La Sareb, el gran favor a los fondos buitre y las puertas giratorias

El 31 de agosto de 2012, Luís De Guindos, en el Consejo de Ministros donde se aprobó la base legal para la constitución de la SAREB, afirmaba “esta operación nunca tendrá coste alguno para los ciudadanos”. Desde entonces se han gastado opacamente 50.000 millones de euros y se han sumado 35.000 millones en deuda.

Recién cumplidos los diez años de vida de la Sareb, afrontamos un nuevo episodio de la estafa inmobiliaria: el Gobierno cediendo la gestión del patrimonio de La Sareb a los fondos de inversión Blackstone y KKR. A estas alturas pocas dudas caben de que el conocido como Banco Malo, no solo no ha cumplido con sus supuestos objetivos, ha sido parte directamente responsable del aterrizaje de los fondos de inversión en tierras españolas y de la burbuja del alquiler derivada de ello.

La Sareb: creación, objetivos y gestión

En 2012, Luis de Guindos, el entonces ministro de Economía, creó la Sareb para comprar con dinero prestado por Europa y avalado por el Estado español, cientos de miles de activos inmobiliarios de las cajas que quebraron tras la crisis de 2008 y así sanear sus cuentas. La Sareb concentra los activos tóxicos de las cajas y bancos quebrados y rescatados con dinero público. Son viviendas acabadas o en construcción sin vender y las deudas de promotores y constructoras fallidas. 

El experimento tenía una duración de quince años, hasta 2027. Tiempo para que las entidades financieras vinculadas devolvieran el préstamo. Si esto no se cumplía, la devolución recae sobre el estado español. Con la creación de la Sareb, que necesitaba gestores para vender sus activos, más todas las facilidades orquestadas por el PP, el festín para los fondos de inmversión estaba servido.  Curioso que fuera Cerberus, una de las cuatro entidades encargadas de gestionar hasta ahora el patrimonio de la Sareb. Con José María Aznar Botella como consejero y como presidente a Juan Hoyos Martínez de Irujo, amigo íntimo de Aznar padre, Cerberus lo tuvo fácil para  crecer a costa del patrimonio de la Sareb, fuente del 42% de sus ingresos.

En marzo de 2021, Europa exige a España que la deuda de la Sareb, en un momento que supera los 34 mil millones de euros, pase a ser reconocida como una deuda íntegramente pública.

Actualmente, La Sareb dispone de 45.147 viviendas, 21.697 obras en construcción y 30.487 terrenos urbanizables. También dispone de los créditos de los promotores inmobiliarios garantizados con viviendas y suelos, por lo que todavía sigue incorporando inmuebles a medida que se van resolviendo los largos concursos de acreedores.

En 2022, siendo ya difícil de ocultar la mala gestión durante la última década, el Gobierno compra las acciones que le faltaban para tener mayoría en la entidad. ¿Ha provocado esto que la Sareb pase a ser de gestión pública y sus viviendas se empleen para dar respuesta a los desahucios y a la necesidad de tener un parque de vivienda social?. Para nada. El Gobierno cede la gestión a fondos buitre. A partir del mes de julio la Sareb venderá a través de Blackstone y de KKR, que cobrarán unas comisiones millonarias por este trabajo. Blackstone se encargará del 45% de los activos del banco malo, bienes por un importe de 11.379 millones de euros a través de sus inmobiliarias Aliseda y Anticipa. KKR se hará cargo del otro 55%, gestionando 13.906 millones de euros a través de Hipoges.

Blackstone: el gran casero

Con sede central en Nueva York, Blackstone opera en España a través de la inversión directa y con numerosas sociedades que le sirven como brazos de gestión. Su estrategia se centra en el medio y largo plazo. Blackstone fue uno de los fondos pioneros en apostar por la explotación de viviendas en régimen de alquiler y las socimis.

