Jaume Collboni (53) es el candidato del PSC en las elecciones municipales de Barcelona. Por tercera vez —pues ya fue el candidato en las elecciones de 2015 y 2019 —, intentará hacerse con la alcaldía de la ciudad, y, según indican las encuestas, está más cerca que nunca de conseguirlo: en estos momentos, casi todas las encuestas pronostican un triple empate entre Ada Colau (BComú), Xavier Trias (Junts per Catalunya) y el propio Collboni. Al ser preguntado sobre cuál sería la primera medida que tomaría de ser alcalde, el candidato responde rápidamente: “el orden y la seguridad”. Sin embargo, también sitúa el problema de la vivienda como uno de los principales problemas de la ciudad. Collboni admite que las políticas que se llevaron a cabo en el pasado no funcionaron, y pese a mostrarse convencido de que el gobierno del Estado aprobará una Ley de vivienda que pondrá un tope al precio de los alquileres, cree que “esto no será suficiente” y que habrá que “incrementar la oferta”.

Preguntado sobre posibles pactos electorales, el candidato socialista afirma que no pondrá líneas ni “amarillas ni rojas” a ningún partido (exceptuando a VOX), pero sí que establecerá condiciones y acuerdos generales de ciudad. Uno de ellos, puede ser interpretado como un posible impedimento a la reedición del pacto Barcelona en Comú — PSC que ha gobernado la ciudad en las dos últimas legislaturas: estar a favor de la ampliación del aeropuerto.

Esta entrevista forma parte de una serie de entrevistas a los distintos candidatos y candidatos a la alcaldía. Puede consultar aquí la entrevista con el candidato de ERC Ernest Maragall, aquí la entrevista a la candidata de la CUP, Basharat Changuerra, y aquí la entrevista con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. 

Jaume Collboni (PSC): “El orden y la seguridad será mi primera prioridad de ciudad de ser alcalde” | Foto: Andrea Lolicato

En caso de que fuese elegido como alcalde de Barcelona después de las elecciones del día 28 de mayo, ¿cuál sería la primera acción que realizaría?

La que tiene que ver con ordenar la ciudad, con el orden y la seguridad. Y en este sentido, una de las primeras cosas que haré será pedir una reunión con el consejero de interior para abordar el despliegue de los 600 Mossos d’Esquadra que en estos momentos deben desplegarse en la ciudad de Barcelona, que están acordados con el presupuesto de la Generalitat acordado con el PSC, y que están pendientes desde los últimos cuatro años.

Si hablamos de visión de ciudad, ¿cómo imagina Barcelona a veinte años vista?

Yo me imagino una ciudad en la que los barceloneses y barcelonesas se sientan orgullosos, que hayan recuperado su autoestima, que sea una ciudad amable para vivir, con calidad de vida, “caminable” y saludable. Una ciudad que al mismo tiempo da oportunidades de trabajo, oportunidades para encontrar en proyecto económico, y un proyecto de vida. Y, si estamos hablando de veinte años vista, pues que la ciudad haya tenido la capacidad de hacer de la transición ecológica y la revolución digital una oportunidad.

Como bien sabe, el último barómetro municipal sitúa la inseguridad como primera preocupación de la ciudad. ¿Qué ha fallado y qué haría diferente, de ser elegido alcalde?

Creo que es necesario situarlo en diferentes niveles. Un primer nivel es el de los episodios de inseguridad que hemos tenido en los últimos años, sobre todo vinculados a la temporada turística. Y yo creo que en este sentido se han realizado medidas importantes, como son el aumento de la plantilla de la Guardia Urbana con mil miembros y la incorporación de mujeres y personas de diversos orígenes, así como algunas modificaciones legales como el tema de la multirreincidencia.

Existe también el problema asociado de la limpieza. Yo no estoy contento con el funcionamiento de los contratos de la limpieza, y otra de las medidas que tomaré en los primeros días o en las primeras semanas será justamente convocar a los contratistas para analizar en qué punto nos encontramos en algunos distritos. Después, creo que hay una cuestión más vinculada al civismo, y que puede tener que ver con la pandemia o con la reapropiación del espacio público. Hace demasiado tiempo que no se habla de civismo, de cuáles son las normas y de la importancia de cumplirlas.

Sin embargo, se le podría argumentar que la concejalía de Seguridad y Prevención ha estado en manos del PSC en los últimos cuatro años. ¿Por qué no se han realizado estas medidas?

