El 8M llena Barcelona de luchas y reivindicaciones diversas

La Assemblea 8-M convocaba una manifestación feminista: de cuidados, laboral, estudiantil y de consumo “contra el sistema cisheteropatriarcal, racista y clasista”. El acto central de la jornada comenzaba en Plaça Universitat con la participación de más de treinta colectivos que elaboraron un manifiesto conjunto. En la marcha se podía ver representación de organizaciones, sindical, política… y de la sociedad civil, que llenaron Barcelona con unos 100.000 asistentes según datos de la organización.

Dentro de la manifestación, la diversidad de los participantes comporta una gran diversidad de reivindicaciones y demandas. Una vez más, se pedía la derogación de la ley de extranjería porque representa “un aparato de violencia institucional machista” que “criminaliza a las mujeres migrantes”. Exigen el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) y denuncian la reciente apertura del módulo de mujeres en el CIE de Zona Franca “donde hay doce compañeras sometidas a condiciones de detención violentas”. Además, reivindican el derecho a emigrar y “la regularización de todas las personas que se encuentran sin papeles en el territorio”. Sindihogar, Marea Verde o Furia Mexicana serían algunos de los colectivos de índole antirracista, mayoritariamente formado por mujeres latinoamericanas, que aportaron su lucha hacia temas como el derecho al aborto.

El año pasado se registraron 99 feminicidios y otros asesinatos en el país, por lo que reivindicaron mantener el consentimiento en el centro de la ley solo sí, tras la modificación del PSOE por la rebaja de condenas que han aplicado algunos jueces. La reforma salió adelante en la votación en el Congreso con el apoyo del PP y con los morados en contra. La representación política también se hizo notar, y es que Esquerra Republicana de Catalunya, con algunos de sus líderes más destacados presentes, reivindicaban el lema de la propia ley, “sólo sí es sí”.

Por otra parte, a pesar de la reciente ley de aborto aprobada en el Congreso de los diputados, el manifiesto lamenta que “es una oportunidad perdida” para romper con el “estigma de excepcionalidad social y sanitaria que recae sobre el aborto” al no despenalizarlo. Además, piden “una respuesta contundente ante la creciente amenaza y ataque a los derechos sexuales y reproductivos por parte de la extrema derecha”. Con lemas como “mi copa menstrual en la boca de Abascal”, las manifestantes dejaban clara su posición hacia los debates que la extrema derecha intenta abrir.

“El feminismo no es transfobia”

El 8M se ha visto marcado, en varias ocasiones, por la división del movimiento feminista en torno a las mujeres trans. La Asamblea 8-M envía un mensaje claro al respecto: “El feminismo no es transfobia” y denuncian los crecientes discursos de odio. Aunque celebran la aprobación de la ley trans y LGTBI afirman que “hay que ir más allá”. En la reivindicación de un movimiento feminista transversal, no faltaron las reclamaciones de las mujeres con diversidad funcional y “el derecho a la plena participación en la sociedad”. En la manifestación se dejaron ver varios lemas y pancartas vinculados a sectores LGTBI, “antes muerta que TERF”, o proclamas en favor de los derechos de las personas trans.

El manifiesto, que forma parte del cierre de la marcha, también reconoce los derechos laborales y sociales de las trabajadoras y denuncia “las condiciones de explotación” que sufren las mujeres y la “criminalización” de las trabajadoras sexuales. Además, piden recuperar los derechos pendientes de las trabajadoras del hogar, a pesar de la ratificación del convenio 189 de la OIT y más inspecciones de trabajo para garantizar unas condiciones dignas. Además, reivindican pensiones mínimas en igualdad en el salario mínimo interprofesional y “que la pensión de viudedad sea el 100% de la pensión de la pareja”.

En materia sanitaria, la Asamblea 8-M pide garantizar “un tratamiento de la salud de las mujeres, lesbianas, bisexuales, trans, no binarias, intersexuales desde una perspectiva integral, diferencial, feminista y sin estigma”. Exigen, por tanto, “la despatologización” de las vidas de todas las mujeres con el revertido de los recortes y la desprivatización de los servicios públicos. Para prevenir las violencias machistas piden coeducación y educación sexoafectiva con perspectiva de género cuya educación fomente el empoderamiento de las chicas y la creación de nuevas masculinidades.

Tampoco faltaron reivindicaciones ecologistas en favor de la gestión de proximidad y en contra de los macroproyectos como la ampliación del aeropuerto, el Cuarto Cinturón, el Hard Rock o los Juegos Olímpicos de Invierno.

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