Catalunya vive una sequía que evoca al 2008 cuando la extrema situación llevó al Govern a planificar el trasvase del Segre y el puerto de Barcelona se preparaba para recibir barcos cargados de agua potable. Las abundantes lluvias dejaron las medidas en vilo y aunque el escenario actual no es tan complejo, quince años después todavía queda mucho por aprender.
La Agencia Catalana del Agua (ACA) diseñó una estrategia para prevenir futuras sequías, aunque entre 2010 y 2017 no se realizó ninguna inversión. Después de siete años se empezaron a impulsar proyectos como la ampliación de plantas potabilizadoras o la construcción de nuevas desalinizadoras. Tampoco se puso al servicio de los ayuntamientos las subvenciones para mejorar el estado de los circuitos, pozos y acuíferos. Quienes sí han hecho los deberes han sido los ciudadanos del área metropolitana con una reducción del consumo de agua: de los 128 litros por persona y día en el 2003, a los 113,7 en el 2007 hasta los 106 litros diarios actuales. La cifra está por debajo de la media de los 117 litros por persona y día de Catalunya o de los 133 de España. De hecho, el consumo metropolitano está muy cerca del mínimo imprescindible que establece la OMS de 100 litros por persona y día.
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) empezó a tomar medidas para adaptar el consumo del agua en los parques después de aprobar un plan de sequía en octubre de 2021, que entró en vigor el pasado noviembre. Entre las medidas destaca la aplicación de la acequia sólo por las noches, la prohibición de llenar las fuentes ornamentales o lagos artificiales y la intensificación de las revisiones de los contadores para facilitar la detección de posibles fugas. En marzo después de que la Generalitat publicara un decreto ante “la sequía excepcional”, el AMB tomó más medidas para minimizar el consumo de agua en la acequia y la limpieza con la movilización de camiones con agua no potable. Las playas también se han visto afectadas por la prohibición del uso de las duchas.
A largo plazo, con el Plan Estratégico del ciclo integral del agua (PECIA) el AMB pretende garantizar el agua en el territorio metropolitano durante 30 años con un conjunto de actuaciones que tendrán un coste de entre 2.100 y 2.400 millones de euros. Algunos de los proyectos ya están en marcha como la aportación extra de agua regenerada en el río Llobregat que se capta en la planta potabilizadora de Sant Joan Despí. En un futuro también se prevé aprovechar el agua del Besòs con la construcción de una nueva planta potabilizadora y de una estación de regeneración de agua similar a la del Prat del Llobregat. Sin embargo, a pesar del contexto de sequía extrema “no habrá cortes de agua este año” aseguraba en la conferencia El agua: retos y respuestas, Ángel Simón, presidente de Agbar. La desalinización del agua del mar y la reutilización de caudales depurados y regenerados han sido determinantes para evitar las restricciones domésticas en la región de Barcelona y permiten no depender de la lluvia.
La ampliación de la estación potabilizadora de aguas subterráneas del Besòs permitirá multiplicar la producción de agua en menos de un año y también se pretende captar directamente agua del Besòs por primera vez para potabilizarla. La desalinización se ha convertido en la principal fuente de suministro, con un 33% del total, de los 23 municipios servidos por Aigües de Barcelona gracias a las plantas de Blanes y El Prat. Otra medida es el envío de caudales regenerados desde El Prat hasta Molins de Rei, donde se vierten al río Llobregat para ser captados, filtrados y distribuidos en Sant Joan Despí. Las aguas regeneradas son ya la segunda fuente de suministro. Representan un 25% en la zona metropolitana y despiertan grandes expectativas de desarrollo, ya que requiere menos energía que la desalinización. Por tanto, ahora mismo, el AMB garantiza el suministro por las potabilizadoras de Abrera y Sant Joan Despí, que tratan las aguas del Llobregat; la de Cardedeu (Ter), los pozos del Besòs (Vallbona en Barcelona) y del Llobregat (Cornellà y Sant Feliu). Por otro lado, se encuentra la desalinizadora de El Prat y la planta regeneradora del mismo municipio, que sanea los caudales depurados antes de reutilizarlos. A diferencia de la anterior sequía de 2008, también está en funcionamiento la potabilizadora de La Llagosta. Sin estas medidas, el AMB ya estaría en fase de emergencia con la aplicación de restricciones. La desalinización y regeneración ha pasado del 3% en abril de 2021, mientras que el agua de los ríos y pozos representaba el 97% a un 58% y 42% respectivamente.
