Nos encontramos antes unas elecciones generales clave para el futuro del Reino de España. Se nos presentan dos modelos de gobierno: la consolidación de un gobierno de carácter progresista formado por el PSOE y Sumar o un gobierno ultraconservador formado por el Partido Popular y Vox.
Las diferencias entre ambos posibles gobiernos en términos de políticas públicas son relevantes. Los modelos económicos y sociales propuestos por ambos bloques presentan importantes diferencias, aunque en algunas cuestiones PP y PSOE no difieren tanto y son sus compañeros de coalición los que les empujan hacia posiciones más separadas.
Al faltar cada vez menos días para las elecciones, los partidos van presentando sus propuestas programáticas. Algunos partidos lo hacen a cuentagotas y con cierta imprecisión sobre las medidas propuestas.
Para quienes somos activistas a favor de la Renta Básica, las elecciones generales son una oportunidad para que los partidos políticos incluyan en sus programas esta medida. Desgraciadamente, nos encontramos nuevamente con la oportunidad perdida en las elecciones del 23 de julio de 2023 para que la Renta Básica sea una medida de carácter económico y social de alguno de los partidos con opciones viables de gobernar.
La Renta Básica es una medida cada vez más presente en el imaginario público, adquiriendo especial fuerza en la última década. Es por este motivo que en este artículo se pretende hacer un breve repaso de la historia de la Renta Básica en las elecciones del Reino de España.
Podemos fue el primer partido que llevó esta idea en su programa para las elecciones europeas de 2014. Estas eran las primeras elecciones a las que se presentaba, con un discurso rupturista que ponía sobre la mesa la impugnación del sistema. Una de esas medidas que presentaba era la Renta Básica. La Renta Básica fue la medida más votada por sus afiliadas tanto en el año 2014, en sus inicios, como en la asamblea de Vistalegre 2. Como punto de partida, y pese a que fueron valientes para incluir esta medida en su programa, se hacía difícil el encaje de esta propuesta en un ámbito como el de la Unión Europea, donde las competencias para la creación de una Renta Básica en un Estado miembro son más bien limitadas. Los resultados de esas elecciones fueron históricos, ya que Podemos obtuvo cinco escaños y entraron con fuerza en el panorama político español.
La ilusión duró poco, ya que en el programa de las elecciones generales de 2015 la Renta Básica desapareció del programa de Podemos y nunca más volvió. En lugar de la Renta Básica, en los siguientes programas se propone la creación de una prestación condicionada al estilo del Ingreso Mínimo Vital que crearía en 2020 el gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, del cual hablaremos más adelante.
Esto supuso el desencantamiento de una buena parte de la militancia de Podemos que era favorable a la Renta Básica, ya que pese a ser ampliamente apoyada en los procesos participativos de elaboración programática, nunca se llega a materializar en sus programas. Las escasas posibilidades de que pudiese figurar en el programa se esfumaron cuando se crea la coalición Unidas Podemos con Izquierda Unida. IU apuesta desde hace más de una década por la propuesta del Trabajo Garantizado y no ve con buenos ojos medidas que no pasen por el empleo como única forma de tener una vida digna.
Otros partidos se han acercado a la idea de la Renta Básica con interés. Uno de estos partidos es Más País, llegando a proponer la creación de un piloto de Renta Básica en su programa para las elecciones generales de 2019. Su líder, Íñigo Errejón, se ha mostrado en diversas ocasiones partidario de esta idea, pero hasta el momento su partido no ha apostado por la implantación de esta medida, más allá de la creación de un proyecto piloto.
En el ámbito autonómico, partidos como la CUP en Catalunya o En Marea en Galicia sí han apostado por la Renta Básica como una medida de protección social. En el caso de la CUP, su impulso en las negociaciones del gobierno catalán con Esquerra Republicana de Catalunya ha llevado a que se cree una Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica Universal, la cual sigue en funcionamiento pese a la pinza de PSC, Junts, PP y Vox para borrar el plan piloto en la votación de los presupuestos de la Generalitat en 2023.
