Hay personas que nacen con la flor en el culo, todas las ponen y cuando caen o bien se levantan solos o alguien les ayuda. Algunos solo tienen ochos y nueves y cartas que no atan, si caen alguien se acercará y les pondrá el pie sobre la espalda para hundirlos un poco más.

Los cinco protagonistas de Los reyes del mundo, chicos que viven en Medellín de lo que pueden robar y que si son reyes lo serán en el mundo de sus sueños, pertenecen al segundo grupo.

Uno de ellos, Rá, el mayor de la pandilla y que sólo tiene 19 años, recibe una herencia inesperada fruto de los acuerdos de paz firmados por el gobierno y la guerrilla colombiana: un pedazo de tierra que era de su abuela. Y los cinco inician un viaje hacia esa tierra prometida. Por el camino irán encontrando de todo -como ocurre siempre en los relatos de viajes desde Ulises-, todo tipo de gente y fortalecerán sus lazos pese a las pérdidas. Especialmente emotiva es la visita a un burdel de carretera donde un grupo de mujeres viejas como el tiempo, castigadas también por la vida, les acogerán, pero no esperen escenas de sexo, porque la necesidad de ser queridos que tienen estos jóvenes que bailan bien cogidos con estas mujeres mayores, que todo les cuelga, que permiten que las caras de sus parejas reposen sobre las pechos o en los hombros, lo empapan todo de ternura. Escenas que la directora Laura Mora va alternando con otros momentos donde la violencia irrumpe con la fuerza de los desvalidos que necesitan encontrar a otros más desvalidos para mejorar sus vidas y todo en un marco maravilloso, una tierra selvática que se convierte en un otro protagonista.

La vida puede ser muchas cosas, pero no suele ser justa

Desde el primer momento adivinan cómo terminará el viaje, sobre todo si ya tenemos una edad. A pesar del lirismo algo onírico de algunas escenas sabemos que la tragedia, que el drama surgirá para congelarnos la esperanza.

Y es que la vida puede ser muchas cosas, pero no suele ser justa.

Los cinco intérpretes no son actores profesionales. Acabas deseándoles que esta película tan impactante sea una oportunidad que les ayude a vivir, a ser reyes de algún mundo, sobre todo después del premio recibido en el festival de San Sebastián.

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