De llegar a una fase de emergencia, con los embalses al 16%, las dotaciones diarias de agua se reducirían de 230 litros hasta los 180 (con los embalses al 10%) y a los 160 (con los embalses al 5 %). Además, los ayuntamientos podrían reducir su presión o introducir cortes horarios de suministro.
25.000 hogares de zonas acomodadas tienen un consumo de agua disparado
El AMB ha puesto cifras al consumo de agua en plena sequía y destaca un consumo disparado de 25.560 hogares concentrados en Sant Cugat del Vallès, Sant Just Desvern, Begues y Castelldefels. En Barcelona se concentran en Sarrià-Sant Gervasi. “Es gente que está haciendo un mal hábito en su día a día”, afirma Eloi Badia, vicepresidente de Ecología en funciones de la entidad metropolitana que añade que “son gente que seguramente vive en casas unifamiliares, que pueden tener jardín o piscina”. Los hogares identificados recibirán una notificación avisando del uso excesivo de agua, que se calcula por el tramo de agua aglutinado entre 1 y 3 habitantes del hogar, con un consumo superior a 600 litros. Es decir, que existe un consumo individual de 200 litros diarios, cuando la media metropolitana se sitúa en 103 litros.
El informe también pone el foco en los turistas de lujo. El estudio, que ha tenido en cuenta 60 hoteles, situa la media del consumo por turista en los 197 litros por día, mientras que en los de cinco estrellas alcanza los 312 litros diarios, el triple que un vecino de Barcelona.
Por último, se ha analizado el consumo de cada municipio del AMB con una media de 165 litros de agua por habitante, no de cada domicilio, sino del conjunto del municipio. Aunque la media cumple con los requisitos de la ACA, Cervelló, Palma de Cervelló y Corbera de Llobregat, están por encima con consumos de entre 232 y 264 litros por habitante cada día en el mes de mayo. Aunque podría suponer sanciones, por el momento se enviarán cartas aunque Badia también afirma que se debe a fugas. De hecho, 6 de cada 10 litros entre el depósito municipal y los domicilios se pierde, lo que se prevé resolver con un fondo de 50 millones de la Generalitat.
Un plan de gestión del agua que llega tarde
El Plan de Gestión de Aguas de Cuencas Externas del Govern llegaba el mes pasado con una hoja de ruta que termina en 2027, aunque llega cinco meses tarde respecto a los plazos fijados por Bruselas. Desde la Generalitat restan importancia al retraso y lo jusifican por el cambio de Govern. Destacan los 2.437 millones que aumentarán en un 30% la disponibilidad de agua nueva. Los recursos servirán para pagar obras que mejoren las redes de suministro, modernización de los regadíos y nuevas estaciones de regeneración de agua en municipios como La Garriga o Reus. Entre el Ejecutivo catalán y la ACA aportarán 2.000 millones, el Estado 37 millones y los ayuntamientos 250 más. Habrá 147 nuevas depuradoras y se mejorarán las 428 activas. El objetivo es hacer llegar las de regeneración de las 24 actuales a 40.
Las medidas del nuevo plan pretenden aumentar en un 30% la disponibilidad de agua y multiplicar la capacidad de la desalinización, potabilización y reaprovechamiento del agua, por ejemplo de las aguas subterráneas del río Besòs. El plan de la Generalitat quiere llevarse a cabo con previsiones pesimistas de cara a 2050, cuando se calcula que se reducirá un 18% la disponibilidad de agua en Catalunya.
Las medidas se desglosan en cuatro ejes: 866 millones de euros para la mejora y saneamiento o gestión de la contaminación difusa; 1.417 millones por actuaciones centradas en aumentar la capacidad hídrica, regeneración y modernización de los regadíos de las cuencas internas; 150 millones por actuaciones que prevengan y reduzcan las inundaciones y 3,6 millones para fomentar la investigación y el desarrollo integral del agua.