Las oportunidades para la implementación de la Renta Básica han sido varias, especialmente en los últimos quince años. La crisis financiera de 2008 fue una oportunidad para sustituir una serie de prestaciones sociales y laborales que resultaron poco efectivas para paliar los efectos de la pobreza sobrevenida a millones de personas por el desempleo masivo desencadenado por la crisis. Tampoco debemos olvidar las bolsas de pobreza existentes antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, ya que, pese a estar en cifras significativamente menores a las que pudimos ver tras la crisis, necesitaban una respuesta ágil y efectiva por parte del Estado. En ese momento, con un gobierno socialista, la respuesta a la crisis fueron los recortes y la condena a una generación que iniciaría su vida laboral en una época de incertidumbre y con un paro juvenil cercano al 50%. El cambio de gobierno en 2011, con el PP al frente, no hizo más que agravar la situación.
La segunda oportunidad perdida para la implementación de la Renta Básica fue la pandemia generada por la COVID-19. La pandemia supuso una ruptura en el sistema económico en el que vivimos y se le vieron las costuras. Millones de personas se quedaron sin trabajo y los Estados hacían lo que podían para intentar solucionar el gran problema que se había generado. Se tomaron medidas, pero estas no afectaban a toda la población, sino que era beneficiaria de aquella población con contrato de trabajo, quedando excluida la gente con trabajos precarios, sin contrato e irregulares. Es indudable que una medida como los ERTE tuvieron un efecto positivo en aquellas personas que perdieron su empleo de un día para otro, pero no llegaba a toda la población que objetivamente necesitaba garantizar su existencia material.
En ese momento, se generó un movimiento que exigía la implementación de una Renta Básica de Emergencia para paliar los efectos generados por la pandemia. Era un planteamiento racional y relativamente sencillo, que permitiría mantener unos ingresos mínimos a toda la población mientras durase la emergencia sanitaria. En ese momento, el PSOE y Unidas Podemos decidió poner en marcha el Ingreso Mínimo Vital, medida presente en los programas de ambos partidos para las elecciones generales, aunque con algunas pequeñas diferencias.
El resultado de la implementación del IMV hasta el momento no ha sido positivo, ya que no ha llegado a toda la población que objetivamente tendría derecho a él y no ha conseguido reducir considerablemente las cifras de pobreza del Reino de España. Tras más de treinta años de rentas autonómicas condicionadas que no funcionan, no se entiende por qué tendría que ser diferente una renta estatal que comparte los mismos problemas.
Resulta frustrante que quien ostenta el gobierno, especialmente desde partidos posicionados a la izquierda del espectro, siga apostando por un modelo fallido. Un modelo que no solo no ha sido capaz de reducir la pobreza, sino que se enmarca en un modelo, el workfare, que nos hace menos libres porque nuestra dignidad tiene que pasar por el trabajo remunerado. Sea como sean las condiciones, nuestro deber es aceptar lo que nos ofrece un mercado laboral cada vez más injusto.
Hablando sobre las inminentes elecciones generales, medidas como la Herencia Universal propuesta por Sumar nos permiten hablar sobre otros modelos de redistribución de la riqueza. Eso es positivo, aunque la información que se ha facilitado sobre esta propuesta no parece que vaya en la línea de la universalidad y la incondicionalidad que se le presupone. Por lo menos, espero que el debate que genera esta medida puede preparar el terreno para hablar sobre otras cuestiones que van en la línea de la incondicionalidad que propone la Renta Básica.
Quienes somos defensores de la Renta Básica creemos que es el momento de que los partidos políticos sean valientes y de una vez por todas apuesten por esta medida que cada vez genera más simpatías entre la población. Ya han pasado demasiadas desgracias para que no se luche por un derecho que nos hace más libres. Estas elecciones eran una oportunidad y la han dejado pasar. ¿Qué más tiene que pasar para que la Renta Básica sea una realidad?