No, justamente las medidas relativas a la seguridad sí que se han hecho. Nosotros nos comprometimos al inicio del mandato a aumentar la plantilla con 1000 miembros y lo hemos hecho. Dijimos que acabaríamos con el comercio ilegal, el Top Manta, y lo resolvimos. Hace poco tuvimos un problema con el tema de los “bici taxis”, que ocupaban los barrios del litoral, y se ha resuelto. Lo que depende directamente del Ayuntamiento se ha hecho en el trabajo. Pero no todo nos corresponde a nosotros, sobre todo los aspectos de los delitos de violencia. Esto es competencia de los Mossos d’Esquadra y del sistema judicial.

Desde posiciones de izquierdas se ha criticado la alianza ideológica con el partido del concejal de Seguridad Albert Batlle, proveniente de Unió Democràtica de Catalunya, la histórica fuerza coaligada con Convergrència Democràtica. ¿Qué le aporta esta alianza al PSC?

Yo creo que existe una tradición democrática cristiana en Cataluña y en Barcelona y un espacio de centro político que ahora no tiene representación ni en Cataluña ni en el Ayuntamiento. Hay todo un aspecto del catalanismo de centro, por decirlo de forma muy resumida, que no tiene representación política, porque por mucho que el señor Trias lo intente hacer ver, es muy difícil intentar representar al centro político en un partido político como el del señor Puigdemont y el de la señora Borràs. Este es un espacio huérfano en estos momentos políticamente, y nosotros, a través de esta coalición, podemos representar también desde nuestra posición socialdemócrata y progresista. No existen grandes incompatibilidades que no hagan que sea posible articular esta coalición.

Jaume Collboni (PSC) | Foto: Andrea Lolicato

Usted, aparte de la importancia de restituir el “orden y la seguridad” en la ciudad, ha destacado a menudo durante estos meses que la vivienda es una prioridad de ciudad. ¿Cuál debe ser la política de vivienda que debe llevarse a cabo desde el Consistorio? ¿Qué puede y debe hacerse que no se haya hecho hasta ahora?

Creo que la vivienda es el mayor problema estructural que tiene Barcelona. Nosotros planteamos dos paquetes de soluciones. Una, la regulación: limitar los precios del alquiler. Esto está pendiente de la ley del Estado que estoy seguro de que se aprobará lo antes posible. Nosotros estamos a favor de la regulación, por eso no será suficiente. Esto se hará, pero no será suficiente.

¿Regulación significa toparlos en las zonas “tensas”, tal y como consideraba la ley catalana?

Sí, pero esto no será suficiente, pues el problema no es solamente un problema de precio, es un problema de oferta. Y la oferta que debe generarse debe ser oferta de alquiler, que históricamente no se ha hecho. Durante la etapa socialista se construyeron bastantes viviendas, unas mil al año de media. Hay barrios enteros que son de vivienda pública en estos momentos de la ciudad, pero eran de propiedad, no de alquiler. Era otra política. Yo creo que todos hemos aprendido de la historia y ahora creo que lo que la evidencia nos dice es que lo que debe fomentarse es el alquiler. Aquí tenemos dos espacios de crecimiento que están en construcción: el 22@ Nord, La Sagrera y Bon Pastor, y Marina del Prat Vermell y Zona Franca.

El presupuesto inicial de este año destinado a vivienda es de 163,5 millones. ¿Cómo se financia una política pública que pasa por incrementar la oferta de alquiler mediante la construcción de obra nueva, teniendo en cuenta el elevado coste que implica?

Por ejemplo, con el pacto con el ministro Ávalos y la alcaldesa que firmamos hace tres años. El Estado ha inyectado casi 80 millones de euros para hacer vivienda protegida cuando no le tocaba. Si la Generalitat no lo pone, iremos al Estado otra vez a pedir. Y el Ayuntamiento seguirá trabajando para hacerlo posible, por supuesto. Aparte de la construcción, sin embargo, está la trama urbana. Aquí se ha aplicado una medida — que nosotros apoyamos en 2018 —, que es la de reservar el 30% de las nuevas promociones privadas de vivienda en la ciudad para vivienda protegida. Bien, no ha funcionado. La prueba es que hemos promediado 10 o 12 pisos sociales por año.

¿Cuál es su propuesta?

