Barcelona recibía hace dos semanas el galardón a la mejor biblioteca pública del mundo, la Gabriel García Márquez que se sitúa en Sant Martí de Provençals, uno de los barrios populares de la ciudad. Un ejemplo de la cohesión social y el acceso a la cultura de las bibliotecas, que desempeñan un papel clave en el desarrollo de la Agenda 2030 que se propone “garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales”.
La biblioteca Gabriel García Márquez especializada en literatura latinoamericana y con un fondo de 40.000 libros y documentos fue inaugurada en mayo de 2022 y ha recibido en su primer año de vida 277.578 visitas, una media de 947 al día. Ha dejado prestados 128.695 documentos y ha acogido 75 actividades, entre conferencias, encuentros con escritores, recitales de poesía, clubes de lectura o talleres a los que han asistido 4.000 personas. El equipamiento dispone de cinco plantas con usos sociales y comunitarios en la planta inferior con un patio, un auditorio, salas y un estudio de radio. La premiada biblioteca ha estado pensada como un equipamiento cultural y de proximidad para los vecinos y aglutina los criterios que más valora la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) como la interacción con el entorno social y la cultura local, la calidad arquitectónica del edificio, la flexibilidad de los espacios y servicios, la sostenibilidad y digitalización, el compromiso con el aprendizaje, la conexión social y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Desde el comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona reivindican el proceso de creación de bibliotecas iniciado hace tres décadas “que se ha convertido en emblemático a nivel internacional”.
Ferran Burguillos, del Consorcio de Bibliotecas de Barcelona destaca el impacto cultural y educativo de García Márquez en el barrio, además de “las actividades, formaciones y el proyecto radiofónico que se trabaja en escuelas e institutos”. Se trata de la tercera biblioteca más grande de las cuarenta que tiene Barcelona y dispone de la primera plataforma abierta de la red de bibliotecas de Barcelona con el podcast Radio Maconda.
Más allá del servicio tradicional
Las bibliotecas se encuentran en un proceso de reformulación. La función de “acceso al conocimiento” la ha sustituido en internet y, por tanto, el papel que cumplen debe ser más transversal y convertirse en espacios de encuentro como centros cívicos, sociales y refugios climáticos.
En cuanto a la labor tradicional, la Red de Bibliotecas Municipales con las 233 bibliotecas y los 12 bibliobus de los que dispone en la provincia de Barcelona quiere ofrecer un servicio a los usuarios analógicos, semidigitales y digitales. Por eso, hay un esfuerzo por acercarse al ámbito digital con el servicio de préstamo de libros electrónicos (eBiblio) y hay un fomento de actividades para que sean espacios de encuentro.
La IFLA reconoce a las bibliotecas como “instituciones fundamentales para conseguir los ODS” más allá de en el acceso a la información pública, también para “aumentar el acceso a la tecnología de la información” o “la alfabetización universal”. Las bibliotecas, además de ofrecer el servicio tradicional, con el acceso a la información y como espacio de cohesión y equidad social, quieren divulgar la Agenda 2030, como plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Por eso, la IFLA busca revalorizar el sector bibliotecario y crear actividades de sensibilización y promoción de las bibliotecas con el objetivo de que los bibliotecarios puedan ser agentes activos en la implementación de los objetivos de la Agenda 2030.