“Hay algo profundamente extraordinario en las cosas ordinarias”. Quimera, la primera novela del actor y escritor Daniel Cabrera (Bilbao, 1997) narra un encuentro casual entre Fede y Nico mediante una aplicación de citas. Algo normal se convierte en algo extraordinario. Una conexión que explora el autoconocimiento con reflexiones necesarias para una juventud solitaria y pone algo de orden en el caos emocional de un colectivo LGTB+ aún demasiado incomprendido. 

“Leyendo Quimera me he retrotraído a mi yo de quince años, cuando me cuestionaba todos los días lo que era, cuando me negaba constantemente a mí mismo” afirma el activista y diputado en la Asamblea de Madrid, Santi Rivero, autor del prólogo. “Ojalá a ese Santi le hubieran regalado este libro. Habría sido sanador, me habría ayudado a entender sensaciones y emociones que en aquel momento quedaban como interrogantes frustrantes en mi vida”, concluye. 

¿Es el amor una quimera para el colectivo LGTB+, se ha interiorizado la idea de un amor no correspondido? 

A pesar de haber empezado muy atrás, sabemos lo que queremos y lo que no y hemos aprendido sobre nosotros mismos y a comprender cómo nos sentimos. Tenemos en nuestro proceso de desarrollo enraizada la idea de que es imposible que un amor sea recíproco y aunque no es un imposible real, sí que es algo que llevamos en nuestras espaldas. Una gran parte de la vida adulta la pasas intentando decirle a tu cuerpo que sí que puede ser recíproco.

¿Crees que también hay una búsqueda de aprobación?

Más que aprobación, validación, ya como ser humano. Estamos muy acostumbrados a ser invalidados por algo que ni siquiera podemos entender. Hay una necesidad de sentirse válido, porque es algo básico que se nos ha negado toda la vida. 

La novela empieza con un encuentro, que en principio tiene que ser efímero, entre los protagonistas mediante una aplicación de citas. ¿Cuál es el papel que desarrollan las aplicaciones hoy en día en el colectivo y cuál crees que deberían de tener?

Hay todo tipo de aplicaciones de encuentros. Es una red amplia que está muy bien, porque hay una libertad para elegir. El problema está en el mal uso. Hay personas que buscan en ese espacio el afecto que buscarían en una relación. Las dinámicas que se desarrollan entre una persona que busca algo más efímero y las de alguien que busca una relación son radicalmente distintas. Tendemos a buscar las cosas en el lugar equivocado. Creo que pueden ser muy útiles, pero es difícil usarlas bien y tienden a ser un agujero negro. 

 

Hay una necesidad de sentirse válido, porque es algo básico que se nos ha negado toda la vida

En el libro se exponen las dificultades que en ocasiones existen entre los jóvenes LGTB+ para comunicarse sexoafectivamente, que generan dudas constantes sobre la validez de los sentimientos. ¿Qué dificultades crees que eso genera en la gestión emocional a las que una persona heterosexual no se va a enfrentar nunca? 

Se produce desde la primera vez que te gusta alguien a los cinco años o cuando te fijas por primera vez en un chico en la televisión. Una persona heterosexual no sufre ningún problema con eso, ya sencillamente internamente. Espero que ahora haya entornos familiares más normalizados. Yo al menos lo viví como algo que no entendía, no sabía por qué no encajaba, me sentía como los dos imanes que nunca se unen. Creo que eso sucede en edades fundamentales en el crecimiento de una persona, cuando se establecen las bases de lo que serás. Reflexionando sobre mis traumas, el 80% son durante mi infancia o de la adolescencia. Estar tan condicionados por norma y de base te limita a entenderte. Muchas personas del colectivo crecen y maduran muy rápido. Asumen una mayor inteligencia emocional. 

¿Crees que siguen existiendo grandes diferencias para las personas LGTB+ entre un pueblo y una ciudad? Me gustaría saber cómo fue tu experiencia personal en una ciudad y qué diferencias puedes ver con Madrid, por ejemplo.

Yo nací en Bilbao, donde hay mucha diversidad y a veces no la veo ni en Madrid. Me crie en un ambiente familiar que siempre me ha animado a ser como soy. Tanto una ciudad como la otra siempre me han dado cierta tranquilidad, aunque siempre vas con una sombra detrás. 

 

Muchas personas del colectivo crecen y maduran muy rápido. Asumen una mayor inteligencia emocional

¿Crees que es hora de desterrar el rito de sentarse con tu familia para comunicar tu sexualidad en búsqueda de aceptación?

Yo nunca lo hice. Fue todo muy orgánico, porque no hubo un punto de inflexión. Yo tuve una familia que siempre me protegió y me respetó. Me gustaría que todo el mundo lo pudiera vivir igual. Hay mucha gente que lo hace para quitarse un peso de encima. Aunque ese peso no debería de existir, existe. Siempre voy a animar a que cada uno haga lo que necesite para estar bien y cómodo con uno mismo. 

