Interpretar Lo prohibido es una obra colectiva, en la cual 28 artistas provenientes de distintas ramas del arte, fueron convocados por Esmeralda Berbel a representar su novela Lo prohibido (Editorial Tres Hermanas, 2022). Se trata de una exposición que, al igual que lo consigue la trama del libro en el cual se inspiraron los artistas, genera una gran incomodidad en el espectador.
A través de un relato íntimo, el libro narra la relación amorosa entre una escritora y un hombre manipulador. Las obras que forman parte de la exposición están hilvanadas en torno a la idea del maltrato psicológico, el cual es representado a través de disciplinas tan variadas como la poesía, la fotografía, la danza y el diseño de indumentaria, entre muchas otras más.

Durante la inauguración de la exposición, que ya puede visitarse en la FX Animation Barcelona 3D and Film School, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Esmeralda Berbel, para preguntarle acerca de su libro y sobre la obra que está presentando:
¿Qué es “lo prohibido”?
Lo prohibido son esos territorios que es mejor no tocar. Son muy atractivos, porque lo que está prohibido siempre nos atrae, ¿no?. Más a los de mi generación, con tanta represión franquista que teníamos. Pero hay algunos que es mejor no tocarlos, o que si los tocas, mejor salir rapidito.
¿De qué trata la novela Lo prohibido?
Se trata de una relación de poder muy confusa, en la que hay dos personajes: una mujer enamorada y entregada, que no comprende lo que está sucediendo, y un hombre oscuro. Ella, a la vez que le atrae esa oscuridad, también ve la luz en él, y esa es la continua confusión. Es una relación de mucha manipulación y muy confusa, porque el maltrato no es evidente, hasta que empieza a serlo, porque el verbal acaba siendo muy fuerte, pero no hay empujones, no hay algo que ella pueda decir “Ostia, qué está pasando aquí”.
Y luego la violencia que él ejerce sobre ella está muy dosificada, con lo cual también ella está muy confusa. Está descifrando qué le ocurre a él y qué necesidad tiene este hombre de actuar de esta manera. Va sobre un maltrato, pero no es un maltrato tan evidente, y por eso me interesaba mucho narrarlo. No es lo común, es algo que creo que nos puede pasar a todas y a todos.

En el libro, un periodista dice a la protagonista, en la presentación de uno de sus libros: “Más allá de la épica personal de la protagonista, el tema es íntimo y universal”. ¿Buscaba eso con este libro?
Es muy íntimo, porque si ves, no hay grandes avatares, no hay mucha épica. No les están pasando muchas cosas, más que cosas muy internas. Y es muy universal, porque el maltrato, desgraciadamente, es muy universal. Cada uno en su jerarquía, en su medida, y luego hay unas medidas. Aparte, aquí hay un maltrato sin necesidad, es decir, obviamente no existe el maltrato con necesidad, pero él parte de un lugar callado y silencioso, entonces no se entiende por qué tiene esos arranques de violencia, de manipulación y de desprecio hacia ella. Él es aparentemente muy culto, pero solamente en apariencia, porque no tiene la cultura de tratar bien, que es una cultura más necesaria que ninguna otra.
Entonces, ¿qué le dice para que ella deje de trabajar? “Escribe, escribe, no hagas nada más que escribir”. Eso es maravilloso, la protagonista piensa “Ostras, eso no me lo ha dicho nadie, qué maravilla”, pero es la manera que él tiene de decirle que deje de trabajar. Entonces no lo hace de una forma bruta, como lo haría otro tipo de maltratador.

En la novela hay muchos personajes, que son mujeres, que le advierten a la protagonista de esa violencia. ¿Qué rol tienen ellas en el libro?
Algunas están más alertas, pero no todas, porque las mujeres que transitan alrededor del personaje están confundidas en ese sentido. De hecho, están todas ahí, muy alrededor, no hay ninguna que le pare los pies. Por ejemplo, las hermanas de él, cuando le aconsejan “No le hagas tanto caso, no importan las palabras”, o cuando le dicen “Puede ser el hombre más dulce del mundo y el hombre más cruel del mundo”. Claro que ella se va alertando, claro que ella va recogiendo información. Pero incluso la madre, que es el personaje más terrenal, cuando le dice “Qué jaleo esto”, y cosas por el estilo, es evidente que a ella no le gusta. Pero no puedes hacer nada cuando entras ahí, más que ayudar, esperar, proteger y estar muy alerta.
En el libro, la protagonista muchas veces expresa que existe un entrecruzamiento que le parece casi inescindible entre las novelas que escribe y su vida personal. ¿Es también un sentimiento suyo a la hora de escribir un libro tan íntimo como este?
En mis clases siempre digo que, si estás escribiendo sobre tu vida, es asunto exclusivo del escritor, no del lector. Yo trabajo siempre con material muy veraz y con la libertad de la ficción.
¿Cómo nació el proyecto Interpretar lo prohibido?
Nació en una clase de arte y feminismo a la que asistí como alumna, que impartía María Llopis, que es una activista. Yo necesitaba saber cuántas mujeres han hecho cosas artísticas que no fueran escritoras, porque sé mucho acerca de las escritoras, pero no sabía nada de las pintoras, escultoras y tal. Fue un taller muy interesante, en el cual ella nombró a la artista multidisciplinar Sophie Calle, esta mujer que, de una cosa tan pequeña y personal como lo es una carta de ruptura que recibió por correo electrónico, convocó a más de cien artistas para que la interpreten, y así ella creó arte.
Y cuando vi el vestido que creó el estilista José Duarte al terminar de leer mi novela, en el cual escribió frases del libro en el corsé y en la extensa falda y que después la artista Isabel Herrera paseó durante toda la tarde del día de Sant Jordi, dije “es esto, lo voy a hacer”. La verdad es que los libros se mueren muy fácilmente, entonces dije “quiero más vida, quiero darle más vida, quiero a mi gente interpretando esto. Estoy muy cansada de trabajar sola y tengo muchas ganas de hacer algo más artístico y más colectivo”.

