En julio de 2023 no existen restricciones de ningún tipo relacionados con la pandemia de la covid-19, aunque si nos fijamos en los créditos de las películas estrenadas recientemente veremos que algunas tareas del equipo correspondían a médicos o personal de enfermería relacionados con el virus. Es posible, también, que algunas producciones hayan estado o estén condicionadas directamente por la pandemia, bien por la temática de la trama o bien por la necesidad de disminuir los costes previendo una futura baja recaudación en salas de cine, como parece que se está produciendo. La pandemia también ha impulsado homenajes al cine en general y a las salas de cine en particular, tal y como hemos podido contemplar en algunas de las películas seleccionadas en el Festival Nits de Cinema Oriental de Vic 2023 (o en su nombre internacional, Asian Summer Film Festival, ASFF).

En el corto japonés de 25 minutos titulado Theater (2022), dirigido por Yu Sakudo, se realiza un emocionante homenaje a las salas de cine, inspirado en la noticia real de abril de 2021 en Tokio, en la que el gobierno del país obligó a los dueños a su cierre total durante un mes para frenar en la medida de lo posible la propagación del virus, como una acción preventiva ante las inminentes Olimpiadas que se celebrarían pocas semanas después. En el corto, el gerente se plantea cerrar definitivamente la sala, pero un espectador asiduo que se sienta siempre en la butaca J6 le devolverá la ilusión al hacerle comprender la contribución de la sala en la vida de las personas. Ese espectador transmitió a su hijo el amor por las películas, hasta el punto de que este se convirtió en director de cine. El estreno de su primer largometraje queda frustrado justamente ante la imposibilidad de poder verla en pantalla grande debido al cierre, pero la generosidad del propietario le ofrece una oportunidad única, de poder hacer un pase privado (estaba prohibido abrir al público en general), para padre e hijo… sólo que el padre, asiduo de la butaca J6, lleva veinte años muerto. “Suena cursi, pero el cine es la vida”, exclama el propietario, que vislumbra un éxito de la nueva película, lo que le da la esperanza de poder continuar con su labor.

En ese contexto, destaca el palmarés del festival marcado por guiones de denuncia social, costumbristas y evocadores (aunque también destacaron producciones de acción, terror o ciencia ficción absolutamente brillantes). El jurado, formado por los cineastas Raquel Barrera, Jaume Balagueró y Paul Urkijo, otorgó el Gran Premio del Jurado a la película coreana Next Sohee (다음소희, 2022), de la directora coreana July Jung, “por su capacidad de profundizar y atraparte en una historia aparentemente sencilla que acaba resultando ser devastadora y emocionante”. La película, que es de las pocas del festival que tiene asegurado su estreno en España en el último trimestre del 2023, muestra la perversión del sistema de prácticas en empresas de los estudiantes de formación profesional, de los abusos por parte de la escuela y la empresa, y de los requisitos impuestos desde la administración que corrompe el proceso educativo, ante la impunidad de todas las partes involucradas.

El Premio de la Crítica fue para la película mongola Harvest Moon (Эргэж ирэхгүй намар, 2022), dirigida por Amarsaikhan Baljinnyam, y basada en la novela Tuntuulei de T. Bum-Erden. Esta ópera prima cuenta la conmovedora historia de un hombre que regresa a su pueblo natal en la estepa de Mongolia para cuidar de su padrastro moribundo, y entabla una amistad agridulce con un joven, Tuntuulei, huérfano de padre que vive con sus abuelos, ayudándoles en las labores con el ganado en la estepa mongola. La relación entre los dos durante un período corto de tiempo durante el duelo, cambiará sus vidas para siempre, los dos se ayudarán mutuamente a sanar sus respectivas heridas emocionales. El director muestra la mentalidad y costumbres de su gente a través de los desafíos comunes de una sociedad nómada al borde del cambio (literalmente, de su extinción), y lo hace a través de una experiencia cinematográfica inolvidable, tanto por los paisajes como por la reflexión sobre la figura paterna que propone (en el fondo, es una denuncia de una triste realidad en el país: niños del campo abandonados por sus padres cuando éstos van a trabajar a la ciudad). La película fue seleccionada por Mongolia para representarla en los premios Óscar (aunque no fue nominada finalmente), y es una baza importante en la promoción del país para atraer un turismo que ayudaría a realizar esa transición que se intuye en la película. La traducción del título original es “El otoño no volverá“, que evoca la melancolía de una estación en el que los niños vuelven a las escuelas (si vuelven), la cosecha ya está recogida, y saben que se avecina un duro invierno.

