El camino de la coeducación y sus retos

La coeducación, la perspectiva feminista de la educación, implica transformar la educación en un espacio de pensamiento crítico comprometido con la no discriminación y todos los ejes de opresión, la lucha por la igualdad/equidad de oportunidades, poner el centro a tomar conciencia del sexismo, caminar hacia el ideal de convivencia libre de violencias y de la justicia social.

La coeducación y su práctica

El concepto de coeducación tiene un largo recorrido, y se ha utilizado para hacer referencia a la educación conjunta de dos grupos o más de población diferentes. Por ejemplo, se empleó en el siglo XIX en los EE.UU., cuando en las escuelas de personas blancas aceptaron que fueran personas negras. En el territorio español y catalán, se usa en su acepción más general, que se refiere a la educación conjunta de niñas y niños en la escuela. Explorar el camino de la coeducación en territorio español y catalán nos da la oportunidad de analizar el trabajo ya hecho y señalar los retos siguientes.

La coeducación implica transformar la educación en un espacio de pensamiento crítico comprometido con la no discriminación y todos los ejes de opresión

Primeros pasos

En el Estado español, las primeras defensas de la escuela mixta y de la coeducación se dieron en el marco del pensamiento racionalista e igualitario, que consideraba la igualdad de todas las personas en la educación y en la sociedad. La lucha por la emancipación de la mujer también está presente en estas propuestas pedagógicas. En este sentido, la Escuela Nueva es un buen ejemplo de defensa de la coeducación. Emilia Pardo Bazán, en su rol de consejera de Instrucción Pública, propuso en el Congreso Pedagógico de 1892 la coeducación a todos los niveles, a pesar de que el planteamiento no fue aprobado. De manera paralela, la Institución Libre de Enseñanza (1876-1938) también vinculó sus principios pedagógicos a la coeducación. Otro ejemplo de práctica coeducativa en territorio catalán fue la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia (1901-1906), que tomaba como modelo las anteriores escuelas racionalistas y laicas, y que sirvió de modelo en otros centros escolares. Todas estas iniciativas abrieron el camino a la organización de la educación mixta de la Segunda República y del Gobierno de la Generalitat de Catalunya. Esta ruta hacia el modelo escolar mixto se interrumpió con el golpe de estado de Franco y su dictadura. Así, no es hasta el 1970 que se modifica en profundidad la legislación franquista educativa con la Ley General de Educación. Con esta ley, se crean las condiciones para generalizar la enseñanza básica hasta los 13 años, con el mismo currículum para niñas y niños.

Primer cuestionamiento: el sexismo y el sistema sexo-género binario

La implementación de la escuela mixta se instauró sin ninguna reflexión específica. De alguna manera, se pensó que juntando a niños y niñas en la misma aula se ponía fin a las discriminaciones y las desigualdades por razón de sexo/género. Es entonces cuando se empieza a entender el concepto de coeducación como un modelo educativo que pone conciencia sobre el sexismo y que busca cambiar las estructuras que lo perpetúan. El cuestionamiento se agudiza y plantea una crítica al sistema sexo-género binario como la base de las violencias machistas. Si entendemos que este sistema sexo-género modela nuestras vidas, entendemos que el sistema de educación no es una parte exenta de este marco, sino todo el contrario, un espacio donde también se perpetúan las violencias de manera intrínseca.

Segundo cuestionamiento: la mirada interseccional y el racismo

Esta herramienta de análisis desarrollada por los feminismos negros puso y pose en el centro la vida de las mujeres negras denunciando el racismo estructural y relacional. Originalmente acuñada por Kimberlé Williams Crenshaw en 1989 y redifinida caracterizada por la intersección de los sistemas de opresión y sus vectores/esos de opresión y privilegio. Tanto Kimberlé Williams como Patricia Hill son consideradas las madres del análisis interseccional. De todas maneras, como todo ello tiene una autoría colectiva, tenemos que denominar aquí a una de las otras madres: Sojourner Truth. Truth ya denunció en 1851 el racismo del feminismo blanco, y evidenció que no se puede hablar de una estructura universal de las mujeres, sino que hay que tener en cuenta otras intersecciones de opresión/privilegio como ahora son la raza y la clase.

El feminismo interseccional pone en cuestión todas las dinámicas de discriminación que operan a escala relacional sustentadas por las violencias estructurales

Así es que hablar de coeducación desde una perspectiva interseccional es ampliar la mirada y visibilizar y entender cómo la violencia machista está presente en el sistema educativo, interseccionando con otros ejes que también es importante atender. El feminismo interseccional pone en cuestión todas las dinámicas de discriminación que operan a escala relacional sustentadas por las violencias estructurales.

Tercer cuestionamiento: el decolonialismo, el antirracismo y la interculturalidad

El decolonialismo y el feminismo decolonial son paradigmas de pensamiento que nacen en Abya Yala (el nombre más antiguo hasta ahora conocido referido en un territorio americano) con las resistencias a la colonización y la colonialidad, y que viajan a Europa, mayoritariamente y no solamente, a través de personas que tienen la experiencia de recorridos migratorios fruto del colonialismo.

Este paradigma denuncia que la colonialidad se instauró como un patrón de poder que definió la “civilización occidental” superior en todos los ámbitos al resto de organizaciones del planeta. Por su parte, la interculturalidad es el proceso de interacción entre culturas diferentes y diversas que conviven en el mismo territorio. La interculturalidad propone que valoremos y nos relacionamos con todas las culturas por igual, justamente rompiendo el legado colonial supremacista blanco que hace que las veamos como inferiores y que seamos capaces de crear nuevas expresiones culturales compartidas. Estas cuatro ideas, interseccionalidad, decolonialismo, antirracismo e interculturalidad han llegado para graduar nuestras gafas coeducativas.

[ Este texto es extracto del artículo homónimo de Soledad Abejón que forma parte del Anuario 2022 del Observatorio de la educación local. Próximamente tendréis disponible el texto completo y el resto de contenidos del Anuario a la Librería de la Diputación de Barcelona ]