Fotograma del videoclip de “PROUD”, de Miss Raisa i Nel·lo C

‘Ya no es la misma, ha cambiado’. ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase?

La realidad es que el cambio a menudo se ve como un completo abandono a nuestra esencia real, un olvido a nuestros valores, como si nos saliéramos del camino que nos pertenece, a pesar de no saber quién ha decidido cuál es nuestro camino realmente.

La connotación del concepto de cambio siempre ha estado relacionada con algo negativo, con dejar atrás aquello que tanto nos ha caracterizado para convertirnos en alguien irreconocible, además del tono que se usa al expresar la frase del inicio, un tono con ciertas notas de decepción e incomprensión, como si hubieran perdido a alguien.

El cambio es necesario y es maravilloso a pesar de la reputación que arrastra consigo mismo.

Cambiar es evolucionar, es crecer, es una oportunidad para ser mejores, pero depende de nosotros y de cómo lo gestionamos que éste sea exitoso o no.

Algunos no conciben la idea de que las personas simplemente estamos en constante cambio y transformación, y cada ser va en busca de su camino y de su paz, incluso si estamos arriesgando nuestro confort y nuestro entorno, porque sabemos que más allá hay oportunidades de mejorar nuestro ser que desde el miedo y la comodidad no se pueden alcanzar.

Gestionar el cambio no es una tarea fácil, no es una novedad. Pero, en esta vida nada lo es. Absolutamente todo requiere trabajo mental y predisposición, pero a menudo el miedo a lo desconocido, la incertidumbre que nos genera el porvenir, la preocupación, y la falta de conocimientos nos hacen resistirnos al cambio y verlo como algo de lo que protegerse.

A menudo me pregunto: ¿Qué voy a perder intentándolo? Y más adelante me vuelvo a preguntar: ¿qué voy a perder si no lo intento? Las respuestas son totalmente diferentes, y sorprenden mucho.

¿Y cuántas veces hemos perdido oportunidades esenciales en nuestra vida por miedo al cambio? Es natural querer evolucionar y ser mejores en todos los ámbitos, alcanzar tus metas y sentirte autorrealizado, pero para ello hay que estar predispuesto a crecer, aprender y sentirte un tanto incómodo incluso, para poder conocerte un poco más e identificar tus miedos.

No es fácil, claro que no. Pero la satisfacción interna que se siente al evolucionar y notar la mejora es algo que es indescriptible.

‘Lluitant sempre per alguna cosa millor’ es una frase que canto en mi canción PROUD con Nel·lo C y no podría ser más certera. El cambiar en busca de algo mejor nunca puede ser negativo, incluso si no se consiguen los resultados esperados, el cambio está hecho.

El ser humano estamos en constante evolución, crecimiento y aprendizaje, y nos debería hacer feliz tener la capacidad de escucharnos y respetarnos, en momentos de estabilidad y en los momentos de cambio.

En mi primer libro, escribí un poema que dice lo siguiente:

‘Por fin hoy soy lo que siempre he temido, Estoy encaminada de una vez hacia mi camino Avanzo con sentimientos que nunca he sentido Y me pregunto si realmente esto es mi destino’

Es natural que nos sintamos extraños, que nos hagan sentir que estamos equivocándonos y que no está bien arriesgarnos, pero lo que hay más allá de todos estos obstáculos, es un sentimiento de profundo orgullo, aumenta nuestra autoconfianza y nos sentimos más capaces de sobrevolar cualquier bache que nos ponga la vida por delante.

A pesar de frases como la del inicio, probables comentarios de rechazo que vayamos a recibir, es cierto que es importante actuar con firmeza y que nuestras decisiones dependan únicamente de nosotros y nuestra forma de ver la vida. Es nutritivo poder absorber sabiduría de otras personas para aumentar nuestro conocimiento y ampliar nuestra perspectiva, pero jamás deberíamos frenar nuestros objetivos o metas por lo que puedan decirnos o por la dificultad de aquello que queramos hacer.

Cambiar es la clave.

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