistoso en lo estético al ser una especie de punta de lanza de un conjunto involuntario culminado en la casa José Alá, obra de Domènec Boada, a quien resulta sencillo imaginar de cháchara con su colega sobre los progresos de la parcela.
Este 75 es de 1907, el primero de toda la hilera, y no destaca por su exuberancia modernista, algo más bien normal en los barrios, donde lo decorativo suele ser menos ostentoso porque no había tanta necesidad de lucir palmito o abolengo como en el Eixample. En esta edificación, la única licencia está en la coronación con la fecha y en las ventanas, con florecitas, mucho más abundantes en el 77, de 1913, encajonado entre sus compañeros y sin embargo mucho más rico, como si quisiera ser la joya de la corona, fantástico por lo trasnochado de su estilo cuando el Noucentisme empezaba a despuntar como sepulturero de su antecesor.

Podría recrearme en inútiles descripciones, más insustanciales si cabe por el apoyo gráfico al texto. Mi interés fundamental parte de la dueña de la pareja de Nació. ¿Quién era Elvira Robert Juval? No he averiguado mucho de esta mujer, muerta poco después de su marido, Federico Cusidó Poll, quién expiró en enero de 1950, a los setenta y seis años de edad.
Ambos debían ser hijos de familias con posibles traducidos en hectáreas. Cusidó, como atestiguan la Gaceta y el Archivo Municipal, cedió terrenos en tramos de las calles Igualdad, Álava en ese sector, Pallars y la mismísima Diagonal entre Fluvià y Provençals. Más allá de esto, he descubierto toda la información mediante el desmenuce de notas perdidas en mi eterno juego detectivesco.
Federico y Elvira debieron casarse a finales del siglo XIX y tuvieron cuatro hijos, un chico y tres chicas. Dos de ellas aparecen en una nota del 14 de septiembre de 1939 como beneficiadas de un salvoconducto para pasar la frontera sin problemas, justo pocos meses después del gran éxodo republicano hacia Francia, donde quizá vivió exiliado su hermano Federico, siempre mencionado como ausente en los obituarios.

Si quisiera, sólo con esta anécdota podría tener una novela à la Patrick Modiano, pero iré por otros caminos. Ángeles Cusidó Robert exhaló su último suspiro en febrero de 1973. Fue monja benedictina. Su hermana Antonia, viuda prematura, murió en noviembre de 1980, con setenta y ochos años de edad. La última superviviente del clan fue Elvira, nombre clave en todo este entramado a causa de su madre, quien asimismo tuvo, como mínimo, dos hermanos.
Antonia Robert Juval se casó bien con el hijo de un antiguo alcalde de Balaguer y monárquico convencido, algo nada baladí para poder vivir de forma holgada durante casi toda su existencia. Enviudó en 1949, cuando su rastro se desvanece, si bien la necrológica confirma su bienestar social, al residir en la carretera de Sarrià, por aquel entonces en boga por el auge de la Diagonal, avenida de los vencedores de 1939 en ese continuo ascender del privilegio en el mapa barcelonés.
El más exitoso de todos fue Josep Robert Juval, triunfal hasta en la poética de sus vicisitudes amorosas, pues feneció el 25 de abril de 1973 con ochenta años y su mujer, como si así quisiera dar lirismo a la tragedia, lo acompañó justo tres años después. En vida, fue un empresario original y muy bien adaptado a los vaivenes históricos con su fábrica de caramelos Robert Jubal, con be, sita en el 86 de la travessera de Gràcia, con otras instalaciones en Cornellà de Llobregat para la fabricación de los preceptivos cromos y adhesivos, idóneo acompañamiento de las chucherías más a la última durante la dictadura, ampliándose la fortuna del negocio durante los años sesenta, tal como atestiguan los numerosos anuncios en los periódicos con distintas ofertas de empleo, desde contables con conocimientos hasta obreros para los talleres.

Todos estos bagajes no hubieran emergido sin un pasado con recursos. Mi gran lamento es no haber dado con los datos de los padres de Federico y Elvira para completar la cronología y entender mejor sus orígenes. La otra duda, a resolver, sería averiguar porque las casas del carrer Nació iban a su nombre, cuando en el momento de construirlas estaba casada y lo normal hubiera sido que su marido tuviera la responsabilidad de manejar ese tipo de negocios.
El hecho, siempre desde la baraja de las hipótesis, me hace meditar sobre si había algún tipo de ventaja fiscal si la mujer era la propietaria. Graner hizo bien su trabajo. Ahora, justo enfrente, un viejo solar combina un verde organizado con libertad y la ampliación, muy vanguardista para la barriada, de una finca en Joan de Peguera, prueba de cómo en el Camp de l’Arpa una opción para conservar el patrimonio partiría de la rehabilitación inmobiliaria para cumplir aquello de nunca demoler y siempre preservar, gloria para mantener la forja identitaria, ampliándola con el conocimiento de tantas vidas y paredes silenciadas por ruidos más bien prescindibles.



1 comentari
Es tractaria de “Construcciones de Cemento Federico Cusidó” aquets Federico Cusidó Poll?
Estic fent un treball d’investigació sobre l’estació d’esqui i el cremallera de Núria.
Els primers projectes encarregats pel bisbat d’Urgell es refereixen a l’industrial Federico Cusidó, concessionari dels primers estudis. No sé si es tractaria de la mateixa persona.
Teniu alguna informació més?
Gràcies!