Los miembros de la Cámara de Representantes y del Senado tomaron posesión el pasado 3 de enero. Los Demócratas ampliaron ligeramente su mayoría en la cámara alta de 51 a 49 mientras que el partido Republicano consiguió una mayoría en la Cámara de Representantes de 222 a 212. Los grupos parlamentarios del partido Demócrata en ambas cámaras no son monolíticos. Algunos senadores y congresistas Demócratas no apoyarán iniciativas de la Casa Blanca. Pero la división dentro del partido Republicano es mucho más honda. Kevin McCarthy necesitó 15 votaciones para convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Representantes -el llamado Speaker of the House. Hacía más de un siglo que se necesitaba más de una ronda de votaciones para escoger en el Speaker. Esta circunstancia se debe a que la mayoría tan exigua (10 escaños) del partido Republicano otorga un poder desproporcionado a aproximadamente cincuenta y tres congresistas muy conservadores. Estos congresistas están integrados en el llamado Freedom Caucus. Se creó este grupo en 2015 para oponerse a que el liderazgo Republicano en la Cámara de Representantes pactara con los Demócratas y el entonces presidente Barack Obama. Los Republicanos querían impedir en ese momento que se financiara el programa de seguro médico popularmente conocido como Obamacare.
La mayoría de los miembros del Freedom Caucus son admiradores de Donald Trump y siguen afirmando que no perdió las elecciones presidenciales de 2020. No critican a los grupos supremacistas que asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021 y muchos de ellos defienden otras teorías y conspiraciones propias de la extrema derecha. Pero sin ellos McCarthy no podía convertirse en presidente de la Cámara. Diecinueve de ellos votar en contra de McCarthy en varias ocasiones. Para finalmente obtener su apoyo, McCarthy tuvo que hacerles muchas concesiones humillantes que debilitan muchísimo su poder. Sólo será necesario que un congresista lo pida para plantear un voto de censura para expulsar a McCarthy del cargo. Los miembros del Freedom Caucus estarán muy bien representados como presidentes y miembros de varios comités claves de la Cámara, incluido el que fija las reglas. McCarthy también les ha prometido que dará mucho más tiempo antes de permitir que un proyecto de ley sea sometido a votación por el pleno de la Cámara, permitiendo así que los congresistas del Freedom Caucus puedan pasar horas criticándoles. Los Republicanos en general son partidarios de reducir el gasto (ya menudo también los impuestos) para disminuir la deuda y déficit de EE.UU. Freedom Caucus convierte la disciplina presupuestaria en una religión. McCarthy también se comprometió a rechazar que se vote en el pleno a favor de grandes paquetes de gasto del gobierno. Los proyectos de ley autorizando el gasto se tendrán que aprobar de forma individual. Y será más fácil que un congresista plantee una enmienda a un proyecto de ley.
En cuanto a las prioridades de la mayoría Republicana en la Cámara, muchos comités llevarán a cabo investigaciones con la intención de desgastar la imagen del presidente Joe Biden y su administración. Indagarán sobre los negocios del hijo de Joe Biden en China, el origen de la Covid-19, la retirada de EEUU de Afganistán en el 2021, la actuación del ministerio de Justicia y del FBI respecto a Donald Trump y cómo se gestiona la crisis de inmigrantes en la frontera con México. La entrega voluntaria de aproximadamente diez archivos con información confidencial que se encontraban en un despacho privado de Joe Biden también será objeto de investigación por parte de la mayoría Republicana. Los documentos fueron descubiertos por abogados de Biden y entregados inmediatamente al ministerio de Justicia el pasado dos de noviembre. Son relativos al período durante el cual Biden fue vicepresidente bajo Barack Obama. El ministerio de Justicia ha llamado a un fiscal especial independiente para esclarecer el tema. Los Republicanos más radicales intentarán utilizar esta situación para minimizar los más de cien documentos confidenciales que el FBI encontró en la residencia privada de Donald Trump en Mar-a-Lago el 8 de agosto de 2022. La búsqueda de Mar-a- Lago fue autorizada por una orden judicial.
Los casos no son comparables. Trump y sus abogados desafiaron repetidamente durante meses órdenes judiciales y demandas de los Archivos Nacionales (donde deberían estar los documentos) solicitando los materiales. En el caso de Biden, sus abogados entregaron de inmediato los documentos al ministerio de Justicia, además de otros informes no requeridos para subrayar su cooperación. El equipo del presidente afirma que los pocos escritos confidenciales se extraviaron cuando las pertenencias del entonces vicepresidente fueron trasladadas de la residencia del vicepresidente a una oficina que Biden empleó en Washington, D.C.
Necesidad de elevar la deuda nacional
La primera confrontación entre la mayoría Republicana de la Cámara de Representantes y la Casa Blanca está ya servida. Es necesario elevar el techo de endeudamiento del gobierno federal de EEUU, acción que requiere el voto favorable del Congreso. De lo contrario deberían paralizarse actividades del gobierno federal y el departamento del Tesoro no podría realizar los pagos sobre la deuda del país. En 2011 y 2013 ya se produjeron enfrentamientos por el mismo tema entre el presidente Barack Obama y los Republicanos en el Congreso. El de 2013 obligó a un cierre parcial del gobierno federal durante dieciséis días, durante los cuales se tuvieron que detener actividades no esenciales y 850.000 empleados federales permanecieron en su casa.
La ministra del Tesoro, Janet Yellen, anunció que el gobierno agotó el límite de endeudamiento -que es de 31,3 billones de dólares- el 19 de enero. A diferencia de otros países, el ejecutivo de EE.UU. no puede emitir deuda por encima del nivel fijado por el Congreso. El Tesoro puede utilizar mecanismos contables para retrasar una hipotética suspensión de pagos hasta junio. Suspenderá nuevas inversiones del fondo de jubilación y discapacidad del Servicio Civil y del Fondo Postal y también en el plan de ahorro y jubilación de empleados federales. El Tesoro cuenta en la actualidad con 400.000 millones de dólares en efectivo. La Casa Blanca ha reiterado que no negociará recortar el gasto con los Republicanos porque ya fue autorizada por el Congreso cuando aprobó el último presupuesto. Del total de deuda de 31,38 billones (un 120% del PIB de EE.UU.) aproximadamente una cuarta parte es propiedad de dos ramas del gobierno. La administración de la Seguridad Social (el sistema de pensiones) ha invertido 2,8 billones de su superávit en deuda del gobierno. La Reserva Federal posee 5,5 billones en bonos de la Hacienda. Países, empresas y particulares extranjeros tienen 7,2 billones en deuda de EE.UU. Japón y China son propietarios de un billón en deuda cada uno, y el resto está en manos de empresas, particulares y administración pública no federal (estados y condados) estadounidenses. Si los mercados bursátiles empiezan a descender es probable que se produzcan negociaciones entre la Casa Blanca y los Republicanos. En este ambiente de hostilidad, sin embargo, es improbable que en los próximos meses ambos partidos puedan pactar legislación de cualquier tipo.