¿Hay algo de particular en Lo prohibido como novela que habilita la interpretación de la historia en tantos formatos distintos de arte?
Creo que esta novela daba mucho juego. No me imagino mis otras novelas siendo interpretadas de esta manera, ni me interesan tampoco. Esta me interesaba mucho. No tengo ni idea por qué. Es una cosa absolutamente intuitiva. Puede que sea porque esta es una historia de ruptura, pero Irse, así como también otras que he contado, también fueron sobre ruptura. No lo sé, creo que fue el momento adecuado, la situación adecuada. No tengo ni idea.
Siendo hablado por otros artistas, ¿sigue reconociendo su relato en estas obras?
El mensaje del libro, o más que el mensaje, el tratamiento y la trama del libro, es el maltrato psicológico, y todas las obras de la exposición están enfocadas un poco hacia eso. Cada artista lo hizo desde su perspectiva y en su desciframiento de la lectura. Yo no me reconozco en estas obras como me reconozco en la literatura, pero reconozco la maravilla de lo que es evocar. Es una inspiración y es una evocación. Identifico mi obra en estas obras porque puedo identificar en qué se han inspirado. Pero a su vez no la reconozco, no porque no esté, sino porque es algo muy distinto a lo que yo hago. Lo íntimo ha pasado a ser externo y una fiesta diferente.

¿Cuál fue tu grado de involucramiento en este proyecto?
No me involucré, estaba totalmente confiada. Yo solamente convoqué a los artistas que tenía cerca y ellos mismos me fueron diciendo “Oye, dile a tal”, y así fuimos convocando, hasta que 28 ya nos parecieron muchos. Y luego de eso les dejé absolutamente libertad total. Por algo convoqué a los que convoqué y no cité a otros. Porque sé que son artistas, porque sé que son creadores. Porque percibí que lo podían hacer.
Fue todo muy rápido. La gente que tardó mucho finalmente no lo hizo. Se les disparó tan rápido que enseguida se les ocurrió lo que iban a hacer, estaba muy sorprendida. Claro, todos habían leído el libro. Los que no lo habían leído, les dije que primero lo leyeran, porque igual el libro no les inspira nada. Es muy bonito, que a partir de una lectura, te inspire otra cosa en tu propia disciplina.
¿Alcanzó mayores dimensiones de las que esperaba al principio?
Pues ahora sí. Yo pensaba hacerlo con un grupito de amigos y luego ya veríamos de exponerlo en mi casa para pasarlo bien y disfrutar de este arte colectivo. Pero claro, cuando vi que se hacía muy grande le pedí ayuda a Marta Codina, que es una directora de arte, y ella me dijo “Esto lo hacemos bien o no se hace”. Y ya cuando comenzamos a mirar sitios para exponer, todos me parecían bien, y Marta me decía que eran pequeños. Ella no conocía todavía a Fátima Vilà, que es la CEO de FX Animation, y cuando nos fuimos las tres de viaje, nos dimos cuenta que entre las tres lo teníamos todo para hacer la exposición. Y cuando me dijeron que había prensa, me di cuenta que esto era más gordo de lo que pensaba. Si hubiera pensado que era algo tan grande, quizá no me hubiera atrevido.

Hay un claro predominio de artistas mujeres entre quienes participan de esta exposición. ¿Fue una decisión consciente teniendo en cuenta la temática de la novela?
No. Tengo más cerca a las mujeres artistas que a los hombres artistas en mi vida. De hecho, a la mayoría de los hombres artistas que aparecen en la obra yo no los conocía, aparecieron después. Solamente conocía a Víctor, que es mi amigo. Y pensé que tenía que compensar un poco, porque me despisto y somos todas mujeres. Me puse intencionadamente a convocar hombres, eso sí que lo hice después. Pero están más cerca de mi vida las mujeres en este momento. De hecho, la portada del libro es el perfil de mi hija. La fotógrafa es la hija de Fátima. Todo lo que tengo más cerca es con lo que quiero trabajar.
¿Qué sensación da a una autora ver una obra tan íntima representada por otras personas, de tantas maneras y en tantos formatos distintos?
La sensación es la emoción, estoy profundamente emocionada, y sobre todo estoy profundamente agradecida de que ante mi propuesta, todas estas personas hayan pasado horas haciendo un trabajo por amor al arte. Estoy agradecida por la generosidad de mis amigos, y no todos eran mis amigos, algunos se sumaron porque la propuesta les pareció interesante. La generosidad de Marta Codina, porque sin una directora de arte yo no hago nada de esto, y la generosidad de Fátima Vilà, o sea que todo el mundo se ha apuntado a la fiesta.
Es verdad que veníamos de un momento difícil en la pandemia, de un momento muy restrictivo, y a mí se me disparó muchísimo la creatividad durante el encierro. Pero esto no lo podía haber hecho sola, yo escribo sola, esto es arte colectivo. Me parece que estamos necesitados, o yo estoy necesitada de tribu y de trabajar en comuna. Creo que es así.
Esmeralda Berbel también participó como guionista y codirectora del corto El Secreto, de Señora X Productions, dirigido por Leo Sosa, que forma parte de la obra colectiva. La exposición se inauguró el 10 de noviembre y podrá visitarse, de manera gratuita, hasta el 2 de diciembre de 2022, en la escuela de cine y arte FX Animation Barcelona 3D and Film School, ubicada en Carrer de Pujades 112, Barcelona.


