El gobierno de Reino Unido ataca los derechos de las personas trans escocesas

El lunes pasado, el gobierno del Reino Unido anunció que bloquearía el proyecto de ley de reforma de género de Escocia, una intervención sin precedentes que Nicola Sturgeon (primera ministra de Escocia) describió como un “ataque frontal completo” al Parlamento escocés. En 25 años desde la devolución, ningún gobierno británico ha dado el paso que quiere dar el Partido Conservador, que parece dispuesto a romper con todo para salvar su pellejo. 

El proyecto de ley de reforma del reconocimiento de género (Escocia) fue aprobado por una mayoría sustancial de legisladores escoceses de todo el espectro político en diciembre, y la Sra. Sturgeon lo calificó como un “día histórico para la igualdad”. Las nuevas reglas pasarían a la autodeterminación para cambiar de género legalmente —eliminando el requisito de diagnóstico médico —, mientras que el tiempo de espera se reduciría de dos años a seis meses, y el límite de edad se reduciría de 18 a 16. 

Entonces, ¿cómo pudo el gobierno del Reino Unido hacer esto y cómo funciona el sistema de devolución en el Reino Unido? Los escoceses pueden aprobar sus propias leyes sobre temas como la atención médica, la educación y el medio ambiente, mientras que el Parlamento del Reino Unido en Westminster sigue a cargo de temas como la defensa, la seguridad nacional, la migración y la política exterior. Si el gobierno del Reino Unido cree que un proyecto de ley de Holyrood (Parlamento escocés) modificaría las leyes reservadas para Westminster (Parlamento del Reino Unido) y tendría un “efecto adverso” sobre cómo se aplican esas leyes, puede bloquearlo utilizando una orden de la Sección 35 que, hasta ahora, no se había utilizado nunca.

El gobierno del Reino Unido argumentó que el proyecto de ley afectaría la legislación de igualdad en todo el Reino Unido. Los grupos de derechos trans refutan esto argumentando que la Ley de Igualdad, que se aplica en todo el Reino Unido, es 100% independiente de la Ley de Reconocimiento de Género y nada en el proyecto de ley escocés cambia eso. Ahora hay dos opciones para el gobierno escocés, ya que no pueden anular esta decisión: modificar el proyecto de ley y devolverlo al Parlamento escocés, o desafiar al gobierno del Reino Unido en los tribunales.

Esta acción de un gobierno del Reino Unido, profundamente impopular, debe tomarse en contexto: 2022-23 ha visto niveles impensables de huelga en el Reino Unido, desde la atención médica hasta el transporte, desde los servicios postales hasta la educación. El gobierno intentó enfrentar a los trabajadores contra el público, culpando a la acción industrial por “arruinar la Navidad”, y se reprendió al descubrir que la aprobación pública de las huelgas rondaba el 60 %, una señal de que después de la austeridad, la opinión pública ha cambiado drásticamente desde los años de Cameron hace una década atrás.

El primer ministro más rico que ha tenido el Reino Unido, Rishi Sunak, es un líder que no tiene nada que decir al pueblo británico, razón por la cual rara vez escuchamos de él. La mantequilla en los supermercados tiene etiquetas de seguridad, las personas no pueden calentar sus hogares a temperaturas bajo cero, hay informes de un exceso de 300 muertes a la semana debido a retrasos en las ambulancias y, sin embargo, Sunak y sus ministros no ofrecen ningún plan. En cambio, su gobierno ha estado aprobando un paquete de políticas antidemocráticas agresivas que limitan los derechos de protesta y de huelga, y se centran en la retórica antiinmigrante y en la aplicación de políticas inhumanas como las deportaciones a Ruanda. Lo último ha sido tratar de agregar personas trans vulnerables y un choque con Escocia en el coctel.

Los conservadores van a la zaga en las encuestas, y los sindicatos que lideran la huelga han sido efectivos para mantener el apoyo público y establecer la agenda de los medios hasta el momento. Comenzar una pelea con la comunidad trans, posiblemente una de las comunidades más vulnerables del Reino Unido, es desvergonzado, pero era esperable. Antes de convertirse en primer ministro, una de las primeras promesas de Sunak fue proteger los “derechos de las mujeres”, y sus aliados declararon que crearía un manifiesto en el que se opondría a las mujeres trans que compiten en deportes femeninos y exhortaría a las escuelas a “ser más cuidadosas en la forma en que enseñan las cuestiones de sexo y género”.

Sunak, un político ligero en política y principalmente invisible, ha apostado a que los derechos trans es un tema que polariza a la sociedad. Está mostrando sus credenciales de línea dura a los miembros de su partido, mientras se opone a los escoceses justo cuando la Corte Suprema de Gran Bretaña dictaminó en noviembre que el gobierno escocés no puede celebrar unilateralmente un segundo referéndum de independencia.

Un gobierno profundamente impopular surgido de un partido político, en estos momentos, profundamente impopular. Esta última acción es un intento de distraer a los ingleses, y, en particular, de la terrible situación económica e ineptitud tory. Difícilmente funcionará, y ciertamente consolidará el apoyo escocés a la independencia; pero en el fondo de esto hay personas trans que ya están pagando un alto precio.

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