Probablemente, la producción que robó el corazón a todos los asistentes del festival fue la película china Gelat de moniato ([Helado de moniato] 地瓜味的冰激凌, 2021), dirigida por el actor y guionista Wang Chong, que fue uno de los invitados del festival junto a la productora del film, Sijie He. La película ganó el preciado Premio del Público “Gat de la Sort” [Gato de la Suerte], en consonancia con la experiencia vivida en la proyección en el festival en la que los dos invitados quedaron gratamente sorprendidos de la gran acogida que tuvo, la sesión más emocionante para ellos de las muchas a las que han asistido por todo el mundo, según reconocieron. La película retrata las vacaciones diferentes de un niño que tiene que pasar el verano con su abuela y su tío debido a la enfermedad terminal de su madre, lo que le llevará a descubrir el nuevo lugar y sus nuevos amigos, mientras los adultos evocan también sus veraneos en la infancia en el pueblo. El director de Gelat de moniato, Wang Chong, nos explicó que el guion de la película lo escribió en 2004, y que le llevó más de quince años conseguir dirigirla, lo que da una idea de la dificultad de llevar a término un proyecto tan personal como este.

Como se ha indicado con anterioridad, las producciones cinematográficas son productos de su época, y en el festival se ha podido percibir en los últimos años la evolución de las películas realizadas en Hong Kong, especialmente debido a su situación convulsa de los últimos años. En esta edición se han podido ver dos producciones recientes basadas en hechos reales, muy diferentes entre sí, pero con una carga social importante en el discurso. La premier internacional de la película Once upon a time in Hong Kong (追虎擒, 2023), dirigida por Wong Jing y Woody Hui, nos catapultó a la década de los setenta, mostrando una sociedad corrupta donde las tríadas campaban a sus anchas, con el beneplácito de la policía y la seguridad de los fiscales y jueces, todos ellos sobornados (en la película se llega a comentar que afecta a los 30.000 agentes de policía y necesitan traer policía portuaria para poder detener a la policía corrupta, tal cual). El gobernador británico de Hong Kong se propone acabar con toda esa corrupción y crea, el 15 de febrero de 1974, la ICAC, Independent Commission Against Corruption [Comisión independiente contra la corrupción]. Inspirado en hechos reales, aunque en un guion de ficción, los protagonistas tienen un aliado fundamental en su lucha contra la corrupción: los medios de comunicación. Quién iba a decir que la prensa es un pilar básico para luchar contra la corrupción.

Por otro lado, la película In broad daylight (白日之下, 2023), en su estreno mundial en el festival (está previsto que se estrene en China antes de finalizar 2023), está basada en hechos reales sucedidos en 2016, en concreto en un trabajo de investigación realizado por una periodista, cuyos artículos publicados en el periódico destaparon los abusos a los residentes de un centro que mezclaba ancianos con personas con discapacidades físicas y mentales. Los abusos eran de todo tipo, físicos y psicológicos, pero el detonante fue descubrir también abusos sexuales del director del centro a una joven veinteañera con una mentalidad de una niña de seis años. Por cierto, en la película, el abusador acaba convertido en víctima al quedar en libertad, puesto que el sistema judicial no reconoce testimonios grabados en vídeo y la joven no puede testificar en un entorno tan agresivo para ella y con dificultad para expresarse.

