Ni gente sin casa ni casas sin gente es un lema popularizado hace años por los movimientos sociales en lucha por garantizar el derecho a la vivienda, a raíz de la oleada imparable de desahucios, ejecuciones hipotecarias y especulación inmobiliaria. ¿Hay algo más indecente que ver cómo familias enteras son echadas a la calle para mantener los pisos cerrados? ¿Se puede llegar a entender el sinhogarismo con bloques enteros de vivienda vacía? Tampoco es comprensible la dificultad para acceder a una vivienda por un gran número de nuestra sociedad. 

El último censo, que indicaba 3,5 millones de viviendas vacías, databa de 2011. Era importante actualizarlo para contrarrestar datos y poder seguir viendo una radiografía completa del problema con la vivienda en España. Ya lo sabemos: suben los desahucios, suben los precios, suben las hipotecas y suben a más de 3,8 millones las casas deshabitadas en 2021, el equivalente al 14% del parque total, según el censo del INE publicado recientemente.

El INE ha analizado más de 25 millones viviendas basándose en el consumo eléctrico durante el año 2020 (el año del confinamiento por la pandemia). La premisa ha sido basarse en que, si se consume menos del equivalente a 15 días de una vivienda promedio del municipio, es que no hay nadie. Aún así, matizan que son datos provisionales, al faltar profundizar en los municipios de menos de mil habitantes.

En el análisis, la vivienda es clasificada en cuatro categorías: vacías (aquellas que no llegan a un umbral mínimo de gasto eléctrico), viviendas con muy bajo consumo, viviendas de uso esporádico y resto de viviendas. Esto sale de establecer los 250 kWh como umbral fijo para todos los municipios, lo que corresponde, de media aproximada, al consumo de una vivienda que estaría habitada durante un mes al año.

Las cifras en ciudades con mercados del alquiler tensionados y alta presión inmobiliaria, como Madrid (97.000 viviendas vacías), Barcelona (75.000), Valencia (36.454) son las que más vivienda vacía acumulan, aunque donde más golpea el problema es en zonas rurales y en las más ligadas a la actividad turística estacional. Destacan los municipios con menos de 10.0000 habitantes, que acumulan el 45% de la vivienda vacía.

Para seguir mirando cómo resolver el problema de la vivienda, este censo da respuesta a la pregunta de cuánta vivienda vacía hay en España. Ahora queda dar respuesta a la pregunta difícil: ¿qué hacer con ella?. Un tema recurrente en los debates políticos y con distintos puntos de vista. 

Las formaciones de izquierdas optan por medidas como la cesión obligatoria o la expropiación, de aquellas viviendas en manos de grandes especuladores, para un uso público y social, o sanciones y recargas del IBI a viviendas vacías por un plazo superior a dos años, de propietarios con más de cuatro inmuebles. Esta última medida, recogida en la Ley de vivienda aunque solo efectiva según la voluntad de los Ayuntamientos y vigente hace años en algunas leyes autonómicas, entre otras como marear a las inquilinas, puede ser uno de los motivos de la existencia de tantas SOCIMIS (sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria) utilizadas por los fondos buitre y los bancos para ir cambiando la propiedad de las viviendas cada dos por tres.

En contrapartida, partidos como PP y Vox optan por seguir protegiendo la especulación y centrar el problema residual de las ocupaciones en la única cuestión a afrontar, alimentando su discurso del odio hacia los sectores más vulnerables de nuestra sociedad y siguiendo su ideario político de secuestrar y retroceder en todos los avances sociales.

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