En 1927, el sociólogo Frederic Thrasher publicó The Gang, el primer estudio académico serio sobre las 1.313 bandas juveniles que localizó en esta época en Chicago, y dibujó el mapa de lo que denominó Gangland, que podría traducirse por Bandolandia. Este estudio analizaba una miríada de agrupaciones juveniles de calle, desde bandas que delinquían a grupos parecidos a los boy scouts, y alertaba sobre la necesidad de priorizar medidas preventivas para abordar el fenómeno. Casi un siglo después, la cultura y el imaginario de las bandas se ha convertido en un fenómeno global, que genera una fuerte alarma social. La Bandolandia moderna es transnacional, tanto en el discurso mediático y las políticas policiales para enfrentarla como en las formas de agrupación cara a cara y en línea que continúan utilizando jóvenes de origen migrante y subalterno para construir sus identidades.

Recientemente, hemos finalizado el proyecto TRANSGANG sobre grupos juveniles de calle, liderado por la UPF, que se ha desarrollado en los últimos cinco años, financiado con una beca del Consejo Europeo de Investigación. Durante este periodo, hemos realizado trabajo de campo en doce ciudades del sur de Europa, el norte de África y las Américas, centrado en las bandas como agentes de mediación. Consideramos que el fenómeno no puede abordarse exclusivamente con medidas reactivas de tipo policial o penal, sino que requiere un enfoque inclusivo integral en el cual puedan participar diferentes agentes sociales y se puedan incluir líderes positivos de estos grupos, como los que han participado en nuestro proyecto. En el estudio, se han analizado experiencias exitosas de mediación intercultural, comunitaria y de co-mediación, como la constitución de asociaciones de latin kings y ñetas en Barcelona, el uso de las artes circenses como forma de inclusión social en Rabat, y el hip hop como forma de resistencia frente al juvenicidio en la Comuna 13 de Medellín.

En la Conferencia final del proyecto, que tuvo lugar del 15 al 17 de mayo en el campus del Poblenou de la UPF con la presencia de un centenar de investigadores e investigadoras de todo el mundo, representantes de instituciones públicas y stakeholders, se expusieron los resultados de TRANSGANG. A raíz de este proyecto, se ha elaborado un Libro Blanco sobre políticas de bandas y cuatro películas documentales producidas en el marco del proyecto. También se puede visitar hasta finales de julio la exposición “De Gangland a Transgang” en el campus del Poblenou de la UPF, que resume los principales resultados e incluye imágenes, relatos de vida y objetos de las bandas.

En la actualidad, en Madrid y Milán está empeorando la violencia de algunas bandas; en El Salvador, el presidente Bukele ha declarado la guerra contra las maras como principal política de estado, con detenciones masivas e indiscriminadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales; y en el Magreb, los jóvenes sufren las consecuencias de la regresión después de las conquistas democratizadoras de la primavera árabe, y ven la emigración a Europa como única alternativa, jugándose la vida en el Mediterráneo a pesar de saber que tendrán que enfrentarse a la intensificación del discurso xenófobo, que identifica a los llamados menas con bandas violentas equiparables a los tcharmiles marroquíes.

Es, por tanto, más necesario que nunca conocer y saber interpretar las raíces del fenómeno y recordar que otras políticas son posibles y necesarias.

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