Lo que planteamos es hacer lo que hacen las ciudades como Nueva York y París, que es monetizar. Es decir, convertirlo en dinero que se da a la administración local. Es decir, convertirlo en dinero y decirles a las promotoras: en lugar de hacer de los diez pisos, tres protegidos y siete “libres”, lo que cuesten estos tres pisos me lo das en dinero y yo con esto haré promociones de vivienda protegida dentro de la ciudad, bien sea construyendo nuevos edificios o comprando otros ya existentes. Debemos flexibilizar el 30% para desbloquear una propuesta que no es que no haya generado vivienda protegida, sino que ha frenado la producción de vivienda. Es un disparate.

Jaume Collboni (PSC): “La medida del 30% no ha funcionado”

Hablemos de turismo. En la línea de la visión de ciudad, ¿qué papel debe desempeñar el turismo en Barcelona? Porque el turismo es uno de los motores económicos de la ciudad, pero al mismo tiempo genera un conjunto de externalidades negativas, especialmente en algunos barrios…

El turismo es un sector muy importante, emplea a mucha gente directa e indirectamente, como podría ser el caso del sector cultural. Pero nosotros no somos partidarios de seguir creciendo en número. Y, por tanto, yo creo que hay que seguir con el criterio general de limitar el número de plazas hoteleras; pero hay que tener en cuenta que, aunque no se diga, tenemos 4.000 plazas hoteleras previstas en el PEUAT en las zonas 2 y 3.

¿Qué debemos hacer en el centro de Barcelona?

Diversificar la economía. Pero para ello es necesario dar alternativas, porque la gente debe poder comer algo y tener oportunidades de trabajo. Y en este sentido, lo que debe hacerse es promover otro tipo de actividad económica, que nosotros pensamos que es la vinculada a las industrias creativas y a la tecnología. Y respecto al turismo, yo creo que el reto es la calidad. Es decir, atraer a turistas que aprecien el destino, que vengan por la cultura, por la gastronomía, etc.

¿Y esto cómo se hace?

Con promoción. Ir a buscar el turismo que quieres.

Según expresó la alcaldesa Colau en una entrevista en este medio, a pesar de haber incrementado en un 20% las licencias de terrazas nuevas en la ciudad respecto al año 2019, ninguna de ellas ha estado en el distrito de Ciutat Vella. ¿Considera mantener esta política?

Yo consultaría bien estos datos. Esta ciudad tiene un problema y un reto muy importante en Ciutat Vella. Para mí la prioridad territorial será la prioridad número uno. Nosotros debemos hacer el proceso que se hizo en los años 80 y 90, que es rehacer un pacto para Ciutat Vella con todas las entidades e instituciones y relanzar un proyecto de transformación de los barrios del distrito. La situación se ha complicado mucho en los últimos años. Debemos admitirlo y debemos asumirlo, y no hacer ver que no pasa nada. A mí me preocupa mucho, porque Ciutat Vella es el corazón de la ciudad y ahora tenemos el corazón enfermo. Hay vías de hacerlo: existe la vía de hacer el pacto por Ciutat Vella, que es recoser los consensos y caminar hacia la Ciutat Vella del futuro, que desde mi punto de vista debe ir vinculada con la actividad comercial de mayor calidad, con la cultura, y la construcción de viviendas, para que la gente de la ciudad vuelva a vivir a Ciutat Vella.

¿La gente de la ciudad?

La gente de Barcelona.

¿No es de Barcelona la gente que vive en Ciutat Vella?

La mayor parte del alquiler y la compra que se produce en Ciutat Vella no son gente de la ciudad. Son extranjeros.

Pero este fenómeno también ocurre en otros distritos, como el de Poblenou…

No al nivel que está pasando en Ciutat Vella.

¿No cree que tiene que ver con la capacidad económica de los inquilinos e inquilinas?

No, tiene que ver con la composición… Tiene que ver con que durante años mucha gente de la ciudad de Barcelona iba a vivir a Ciutat Vella, y eso ha dejado de pasar. Y hemos ido perdiendo densidad… Esto se ve mucho en la Boquería. ¿Por qué le cuesta tanto, al mercado de La Boquería, sobrevivir como mercado? Pues porque no hay vecinos.

O porque hay muchos turistas.