En cualquier caso, en la misma película nos informan que lo que sucedió en esta residencia es solo la punta del iceberg, con un sistema público muy precario que obliga a las personas con discapacidad a esperar entre 8 y 16 años para obtener una plaza, lo que obliga a las familias a acudir a residencias privadas, mientras que los pacientes se ven obligados a pagar su cama con la totalidad de su pensión y, a menudo, con la ayuda de la familia. Como ejemplo de lo que supone el modelo de privatización de las residencias, la película acaba con el siguiente texto: «Las agresiones sexuales a menudo ocurren en las residencias privadas de Hong Kong para personas discapacitadas. El hogar de cuidado subsidiado que presuntamente abusó de los residentes actualmente tiene alrededor de 13.000 plazas cubiertas». La película es una pequeña muestra de las consecuencias de la privatización de servicios esenciales de la sociedad.

Todos los títulos mencionados en este artículo son una pequeña muestra de los 36 largos y 10 cortos que se pudieron ver en el festival, con 30 premieres (2 mundiales, 17 internacionales y 11 españolas), con 29 películas subtituladas en catalán (a los que hay que añadir dos pases íntegros en catalán) y 9 películas subtituladas en castellano. Los que defienden los subtítulos en catalán tienen un lugar al que asistir con producciones de gran calidad y variadas temáticas, de hasta diez países diferentes, una cinematografía que, incluso a pesar de las plataformas, resulta muy difícil de poder tener acceso a ellas.

Si en 2020 la imagen del festival fue la del Gato de la Suerte, en 2021 la Carpa Koi y en 2022 El Tigre, para los veinte años de celebración de un festival pospandemia el protagonista de la imagen del #FesNits del 2023 es el Ginkgo, “un árbol ornamental de gran altura que se caracteriza por su larguísima línea de vida –hay fósiles de hace 290 millones de años–, su belleza y vivacidad de sus colores, y sus propiedades alimenticias y médicas. Hablar de este árbol es hablar de longevidad, sostenibilidad, tradición y regeneración, conceptos que encajan con el espíritu que quiere transmitir la vigésima edición”, indicaba en la presentación el director del festival, Quim Crusellas. La imagen está realizada por el ilustrador Xevi Domínguez (que firma como Xevidom) y el diseñador Jordi Farrés del estudio Partee.

En esta edición, el festival también ha publicado el libro Siempre nos quedará Pekín. Viaje cinematográfico por las relaciones hispanochinas (2023), de Carlos Benítez y Montse Rovira, una investigación de las diferentes producciones audiovisuales realizadas entre España y China, que incluye más de 400 imágenes de las películas más destacadas. La icónica portada informa con contundencia de lo que encontraremos en su interior: la fotografía está realizada en el interior del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona, con la presencia de los míticos actores Jackie Chan y Sammo Hung delante de la fachada de la Natividad, durante el rodaje de la película Los supercamorristas (1984), dirigida por el propio Hung, una de las leyendas, junto con Chan, de las películas de artes marciales.

En la película In broad daylight, la periodista protagonista se plantea varias veces si continuar o no trabajando como periodista de investigación, ante las dificultades y pocos recursos que limitan su tarea. De hecho, el propio director del periódico le anima a que se busque trabajo en otro sector, ya que los periódicos “están a punto de desaparecer” y “ya nadie lee los artículos. No diremos qué decide dicha periodista al final porque es muy desalentador. Tampoco sabemos, aunque podemos imaginar, lo que cobrarán los divulgadores Benítez y Rovira, que reconocen que la labor de analizar la relación hispanochina desde un punto de vista cinematográfico les ha llevado varios años.

Para acabar con un mensaje más optimista, recuperamos una expresión escuchada en la película Once upon a time in Hong Kong, basada en hecho reales, cuando el país decidió luchar contra la corrupción: “No luchas porque hay esperanza… sino que luchas para que haya esperanza”. Ante tal afirmación solo podemos decir una cosa: siempre nos quedará Vic.

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