Gesto es un documental que recupera la historia de Gesto por la Paz, el colectivo pacifista que trabajó para acabar con la violencia en Euskal Herria, movilizándose en contra de ETA y de los GAL, pidiendo medidas de apoyo a las víctimas y otras propuestas que consideraban básicas desde una perspectiva ética y de derechos humanos. Por ejemplo, fueron los primeros en plantear el acercamiento de los presos de ETA.
Este trabajo audiovisual se convierte en un reconocimiento a un colectivo que fue ignorado y amenazado en un contexto de legitimación de la violencia. Su director Xuban Intxausti visitó Sant Cugat el pasado 5 de julio en el marco del ciclo de cine documental El mundo a la fresca impulsado por la Red Solidaria en el Ateneu.
– ¿ Sin Gesto por la Paz se habría logrado la paz?
– En Euskadi es necesario que alguien haga un análisis objetivo de cuáles han sido los factores que han permitido la paz. Son varios. Uno de los más importantes es la deslegitimación de la violencia. Gesto por la Paz es una de las grandes razones.
– Empezaron siendo ignorados y unos años más tarde la mayoría de la sociedad vasca quería la paz.
– En la película se habla de la víctima perfecta, un concepto muy interesante: una víctima que te toca más de cerca y hace cambiar el chip. Esto es lo que ocurría. Si mataban a alguien en tu pueblo quizá ya decías suficiente y empezabas a movilizarte contra la violencia.
– La gente que participaba en Gesto por la Paz tenía ideologías distintas y éste era uno de sus potenciales.
– Claro, pero eran muy poca gente. Su éxito diría que es la insistencia: “Matar está mal”. Lo repitieron mucho y se vio mucho sufrimiento. Al final la gente cambió el chip. Pero es muy difícil explicar todos los motivos que llevaron a ese cambio a la sociedad vasca.
– Al principio les ignoraban pero después recibían amenazas. Es difícil mantener tu movilización si te están amenazando directamente.
– Es una de las cosas más curiosas de Gesto por la Paz. Cuando ya han dado el paso de pedir la paz, pasan a ser señalados y amenazados. A mí también me ocurrió. Con 17 años escribí un artículo en contra de ETA en mi pueblo y la semana siguiente me respondieron. Una vez te han respondido, ya no das un paso atrás.
– ¿Qué te dijeron?
– Dije que no debería haberse hecho el atentado de Andoain y que la izquierda aberzale debía decirle a ETA que parara. La respuesta fue que el Estado tenía a los GAL.
– ¿ Una violencia contra otra violencia?
– Sí, “¿y el otro qué?” Ese artículo hablaba de ETA. También podía oponerme al GAL. Parecía que querían empatar: “Como el otro…” Al final ha quedado claro que ETA tenía que parar, más allá de oponerse también al GAL, las torturas… Esta insistencia era importante y al final teníamos razón. Pero ellos siempre seguían con el mismo discurso. Y cuando digo ellos tampoco puedo excluirme de todo porque estaba en contra de la violencia pero yo soy de la izquierda aberzale.
– Habiendo vivido todo esto, ¿cómo es hacer un documental como Gesto ?
– Estos proyectos son complicados, sobre todo económicamente. Hacerlo nace de la voluntad de reconocer el trabajo que realizaron. Son muchas horas y amor para intentar que la sociedad se lo reconociera.
– ¿ Estás contento con la acogida?
– La gente que debería haberlo visto no lo ha hecho ni lo hará. Gesto por la Paz era muy incómodo y ahora la película sigue incomodando. Es normal porque 20-30 años después hay gente que puede verse en el documental en manifestaciones hechas expresamente para insultar a alguien que pedía la paz. Entiendo que esto incomode pero, sin embargo, creo que la película ayuda a ser más rico porque te permite conocer realidades que no quizás no conoces.

– ¿ Quién debería ver la película y no lo ha hecho? Es un tema tan delicado que quizá sea más de un sector el que se siente…
– En primer lugar, es incómodo para la izquierda aberzale que no quería renunciar a la violencia. En segundo, para todas las personas que pasaban por delante de las concentraciones de Gesto por la Paz y no se detenían. Pero es que el 95% de la sociedad nunca se movilizó en contra de la violencia. Yo mismo nunca lo hice. Esto incomoda. ¿Dónde estuvimos?!
