Personajes de ficción como Spiderman, Capitán América o Hulk se han convertido en verdaderos iconos de la cultura popular a nivel global, fácilmente reconocibles independientemente de la forma en que se interactúe con el mismo, sea como espectadores, lectores, jugadores o a través de cualquier producto que porte la imagen del superhéroe en cuestión. Solo en el año 2022, las películas estrenadas y producidas por Marvel Studios (Doctor Strange in the Multiverse of Madness, Thor: Love and Thunder, Black Panther: Wakanda Forever), han recaudado entre las tres cerca de 2,5 billones de dólares en las salas de cine de todo el mundo en apenas unos meses desde su estreno.

Además, hay que añadir las series de televisión, los cortos, los especiales, los documentales y las producciones de animación, todo ello accesible en la plataforma Disney+. Las tres películas mencionadas han cerrado lo que se conoce como la Fase 4 del denominado «Universo cinematográfico de Marvel», un prodigioso proyecto de crear un universo compartido de personajes de ficción donde algunos elementos de la trama se cruzan entre las diferentes producciones, y los elencos pueden intervenir en varios títulos interpretando al mismo personaje. El colosal resultado abarca hasta el momento más de treinta películas entre las estrenadas y las previstas y más de cien episodios entre las diferentes series, con la inmensa cualidad de que la mayoría de las producciones se pueden ver sin haber visionado previamente las anteriores, pero que, consideradas en su conjunto, ofrecen una cierta continuidad entrelazando eventos que suceden en las diversas ficciones. El resultado empresarial es apabullante, dotando a la compañía de la capacidad de financiar la producción, la distribución y la comercialización de todo lo que supone la explotación del citado Universo y la creación de nuevas producciones. Y la inspiración de todo, del pasado y del futuro, era muy fácil de ubicar: se encuentra en los cómics de superhéroes de la editorial Marvel Comics.

Creada en 1939 con el nombre de Timely Publications, no es hasta principios de 1961 que adquiere el actual apelativo de Marvel Comics (entre 1952 y 1961 su nombre fue Atlas Comics). La empresa surge a finales de una década fundamental para las publicaciones conocidas como comic book, un cuadernillo grapado a color o en blanco y negro (eso sí, siempre con portadas espectaculares), que tenían 16, 24 o 32 páginas de forma habitual, con varias historias cortas o una de principal. El formato se ha mantenido desde entonces, en los míticos 17 centímetros de ancho por los 26 centímetros de alto, que corresponde a un octavo del tamaño de una doble hoja de los periódicos de principios de siglo (pues sí, tenían una considerable medida en aquella época), lo que facilitaba la tarea de impresión en las máquinas ya existentes, y solo se debían de realizar los pliegues correspondientes para formar el cuadernillo, de ahí que el número de páginas fuera múltiple de ocho.

Biblioteca Marvel

Los comic book nacen en las primeras décadas del siglo XX con la idea de aprovechar la gran cantidad de producción gráfica que se ha publicado durante años en forma de tiras de prensa, lo que permitía recuperar el trabajo efímero que suponía dibujar en un diario, y dar sentido a la historia en su conjunto, además de fomentar el coleccionismo si te gustaba el personaje o las tramas. El éxito de las ventas impulsó la creación de nuevo material pensado específicamente para este formato, en ocasiones adaptando relatos publicados en las conocidas como revistas pulp o de pulpa, hasta que la irrupción de un personaje inédito hasta el momento lo cambió todo. En 1938 se publicó la primera historia protagonizada por un superhéroe, Superman, y su descomunal éxito impulsó la creación de otros personajes en los siguientes meses, como Batman, Flash o Wonder Woman en la misma editorial que el krytoniano.

La eclosión de los superhéroes fue súbita y fulgurante, lo que propició el mimetismo del resto de editoriales, cada una de ellas con su propuesta diferente de personajes. El primer número editado por Timely Publications en octubre de 1938 incluía las aventuras de superhéroes, entre otros, de la Antorcha Humana (que, por cierto, se trataba de un androide) y de Namor (que debuta en el cine en la película Black Panther: Wakanda Forever, 2022), y tendríamos que esperar un par de años a que apareciese la cabecera del Capitán América, dando un puñetazo en la cara al mismísimo Hitler en la portada del primer número de la colección, dos años antes de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial.

Los comic book en general y las aventuras de los superhéroes en particular sufrieron todo tipo de vicisitudes a lo largo de las siguientes dos décadas (para profundizar en el tema, os recomiendo la lectura del artículo Las hogueras que inspiraron la novela Fahrenheit 451 no eran de libros, 2022). A finales de los cincuenta y principios de los sesenta destacaba especialmente una cabecera: La Liga de la Justicia, un cómic donde los protagonistas superhéroes trabajan en equipo liderados alrededor de la figura de Superman. El director de la editorial, recientemente bautizada como Marvel Comics, propuso a su editor jefe que pensara en publicar algo de superhéroes, a imagen y semejanza de la exitosa colección de la competencia, con el ánimo de competir en el mercado y diversificar su oferta (en aquel momento, como en el incipiente cine de ciencia ficción de la época, protagonizada por monstruos nacidos en la mayoría de los casos por las mutaciones creadas por explosiones nucleares).

