El Colegio de Periodistas y el Consejo de la Información de Cataluña (CIC), en conmemoración de los treinta años del Código Deontológico y los veinticinco del CIC han organizado seis jornadas para reflexionar sobre “Los Retos Éticos del Periodismo” y el pasado lunes en el auditorio del campus de comunicación de la Universidad Pompeu Fabra se ponía el foco en la precariedad del oficio como amenaza para el ejercicio ético.
El periodismo lleva años sinónimo de precariedad. A la crisis del 2008, que todavía no se ha visto revertida, se le suma una falta de modelo del periodismo digital en el que no acaban de funcionar ni las suscripciones ni la publicidad. Carles Pont, decano de la Facultad de Comunicación afirmaba que el sector cada vez está más “oligopolizado” y se enfrenta a una “polarización de la esfera pública”. Además, la inmediatez y globalización a la que está expuesta el oficio, con la llegada de la digitalización, supone una pérdida de calidad. “Estamos en un momento de más oportunidades, pero menos recursos”, añadía Josep Carles Rius, presidente del CIC, para animar a un auditorio lleno de estudiantes de periodismo que se ven desanimados ante un panorama desmotivador. Rius afirmaba que “los periodistas tenemos el reto de encontrar un nuevo modelo”, ya que “el binomio virtuoso de negocio y servicio público, que había sido el periodismo hasta ahora, ya no funciona”. Además, añadía que debe hacerse con “formas sin ánimo de lucro como fundaciones o cooperativas, como ocurre en Estados Unidos; con espíritu de servicio y una actitud crítica, puesto que muchos medios no hacen periodismo sino un servicio a intereses concretos”. Para ejemplificar lo que debe ser el nuevo periodismo habló de La Marea, que el pasado fin de semana conseguía más de 250.000 euros gracias a un crowfunding con donaciones de la gente que le permitirá ofrecer más periodismo a la ciudadanía, porque “el periodismo debe comprometerse con las democracias desde la ética”, concluyó. Magda Gregori, responsable del Grupo de Trabajo de Precariedad del Colegio de Periodistas de Cataluña afirmó que “la precariedad dificulta ejercer el oficio desde la ética” y que hay que “tener el objetivo de servir a la sociedad y no ser esclavos de la competitividad”.
Los perfiles más precarios: los jóvenes, que un 80% cobran menos de 15.000 euros; las mujeres y los periodistas digitales
La precariedad contempla desde bajos salarios, inestabilidad, trabajar con colaboraciones, como estudiantes en prácticas o como autónomos, sobrecarga de trabajo u horarios que impiden la conciliación. La doctora en comunicación, Laura Fanals, realizó su tesis sobre precariedad laboral y ética periodística, donde comprobó que el 36% de los cuatrocientos encuestados cobraban menos de 15.000 euros anuales, sólo un 50% tenía un contrato a tiempo completo y un tercio debía tener más de un trabajo. Los perfiles más precarios: los jóvenes, que un 80% cobran menos de 15.000 euros; mujeres y periodistas digitales. “Es una profesión precaria, que sólo pueden permitirse quienes viven en familias con recursos que les pueden ayudar”, lamentó.
La precariedad en el oficio lleva más de diez años arrastrándose. La doctora en periodismo, Ruth Rodriguez, afirmaba que en encuestas de 2012 y 2018 se ha identificado como el principal problema del oficio en España, la precariedad. Además, desde la ciudadanía existe una carencia de credibilidad en los medios, confirmada por Reuters Institute.
“Soy joven, mujer, trabajo en un medio digital y escribo sobre cultura, imaginaos la precarización”, afirmaba Claudia Pérez, que añadió la variante de clase social, como definitoria de las condiciones en las que se puede desarrollar la tarea de periodista. “Los jóvenes hemos vivido en una constante crisis. Cuando no nos habíamos recuperado de la crisis de 2008, estalló la pandemia. Estamos acostumbrados a asumir trabajos que no nos gustan sólo por un sueldo y genera un gran malestar en el que la ética queda en un segundo plano”, explicaba.
Pedro Rusiñol, fue periodista en El País y Público y es socio fundador de Alternativas Económicas y Magnolia. Él puso el foco en la organización sindical con comités de empresa y sobre todo, en la propiedad de los medios: “es clave para saber a qué intereses trabaja un medio”, aseguraba. “Cuando El País pasó de pertenecer a la familia Polanco, a los bancos por su gran deuda, el diario ya no podía tratar muchos temas, porque iban en contra de los propietarios”, afirmó. Como ejemplo del nuevo periodismo habló de La Marea, Catalunya Plural o Alternativas Económicas “diarios que sabes que no deben obedecer a intereses empresariales”.
¿Cómo dignificar la profesión?
Los ponentes destacaron la importancia de mantener la ética personal y profesional, además de no estar dispuestos a trabajar gratis. Procurar hacer colectiva la lucha por salir de la precariedad y recuperar el prestigio con calidad y educar a la sociedad para que la valore. Por último, construir medios de comunicación con implicaciones de los trabajadores en la propiedad para garantizar diarios libres de intereses concretos.
En la fila cero estaban representados sindicales. Desde el Sindicato de Periodistas, CCOO y UGT se denunció el reciente bloqueo del nuevo convenio y hubo una unanimidad al destacar la importancia de la organización para garantizar los derechos de los profesionales del sector.


