Carl T. Bergstrom es biólogo teórico y evolutivo y Jevin D. West es cofundador de DATALAB  Ambos son profesores en la  Universidad de Washington y ambos son los autores de Bullshit. Contra la charlatanería. Ser escéptico en un mundo basado en los DATOS[i][1] (Capitán Swing, 2021).Traducido al castellano por Victoria Pradilla. Bergstrom y West tardaron dos años y media en escribir este ensayo pero no por falta de material, sino por todo lo contrario:”Hay tantas falacias por ahí que hay que saber detectarlas y refutarlas y eso nos ha llevado mucho tiempo” dice Bergstrom.

Este ensayo trata las mentiras que vivimos en nuestra cotidianidad, las que flotan constantemente en nuestra vida gracias a nuestros amigos, familiares, empleadores, medios [2]de comunicación, etc. Estos dos profesores estadounidenses repasan la definición de bullshit por parte de Harry Frankfurt, de Freud o en cómo las detecta las “cajas negras” de Bruno Latour; habla de los primeros casos de bullshit de la Historia cuando Sócrates señala a los sofistas por sus mentiras o describe el trabajo del bullshitter. Además de ilustrar casos falsos, los autores nos ayudan a detectarlos al alertarnos de las deepfakes y nos recomiendan que consultemos con las agencias de factcheking.

Aprovechamos la participación de Carl Bergstrom en la última edición de la Bienal de Pensament de Barcelona para poder entrevistarle.

 En un par de frases, ¿podría definir qué es el bullshit y cuál es su objetivo? 

Nosotros definimos bullshit como un lenguaje, una cifra estadística, unos datos gráficos y otras formas de presentación con la intención de impresionar y abrumar a un lector o a un oyente con un flagrante desprecio por la verdad y la coherencia lógica.

El objetivo es el descrito anteriormente: persuadir a la audiencia impresionándola o abrumándola, en lugar de explicar algo con claridad y veracidad.

¿Cuál es la diferencia entre el bullshit antiguo y el moderno? 

 Tradicionalmente, la mayor parte de las mentiras han venido bajo una forma de lenguaje rebuscado, retórico, pero el mundo actual está muy cuantificado y los datos son primordiales. La mentira moderna se aprovecha de ello y utiliza números, estadísticas, algoritmos de aprendizaje automático, gráficos de datos y otras formas de argumentación cuantitativa para persuadir, abrumar e impresionar a la audiencia. Hay un dicho común: “Los datos no mienten”. El problema es que esto es falso. Incluso si los datos son precisos, pueden utilizarse fácilmente para contar una historia falsa.

 ¿Hubo un hecho relevante que les impulsara a escribirlo?

 Decidimos publicar el libro después de programar un curso en la Universidad de Washington en donde se enseña este mismo material. Nuestra motivación no fue tanto un acontecimiento político o social en particular sino una creciente comprensión de que una de las habilidades más importantes en nuestro trabajo es la capacidad de detectar las mentiras cuantitativas. Es una habilidad esencial para las personas que trabajan en la ciencia, la tecnología, el periodismo, la medicina y muchas otras áreas, pero no tenemos cursos que las enseñen directamente, así que decidimos crear uno de este tipo. El curso tuvo una gran demanda en la Universidad, y atrajo la atención de los medios de comunicación de todo el mundo. Los cursos universitarios están muy bien, pero  se  puede llegar a mucha más gente con un libro que con un curso.

Como biólogo ¿cómo cree que afecta el bullshit al cerebro y al comportamiento humano?

La mente humana evolucionó para enfrentarse a entornos físicos y sociales complejos. Una faceta de esos complejos entornos sociales es la presencia del engaño. Para desenvolvernos en estos entornos, hemos desarrollado lo que  llamo la “teoría de la mente”: la capacidad de pensar en lo que piensan los demás. Podemos considerar que “Si digo esta mentira, ¿será creíble o la persona o tendrá otras razones para saber que estoy mintiendo?”. Podemos preguntarnos:”¿Tiene la persona que me cuenta esto o lo otro un incentivo para engañarme?”. Podemos descubrir formas de comprobar si nos están diciendo la verdad. Y podemos aprender a descartar las palabras de las personas que nos han mentido en el pasado.

La cuestión es que la mente humana ha evolucionado en un entorno social plagado de engaños. Hemos evolucionado para mentir y para detectar las mentiras. Sin embargo, esto no significa que seamos necesariamente muy buenos en su detección. Podemos mejorar mucho a través del  aprendizaje.

En su libro nos recomiendan que nos informemos a través de medios que proporcionen mucha fiabilidad, pero ¿cree que es posible que podamos seguir el consejo en un mundo casi dominado por las redes sociales y por la rapidez en el consumo de la información que conlleva nuestro modo de vida?

Es una buena pregunta. No es fácil. Las redes sociales proporcionan un nuevo vehículo para la difusión de información falsa, y estamos inundados de información a un ritmo inimaginable incluso desde hace unas décadas. Fundamentalmente, nuestro libro trata de empoderar a la gente para que vea las falsedades y mentiras que parecen estar en todas partes en estos tiempos. Nuestra esperanza es que mucha gente quiera ser capaz de hacerlo. Si es así, nuestro libro puede ayudar.

Obviamente, no llegará a todos los que podrían beneficiarse de él. No todo el mundo va a dedicar tiempo a leer un libro sobre cómo se utilizan los números para mentir. Nuestro objetivo aquí, en Estados Unidos, es empezar a incorporar parte de este material en los planes de estudio de los institutos y de las universidades estadounidenses

 

[1] Traducido por Victoria Pradilla Canet.

[2][2][2]

[i]  Traducido por Victoria Pradilla Canet

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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