Biblioteca Marvel

El editor jefe desde hacía dos décadas en la editorial era Stanley Martin Lieber (1922-2018), un aspirante a escritor que acabó en la editorial de su tío con apenas 17 años y que poco después ya escribía guiones para los cómics de superhéroes (su debut fue en los primeros números de Capitán América). Con la esperanza de poder dedicarse a escribir novelas en el futuro, su verdadera pasión, decidió firmar con un seudónimo los guiones de las historietas, considerando que estas eran un arte menor dirigidas a un público adolescente. Y el nombre escogido fue Stan Lee, un parónimo de su verdadero nombre de pila, Stanley.

En 1961, Stan Lee aceptó el reto de crear una historia protagonizada por un grupo de superhéroes, para lo que estableció unas premisas peculiares que han sido claves en el éxito posterior de la editorial. En primer lugar, el diseño del personaje debía ser fundamental, pero no solo los superpoderes o el traje, sino el carácter y la personalidad del mismo. ¿Cómo actuaría si existiera de verdad? ¿Cómo se relacionaría con su familia o sus amigos? ¿Cómo viviría? ¿Tendría trabajo… pareja… vivienda? Las experiencias vitales forjarían el carácter de los personajes y las decisiones tomadas marcarían su personalidad, lo que facilitaba la complicidad del lector al comprender el comportamiento del mismo a lo largo de los diferentes números. Y acertó en el temperamento de la mayoría de los protagonistas, al diseñarlos con una clara pátina cómica en su quehacer, incluso en las batallas más duras. Las motivaciones no eran condicionadas por los traumas vividos, aunque también tuvieron los suyos, y siempre los protagonistas provocaban una sonrisa en el lector.

Las historias acontecían en nuestra realidad y de forma coetánea, de tal manera que, a lo largo de las seis décadas de publicaciones, se han tratado los conflictos sociales del momento: racismo, guerra del Vietnam, drogas, alcohol, discriminación, segregación,… o el atentado del 11S, entre otros muchos. Esa interacción con la realidad del momento favorecía la creación, a su vez, de un universo ficticio integrado artificialmente en las ciudades y geografía reales del planeta, interconectados entre sí, e interconectado internamente dentro del propio universo de ficción. Además, Lee potenció la interacción con los lectores con una sección de cartas en cada número, lo que permitió descubrir rápidamente un dato esencial, primordial para el desarrollo del universo: los lectores no eran solamente adolescentes.

Biblioteca Marvel

El pasado 28 de diciembre de 2022, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Stan Lee, la Editorial Panini iniciaba la publicación de una nueva colección con un título que indica claramente la intención: la Biblioteca Marvel. Panini recupera las historias originales tal y como se publicaron en su día (en formato y contenido), con una calidad sublime al recuperar y restaurar los dibujos y colores e incluir numerosos detalles para provocar una sensación de inmersión completa al lector. Incluso, desde un punto de vista sociológico, tanto por la publicación de las cartas originales que nos ayuda a comprender las inquietudes de cada época (y descubriremos algunas participaciones ilustres de creadores famosos que escribieron a la editorial en su juventud como un aficionado más). Los tomos de la biblioteca recopilan seis comic book originales cada uno e incorporan algunos extras muy interesantes, con textos introductorios y dibujos singulares, en el que destaca especialmente un grafo cronológico que sitúa los diferentes cómics en su contexto histórico, en algunos casos determinantes en el devenir de la historia de la ficción.

El primer volumen de la nueva Biblioteca corresponde a Los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four), que llegó al mercado pocos días antes del inicio de la construcción del Muro de Berlín, y en medio de la conocida como Guerra Fría. Uno de los máximos exponentes de la no contienda bélica entre los dos grandes bloques fue, sin duda, la carrera espacial, una carrera para ver quién enviaba antes el primer satélite al espacio, el primer hombre en el espacio, el primer viaje a La Luna o… el primer viaje a Marte. En ese contexto, Lee utilizó un viaje al espacio para justificar que los poderes los habían adquirido los cuatro tripulantes de la nave debido a los rayos cósmicos. Y tomó otra decisión fundamental en el universo Marvel a partir de ese instante: el líder no era el más fuerte, el más guapo, el más rápido o el más valiente… el líder era el científico.

