Pese a tener el menor apoyo desde el inicio del Procés, el independentismo no había tenido antes una oportunidad como la actual para hacer valer sus reivindicaciones para investir a Pedro Sánchez. Aunque Feijóo ha ganado las elecciones con 137 escaños, la suma con Vox (33) no llega a la mayoría absoluta y aleja al PP del gobierno. Con la configuración actual, sólo existen dos posibles escenarios: la revalidación de un gobierno de coalición progresista del PSOE (121) y Sumar (31) o una repetición electoral. Todo depende de ERC, pero sobre todo de Junts.
El independentismo se instaba a buscar una unidad tras los malos resultados de las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Aunque a las generales no les ha ido mejor, ahora son indispensables. Los socialistas catalanes se han impuesto con contundencia en Catalunya con 19 escaños, mientras que Sumar ha sido la segunda fuerza más votada con 7 representantes. ERC se ha dejado casi la mitad de parlamentarios (pasa de 13 a 7), mientras que Junts ha perdido uno y se ha quedado con 7. La CUP ha quedado fuera del Congreso al perder los dos escaños que tenía.
Pedro Sánchez da por hecha la investidura y niega una repetición electoral
“Estoy convencido de que existe una amplia mayoría social para seguir avanzando. Toca traducir la mayoría social en una mayoría parlamentaria en el Congreso de los Diputados”, afirmaba Pedro Sánchez en un vídeo en las redes sociales. Las declaraciones de Sánchez se producían un día después de que el PP exigiera al PSOE, que asuma la derrota y hable con Feijóo para “garantizar la gobernabilidad”.
Los populares son conscientes de que pese a ganar las elecciones, han perdido al no ser capaces de conformar una mayoría. Sánchez, en cambio, sabe que puede conseguir los apoyos para revalidar el Gobierno, y que pasa por los partidos nacionalistas vascos con el PNV y Bildu, gallegos (BNG) y catalanes (ERC y Junts). Por eso, también ha querido hacer hincapié en que “es el momento de reconstruir la cohesión social y territorial y dejar atrás el enfrentamiento estéril y la corrupción política”. Las guiños a los independentistas continúan. El PSOE facilitará que ERC y Junts puedan tener grupo parlamentario propio y Yolanda Díaz ha propuesto una reforma que permita utilizar el catalán, euskera y gallego en el Congreso. Además, Sumar ha designado ya a Jaume Asens, como representante de la formación encargado por establecer un diálogo con Junts para conseguir el voto favorable al Gobierno de coalición.
Pedro Sánchez dice estar convencido de que conseguirá sus apoyos para gobernar y ya ha planteado las prioridades de cara al nuevo mandato. Asegura que es el momento de consolidar el crecimiento económico y reindustrializar España, con la ayuda de los fondos europeos, alcanzar el pleno empleo en España, reforzar el estado del bienestar y continuar con “el camino hacia la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres”. Además, ha manifestado su interés en hacer de la vivienda “la gran causa nacional de cara a los próximos años”.
El independentismo rebaja las expectativas
ERC y Junts buscan una estrategia conjunta para rentabilizar los 14 escaños que tienen entre ambos en el Congreso. La lista de exigencias abarca desde acabar con el “déficit fiscal” de Catalunya hasta transferir a la Generalitat la competencia para convocar referéndums y la amnistía.
Con el último baile de escaños por el voto exterior donde el PP ha ganado uno a expensas del PSOE, además del voto favorable de PNV, Bildu, BNG y ERC, es necesario que al menos dos de los diputados de Junts, voten sí, el resto de los de Puigdemont podrían abstenerse. Los republicanos ya han advertido de que no se puede dar por sentado su voto favorable y han puesto sobre la mesa las exigencias para dar el sí a Pedro Sánchez: el traspaso de Rodalies, el fin del conocido como déficit fiscal y mantener la mesa de diálogo “para negociar el referéndum”. Desde Junts piden una negociación que pivote en torno a la “autodeterminación y la amnistía”, aunque tiran la pelota en el tejado de los socialistas. “Estaremos muy atentos a lo que diga el señor Pedro Sánchez cuando salga a expresar cuál es su propuesta para convencer al resto de formaciones políticas que den un eventual apoyo a su investidura”, aseguraba el portavoz Josep Rius. Los de Puigdemont, no tienen prisa y se quitan de encima la responsabilidad de una repetición electoral si Sánchez no logra los apoyos necesarios. Sin embargo, con los malos resultados del independentismo tampoco parece que haya un interés en volver a las urnas, con ellos como responsables de dar una nueva oportunidad para gobernar a PP y Vox.
Desde el Gobierno mantienen la línea roja al referéndum de independencia, aunque están convencidos de que hay un espacio intermedio que se puede explorar. Y más cuando la Fiscalía ha instado al Tribunal Supremo a reactivar la euroorden contra Puigdemont y Toni Comin y el indulto a Laura Borràs por los delitos de prevaricación y falsedad, depende del Gobierno.