Daniel Cabrera |Aitor Ramos

Cuando publicaste un post en Twitter sobre tu novela, un usuario te comentó: “Es cosa mía o también la literatura gay que se publica en este país hay que ser normativamente guapo, cuerpo de gym y todas esas mierdas” a lo que tú contestaste: “Totalmente de acuerdo, por mi parte estoy intentando utilizar ese privilegio para poner el foco donde creo que debe ponerse, así que, aunque sea probable que me lo hayan publicado por marketing, hablo de temas que considero muy necesarios y te animo a leerlo”.  En la actual era de la sobreexposición, ¿Vivimos en una guapocracia? ¿Está el colectivo mucho más sujeto a esas dinámicas?

En ficción o entretenimiento es algo que se da por descontado. Como actor lo tengo claro y no aceptarlo es muy hipócrita. No le voy a quitar mérito a mi trabajo, aunque igual sí que he tenido un trato que otra persona no habrá recibido. Es algo general, aunque sí que en el mundo gay puede estar muy explotado con más estereotipos. Creo que tiene peligro cuando pretendes entrar en una imagen de ser un chico guapo y tener un buen cuerpo. Ese condicionamiento es peligroso. Por suerte, en el resto del colectivo hay mucha más pluralidad y diversidad.

 

Mi libro tiene un mensaje anticapitalista

“Recordar que el sistema y el capitalismo son una invención, no son más que la mitología de hoy en día”, afirma uno de los personajes de la novela. ¿Dirías que Quimera es un libro antisistema?

No sé si tengo el honor de llamarlo antisistema. Mi libro tiene un mensaje anticapitalista. Quimera hace referencia al amor de los protagonistas, pero también a la lucha por un movimiento social. Puede que no se consiga, aunque debemos luchar por conseguirlo. El libro tiene una ética y un pensamiento crítico que me parece normal. Lo que buscamos en una sociedad y lo que queremos sacar de ella. Ya que vivimos en sociedad y compartimos tanto, vamos a intentar vivir en harmonía y de manera equitativa. 

En la novela hablas de una visión occidental de la vida basada en trabajar, ganar dinero o ser productivos ante la perspectiva de muchas culturas indígenas que defienden que “estamos vivos, igual que lo está la naturaleza, no necesitamos lograr nada para ser válidos en nuestra humanidad”. ¿Crees que la vida occidental basada en la velocidad y la masificación fomenta la soledad? 

Vivir con una concepción de tener que aportar constantemente a la sociedad, bajo unas condiciones capitalistas es una losa. Eso genera que a medida que entramos en la edad adulta haya cada vez más depresión. Hay contextos como encontrar un trabajo o crear una familia que en muchas ocasiones no son orgánicos. Es algo muy impuesto que tenemos como una verdad absoluta. Claramente, tenemos que comer y pagar un alquiler, pero dentro de eso, no nos condicionemos más para perder nuestra individualidad. 

 

Ya que vivimos en sociedad y compartimos tanto, vamos a intentar vivir en harmonía y de manera equitativa

Se habla de los jóvenes como “generación de cristal” con ideas como intolerancia, frustración, inestabilidad emocional, inseguridad, sensibilidad o búsqueda de reconocimiento social. En este último año, casi un 20% de los adolescentes deseó haberse muerto, según el INE. ¿Estamos creando sociedades enfermas?

Otras generaciones han tenido sus revoluciones, aunque la diferencia con la nuestra es internet y la globalización. Con las redes sociales hay una mayor visibilización de todas las realidades y permiten compartir experiencias. Este libro también nace del compartir experiencias con gente de redes sociales. Nuestra generación tiene el altavoz para quejarse y compartirlo. Las otras generaciones han progresado de una manera más limitada y ahora estamos desafiando al sistema. Estamos poniendo el foco en la importancia de la salud mental, tanto en la infancia como en la adolescencia. Creo que antes se aceptaba la desdicha y se seguía adelante y ahora se expresa lo mal que estamos. Nuestra juventud está enferma por lo que nos condiciona todo lo que nos rodea, que muchas veces no tiene sentido. 

La novela insiste mucho en la importancia del nosotros mismos más allá de lo que es la sociedad y en cómo tenemos capacidad de decisión real de hacia dónde queremos llevar nuestra vida. Habla de que “todo el mundo merece una ovación” y manda un mensaje de empoderamiento.  

Quería que la novela sucediera en tan solo un día y estuviera condenado desde el inicio porque creo que muchas veces nos aferramos a las cosas e intentamos mantenerlas en nuestra vida cuando estamos transitando constantemente. Coincidir bien es muy difícil. Hay gente a quién coincidir le basta, pero ya que vamos a coincidir, coincidamos bien. Vamos a retroalimentarnos de lo que estamos viviendo y aportarnos como en una simbiosis. Debemos de estar para recibir, pero también aprender a dejarlo ir.  Es importante que entendamos cómo queremos enfrentarnos a la vida, para no solo sobrevivir, sino para disfrutarla.

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2 comentaris

  1. Javier Martínez Muñiz on

    hola soy Javier de León porque eres tan borde con tu madre Manolita si te dice algo que cuentes la verdad estarás en casa con ellos una familia te quiere mucho y tú rechazas a tu familia haz caso y diga la verdad si no quieres a cantar en bayas eso quiere que sufra tu familia si no haces por ellos haz por mí te lo suplico se que tienes miedo de decir la verdad que fue Jero y sus amigos que se pudra ellos de la cárcel no tu

  2. Inmaculada Lopez Perez on

    La felicidad de los hijos , de tu propia persona, de tu familia, de la gente en general es tu prioridad

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