Gesto por Paz estaba en una situación complicada porque había bandos. Yo estaba en el otro y los veía como unos fachas. Supongo que también lo veía así porque había políticos que iban a sus concentraciones. Ahora bien, si buscabas un poco, eran una sociedad civil bien organizada.
– Podrían haber políticos pero no es ni de cerca la politización actual de espacios como la Asociación de Víctimas del Terrorismo, ¿no? Es curioso que ahora, cuando ETA ha dejado ya las armas, sigue tan presente en el discurso político.
– Sigue sirviendo para algunos votantes en España. Es desgraciado porque la gente que más ha sufrido quiere reconocer el trabajo de Gesto por la Paz y, en cambio, quienes están más lejos quieren utilizar a las víctimas con fines políticos. Por suerte, gracias a Gesto, otras organizaciones y su propia base, Bildu no tiene ninguna duda de que la acción debe ser política. Pero la crítica del PP resta votos en el PSOE, y así vamos. En Euskadi todo esto no hace falta así que es mejor pasar de Madrid.
– En la precampaña de las generales hemos visto que José Luis Rodríguez Zapatero ha sacado pecho diciendo que fue durante su gobierno cuando ETA dejó las armas. Bien, José María Aznar también negoció con ETA por mucho que esto no lo visibilice el PP y quizás también fue importante para conseguir la paz.
– Sí, colgándose la medalla… Vamos, es importante pero lo que digan en Madrid no me parece tan relevante. Quizá influya al votante del PSOE de Albacete pero yo no tengo nada que ver con él. Vivo en Cataluña y soy vasco. Tengo esa suerte.
– De acuerdo, se utiliza en clave estatal pero no debería ser así. ¿Ha faltado algo en el proceso de paz?
– Bien, el principal error es de la izquierda aberzale. Han reconocido el daño pero les cuesta decir que estuvo mal. En el caso de estas elecciones, si realmente reconocieran abiertamente que estuvo mal, no habrían puesto a ningún militante de ETA en listas electorales. Luego rectificaron. Esto les ha dado votos en Euskadi. En España y en Euskadi se ve diferente porque en un lugar se ve como un resto de votos pero en Euskadi ha acabado dándolos. De hecho, está bien que Bildu vea que ser contundente con el pasado da votos, aunque sea por estrategia. Yo estoy muy contento por los golpes que han condenado a la violencia. Lo hicieron hace dos años, 36 más tarde que Gesto por la Paz. ¡Quizá sea tarde pero está bien!
– Es su proceso y quizás no es necesario felicitarlos pero a veces, escuchando el debate político, parece que no se conciba como una buena noticia. ¡Es una buena noticia que ETA dejara las armas y, aunque es criticable, es mucho mejor tener exmilitantes de ETA en listas electorales que haciendo acciones terroristas!
– Sí pero también hubo uno de los terroristas de los atentados de Atocha de 1977 que participó en las listas de los falangistas en Bilbao. ¡Esto era un escándalo! Pero para buena parte de la izquierda aberzale un militante de ETA es un gudario pero no un asesino. Aunque los dos tienen los mismos delitos de sangre, para ellos no es comparable el asesino de Atocha, que le ven como un hijo de puta y un fascista, con un militante de ETA, que tiene delitos de sangre lo dejan con que debe integrarse. Pues tienen delitos de sangre por igual. Si les molesta uno, debe molestarles al otro.
A mí, personalmente, no me molesta que los militantes de ETA tengan presencia en listas electorales, pero entiendo que a nivel social es muy complejo. Además, ellos mismos decidieron apartarse.
– ¿ Qué has aprendido haciendo Gesto ?
– Lo bonito ha sido entender cuando ideológicamente Gesto tuvo razón. En 1998, por ejemplo, dio una rueda de prensa con un planteamiento sobre cómo tratar a las víctimas del terrorismo. Es lo que posteriormente se aplicó. En 1996 realizaron una propuesta de política penitenciaria, que es la que ha quedado vigente después. Es la política que el propio colectivo de presos aceptó en el 2012. Es muy bonito ver cómo plantearon cosas que después triunfaron. Es mucho más que decir que matar estaba mal o manifestarse en contra del GAL y de ETA. Fueron pioneros.
– Los primeros en hablar de acercamiento de presos, por ejemplo, un tema que también ha llevado mucho debate político en los últimos años.
– Sí, pero ya están todos cerca. De hecho, quedan muy pocos presos y todos cerca de Euskadi.