En nuestro país, Blackstone se dio a conocer con la compra de 1.800 viviendas de protección oficial (VPO) por 128 millones de euros al Ayuntamiento de Madrid para explotarlas en régimen de alquiler. Su primera gran operación en tierras españolas se produjo en 2014 con la compra de una cartera de 40.000 préstamos, en su mayoría hipotecas, a Catalunya Caixa por algo más de 4.100 millones de euros. En 2018, protagonizó la mayor operación del sector en todo el mundo al cerrar con el Banco Santander la compra de la cartera compuesta por el 51% del ladrillo tóxico heredado tras la compra del Banco Popular. 

Según un estudio de Atlas Real Estate, de febrero de 2022, Blackstone es el segundo mayor propietario de viviendas en alquiler, con 20.000 pisos, solo superado por CaixaBank. Con la cesión de la cartera de la Sareb, Blackstone se va a llevar comisiones de cientos de millones de euros. Eso contando con su gran posición privilegiada en el mercado al contar con las sociedades que más compran y ahora también con las que más paquetes inmobiliarios venden.

Blackstone significa miles de subidas abusivas de los alquileres, acoso inmobiliario para vender pisos y desahucios de familias vulnerables. Tanto que en Dinamarca, en 2020, el gobierno socialdemócrata promovió la llamada ley antiBlackstone, con el objetivo de expulsar a los fondos buitre del sector de la vivienda.

KKR

KKR, no tan conocido como Blackstone pero con las mismas tácticas e inquietudes, es el fondo de inversión detrás de Hipoges quien controlará el 55% de la cartera de la Sareb. De capital sobre todo estadounidense y cuentas en paraísos fiscales, KKR hizo fortuna acumulando dinero de planes de pensiones y buscando oportunidades de negocio rápido alrededor del mundo, aprovechándose de sus contactos empresariales y políticos. Detrás de KKR está nada menos que el ex general del ejército de EE UU David Petraeus, quien fuera jefe de la CIA y máximo dirigente de las misiones militares estadounidenses en Iraq y Afganistán. Según la revista Time una de las treinta personas más influyentes del mundo.

Puertas giratorias

La historia de la Sareb es la historia de una gran puerta giratoria que ha visto pasar miles de millones de euros de dinero público a manos privadas. Un rescate encubierto de la banca y un  favor a los grandes fondos de inversión. Una puerta de promoción a políticos y empresarios que vieron en la vivienda la tormenta perfecta para oportunidades de negocio y ascenso.

Belén Romana tras ser la primera presidenta de la Sareb (2012-2014) fue contratada por el Banco Santander, el primer accionista privado de la Sareb, con un 22,2%. Justo un año antes había adjudicado la gestión de 44.000 activos de la Sareb a Altamira, inmobiliaria del Santander. Antes de llegar al cargo, fue una figura muy cercana a Luís de Guindos, padre de la Sareb y había sido secretaria de Estado con Rodrigo Rato. Su experiencia en el sector inmobiliaria era inexistente.

Su sucesor, Jaime Echegoyen (2015-2021), el pasado 16 de julio fichó por la inmobiliaria Haya Real State del fondo buitre Cerberus, una de las mayores beneficiadas por la gestión del banco malo. Ambos dejan en su currículum miles de millones de euros de pérdidas tras su gestión.

Detrás de las filiales de Blackstone en España está Eduard Mendiluce, quien fue fichado en 2009 como consejero de la extinta Catalunya Caixa, una caja con participación pública, en tiempos del socialista José Montilla en el Gobierno de la Generalitat. En esos años el presidente de la caja catalana era Narcís Serra, vicepresidente del gobierno de Felipe González, que terminó imputado, como toda la directiva de Catalunya Caixa, por irregularidades en la crisis de la entidad.  Mendiluce fue uno de los encargados de gestionar la ruina de la caja y la venta de la división inmobiliaria de Catalunya Caixa, que él dirigía. 

En 2014, Blackstone, a través de su filial Anticipa, compró Catalunya Caixa Inmobiliaria por solo 40 millones de euros, apropiándose de una cartera de 40.000 viviendas problemáticas valoradas entonces en 9.000 millones de euros. Tras la operación, fue el propio Mendiluce quien pasó de gestionar el patrimonio inmobiliario de la caja pública a hacerlo en las oficinas del mayor operador mundial de inversiones en inmuebles. Actualmente, es el CEO de Aliseda y Anticipa, las dos gestoras de Blackstone responsables del 45% del parque inmobiliario de la Sareb.