El segundo volumen de la biblioteca incide en la idea primigenia de ahondar en el conflicto permanente, especialmente en la dualidad que había inspirado a Lee el clásico de la literatura El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (The Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde, 1886), de Robert Louis Stevenson. Estamos hablando del físico Bruce Banner y su antagonista Hulk. En Hulk, como antes en Los Cuatro Fantásticos, nos regocijamos al contemplar el trabajo prodigioso del dibujante Jack Kirby (1917-1994), autor con solera y sobrada experiencia en el desarrollo de personajes y de historias de superhéroes (cocreador del personaje de Capitán América junto al guionista Joe Simon a principios de los cuarenta, entre otras muchas creaciones). Kirby fue la pareja perfecta en el nuevo proyecto, después de varios lustros trabajando en equipo con Lee, desarrollando lo que bautizaron con el nombre de «estilo Marvel». El estilo Marvel consistía en que el guionista esbozaba en un texto la trama de la historia, el diseño de los personajes que intervenían en la historia y el porqué de su proceder y los sucesos que acontecerían, con mayor o menor detalle, dependiendo del caso. El dibujante ilustraba las páginas siguiendo esas indicaciones y, una vez acabadas, el guionista añadía los diálogos y los textos de soporte, tal cual. Es una forma rápida de trabajo con numerosas ventajas y numerosos inconvenientes, obviamente, dejando una gran libertad al dibujante pero con dificultades asociadas al método, que se agravaron con el tiempo al aumentar la producción y la complejidad de las historias.

Biblioteca Marvel

La serendipia se manifestó en todo su esplendor en 1962, en una historia corta de un nuevo personaje que protagonizaba la portada del anunciado último número de una revista, lo que facilitó la experimentación por parte del equipo creativo, el guionista Stan Lee, y uno de los grandes talentos del cómic, el dibujante Steve Ditko (1927-2018). Los dos crearon a Spiderman, innovando notablemente, saltándose las reglas básicas del género en varios aspectos pero el principal fue la clave del éxito: el superhéroe protagonista tenía 15 años, una edad insólita para un protagonista hasta ese momento, con un aparente cuerpo enclenque a la vez que buen estudiante en ciencias. Sus conocimientos le salvaron en más de una ocasión, mientras luchaba preocupado por tener tiempo de hacer los deberes cuando acabara la pelea con el villano de turno o, años más tarde, preocupado por si podría pagar el alquiler, cuando el personaje fue creciendo con el tiempo y se incorporaba a la universidad como estudiante de química. De nuevo, era más interesante la vida del joven Peter Parker que la del propio superhéroe.

La nueva Biblioteca Marvel pone en valor los cómics clásicos, realizando un esfuerzo titánico editorial y un trabajo destacado de diseño gráfico. Pero, sobre todo, la colección facilita el acceso a los contenidos en un formato próximo al original y con las páginas también originales (es decir, incluida la publicidad americana, los artículos y las cartas de los lectores del momento). Desde un punto sociológico, es interesante apreciar los debates que se planteaban, como la idoneidad de que un personaje hiciera tal o cual cosa, o sobre la idoneidad de que los personajes crecieran y, consecuentemente, madurasen, actuando con memoria respecto de los sucesos y experiencias vividas.

La puesta en marcha de la Biblioteca Marvel de una forma cronológica de los personajes más emblemáticos del Universo Marvel abarcará las tres primeras décadas, aunque en realidad estas historias ya estaban publicadas con anterioridad, incluidas en volúmenes integrales que desde hace tres lustros está publicando la Editorial Panini. Los integrales de centenares de páginas tienen una característica contradictoria: el precio significativo del ejemplar, importante para el bolsillo del comprador, contrasta con el hecho de que, en realidad, esas historias son mucho más baratas en el integral que si las hubiéramos tenido que comprar por separado. La realidad es que el éxito de los personajes en todos sus frentes (cómic y cine, pero también en videojuegos, cómics infantiles, libros ilustrados, cromos, etc.), ha permitido disponer de las mismas historias publicadas en formatos diferentes, dirigidos a segmentos diferentes de mercado, bien para los aficionados seguidores de las colecciones, bien para los nuevos lectores, bien para compradores esporádicos.

Teniendo en cuenta esta premisa, la Editorial Panini ha publicado, coincidiendo con la irrupción de la Biblioteca Marvel en las librerías, el libro Guía para lectores del Universo Marvel (2022), ideal para empezar, ordenar o completar las diferentes publicaciones integrales de las historias protagonizadas durante seis décadas (no se incluye la Biblioteca Marvel, puesto que la publicación cronológica ayuda a que se autoordene a sí misma con la numeración progresiva). La guía no solo recoge las publicaciones existentes, sino que indica las que se realizarán en los próximos años, además de incorporar información básica de los diferentes tomos, así como grafos orientativos que relacionan los diferentes eventos y colecciones,… sesenta años da para mucho y ahora todo está mucho más claro. Si te gustan las películas de Marvel, la emoción al verlas es mucho mayor para los que conocen los personajes y sus historias a través de la lectura. Y, ahora,… ahora ya no tenemos más excusas para no leerlas.

Share.
Leave A Reply