Porque hay más turistas que vecinos. Aparte de hacer políticas de vivienda social, que sin duda tenemos que hacer, lo primero que hay que hacer es ordenar, poner orden, y limpiar el barrio. Una tarea que debe encargarse Albert Batlle, que ya enunciamos que volvería a ser el concejal; después, es necesario recuperar los instrumentos de transformación urbana que teníamos. En su día existía Procivesa, una empresa pública dedicada únicamente a la transformación del barrio. Había un músculo y una capacidad de intervención pública muy directa. Para mí es clave que en este mandato acertemos en Ciutat Vella, porque es muy importante.

Jaume Collboni, durante la entrevista con el director de CatalunyaPlural, Guillem Pujol. Foto | Andrea Lolicato

Le pregunto sobre una posición del partido que enlaza con el debate sobre lo que significa ser progresista, como es la de la ampliación del aeropuerto.

Sobre el aeropuerto, el debate real es sobre el modelo de crecimiento.

Sí, precisamente. La crítica que hay detrás de la ampliación de aeropuerto desde los sectores ecologistas y de izquierdas…

No, de izquierdas, no. Porque yo soy de izquierdas, y los ayuntamientos del Baix Llobregat son de izquierdas y están a favor de la ampliación.

Es muy amplia la izquierda, diríamos.

No, pero yo soy de izquierdas y lo que quiero es, como persona de izquierdas, que los puestos de mayor calidad posible se hagan en mi país para que la gente no tenga que irse de su país y disponga de oportunidades en tu ciudad.

¿Y esto es lo que lograría la ampliación del aeropuerto?

Esto lo contribuye a hacer un aeropuerto ampliado como el que sí harán en Madrid, que parece que ya no hay izquierdas allí porque nadie dice nada. Ampliar el aeropuerto significa más oportunidades para que la gente pueda trabajar en su ciudad y en su país. Y para mí esto es más de izquierdas. Lo que hace la ampliación del aeropuerto es conectarnos a nivel transcontinental; porque si no se hace, al final tendrás que ir a Madrid o Fráncfort para volar a Estados Unidos o Asia. Y de este hecho puede depender una decisión de inversión, cómo la de dónde se ubica una nueva empresa, o donde se decide ir a estudiar o investigar. Tener vuelos directos es relevante. Y por eso estoy a favor de la ampliación, y por eso creo que estar a favor de la ampliación del aeropuerto es de izquierdas.

Ya terminamos, pero antes le pregunto sobre coaliciones y pactos electorales. La alcaldesa dijo que ella priorizaría las coaliciones con los partidos progresistas y que está muy satisfecha de cómo ha ido, en este caso, la legislatura de la mano del PSC. ¿Cuál es su opinión? ¿Qué pactos priorizará? Esto partiendo de la base de que nadie tendrá mayoría absoluta y que los pactos serán necesarios.

La necesidad de pactar o no pactar debe ser sobre la base de programa, sobre la base de propuestas. Yo pongo tres condiciones para hacer posible el pacto. Una, sobre el modelo de crecimiento económico que, en corto, significa posicionarse respecto a la ampliación del aeropuerto. Dos, políticas de actuación social: ni recortes, ni privatizaciones. Y tres, lealtad al Estado ya las instituciones europeas. Basándonos en estas tres condiciones marco, yo haré los acuerdos.

Pero si le pregunto si pactaría con VOX…

No, con Vox no. Es una obviedad que ni menciono. No hablaré de siglas ni pondré líneas rojas ni amarillas.

Exceptuando a VOX, que ya lo ha hecho.

Evidente.

¿Exceptuando a Xavier Trias?

No, no, no, no. Este juego de palabras y preguntas no vale.

La ultraderecha está fuera del mapa. Con el resto de grupos dialogaré con todos. Para realizar los presupuestos del Ayuntamiento —que han sido unos presupuestos de izquierdas—, los hemos acordado con Junts per Catalunya, con el grupo del señor Valls, e, incluso, un año, con la abstención del Partido Popular. Los señores de Esquerra Republicana nos decían que nunca pactarían los presupuestos, y el mes de febrero ya los habían pactado, porque si no Catalunya ahora no tendría presupuestos. Y el señor Trias dijo que “yo nunca de la vida estaré en un partido que rompa el gobierno de Catalunya como candidato”, y hoy es el candidato de Junts per Catalunya. Porque en estos momentos la presidenta de Junts per Catalunya es una persona condenada por corrupción. Yo creo que es más honesto decir sobre qué pactarás o en qué condiciones pactarás, y no con quién pactarás. Cada partido tiene su ideología, cada uno defiende su utopía, creo que es más claro hablar del marco del debate que de las siglas.

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