Javier García del Río abandonó hace unas semanas su cargo de director general adjunto a la presidencia de la Sareb, tras renunciar al puesto de presidente ejecutivo el pasado mes de abril. La decisión fue tomada tras no estar de acuerdo con la nacionalización del banco malo. ¿Su nuevo destino? Director de una de las socimis ligadas al negocio inmobiliario del Banco Santander. ¿Su sucesor? Javier Torres, quien entre 1986 y 2016 trabajó en Banco Santander, donde fue Subdirector General Adjunto para acabar como director de Resolución y Estrategia y miembro del Comité de Dirección del FROB, entre 2017 y 2019. Recordemos el papel del FROB, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria como responsable del rescate a la banca y principal accionista de la Sareb.

Soraya Sáenz de Santamaría, tras dejar la política, en 2019 fue contratada por el bufete de abogados Cuatrecasas, el segundo más grande de España, como socia en el área mercantil. Fue este despacho quien en 2012 asesoró al FROB en el nacimiento de la Sareb y en sus operaciones posteriores. El mismo bufete que tras ayudar a marcar los precios y asesoró sobre ello a la Sareb, poco después pasó a trabajar con fondos y bancos que compraron sus activos. El 4 de agosto de 2021, Servihabitat ganaba un contrato del suelo de Sareb para el desarrollo de solares para 60.000 pisos. Cuatrecasas fue el asesor de este servicer inmobiliario en todo el proceso. ¿Qué pinta Soraya en todo esto? Emilio Cuatrecasas, su actual jefe, fue condenado por defraudar a Hacienda más de tres millones de euros. Un pacto con la Fiscalía y la Abogacía del Estado, cuando ambas dependían de Sáenz de Santamaría, dejó una petición de 20 años de cárcel en una condena de dos años, el límite para librarse de ser encerrado. 

Luis de Guindos, tras la victoria del PP en 1996 fue ocupando diversos cargos políticos hasta ser secretario de Estado de Economía en el último gobierno de José María Aznar (2002-2004), periodo en el que declaró: “En España no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los procedimientos de urbanismo”.

Tras la derrota del PP en las elecciones y el cambio de Gobierno, en 2004 fue nombrado miembro del Consejo Asesor del banco de inversión Lehman Brothers para sus actividades en Europa. En 2006 fue nombrado director​ de la filial del banco de inversión estadounidense en España y Portugal, donde trabajó hasta la quiebra y bancarrota de este en 2008, desencadenante de la crisis financiera internacional. El 22 de diciembre de 2011 juró el cargo de ministro de Economía y Competitividad, después de haber sido designado por Mariano Rajoy para formar parte del Gobierno. En 2012 creó la Sareb, que según sus palabras “no costaría ni un euro a los españoles”. Ahora reclama ajustes desde la vicepresidencia del Banco Central Europeo, cargo que ocupa desde 2018.

La lista de puertas giratorias es más amplia. Con todo, no sorprende tanto que el encargado de administrar la Sareb sea el Ministerio de Economía, cuando tratándose de una inmobiliaria sería más lógico que lo gestione la Secretaría de Estado de Vivienda.  Una muestra más de que el Gobierno considera la vivienda una mercancía financiera y no un derecho reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, firmada también por España.

Difícil se cumpla lo que el clamor social lleva años pidiendo: que los pisos de la Sareb cumplan con su función social para crear el parque de público de vivienda que España necesita. Con los últimos movimientos del Gobierno estamos ante otra oportunidad perdida para ello, pero si se ha dado más pie a seguir acumulando vivienda a manos de los grandes especuladores.

Recordemos las diversas reuniones de Pedro Sánchez con los grandes inversores americanos para trasladarles mensajes de tranquilidad y que no se preocupen por sus intereses en España. Mala antesala de la cacareada Ley de Vivienda que está por aprobarse, más pronto que tarde aunque con excesivo retraso dada su urgencia.