El fútbol femenino vuelve a ser protagonista y no por los logros deportivos. Ha pasado casi un mes desde que las futbolistas ganaron el mundial y del beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso que ha terminado esta semana con su dimisión como presidente de la Federación Española de Fútbol. Con el inicio liguero, las futbolistas iniciaron una huelga para reclamar un aumento del salario mínimo ya días de la segunda jornada de huelga han llegado a un acuerdo. Hace poco más de un año, el fútbol femenino en España no era considerado ni profesional y era habitual no cotizar a la Seguridad Social y tener contratos precarios de otros trabajos como cuidadores. Sin embargo, en los últimos años los avances han sido históricos con la firma del primer convenio colectivo.

Las negociaciones para renovar el convenio se iniciaron hace un año y se intensificaban en septiembre a las puertas de una huelga convocada por los sindicatos (FUTPRO, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT) en las dos primeras jornadas ligueras los días 10 y 17 de septiembre ante la falta de acuerdo. Sin embargo, las futbolistas negocian con un gran foco mediático tras una victoria histórica y el escándalo por el caso Rubiales. La Liga F ha experimentado un notable crecimiento desde que se firmó el convenio vigente en 2019, con más recursos y repercusión, lo que para futbolistas y sindicatos justifica la mejora de las condiciones. El primer convenio que rige las condiciones actuales establece un salario mínimo de 16.000 euros a tiempo completo y una parcialidad del 75%, enorme distancia con el sueldo mínimo del fútbol masculino que se sitúa en 182.000 euros anuales.

En la actual negociación los sindicatos partían de una petición de 20.000 euros anuales con retroactividad en la temporada anterior, 25.000 para la actual y 30.000 para la 2024/2025. La patronal realizó una propuesta inicial de 18.000 euros anuales por la temporada actual con un ascenso progresivo hasta los 25.000 en tres años y en materia de parcialidad hay acuerdo para suprimirla. El jueves de la semana pasada, ante la falta de acuerdo se intentó pactar sólo el salario de la temporada actual para desbloquear la situación, pero la patronal fijó 20.000, mientras que los sindicatos se plantaron en al menos 23.000 euros , lo que las llevó a no desconvocar la huelga antes de la primera jornada convocada. Además, cabe tener en cuenta que del total de 370 jugadoras que conforman la liga, unas 130 cobran por debajo de los 23.000 euros. Las negociaciones, sin embargo, han continuado y se ha firmado: 21.000 euros para la temporada actual, ampliable a los 23.000 en función del crecimiento de los ingresos comerciales de la competición; 22.500 euros para la temporada 2024/2025 que podría incrementarse hasta los 25.000 y 23.500 para la 2025/2026 pero se podría llegar a los 28.000 euros anuales. 

Hitos laborales conseguidos con movilizaciones

Las condiciones laborales conseguidas en el primer convenio colectivo eran un hito hace tres años. La repercusión ha ido en aumento y la organización de las futbolistas y el apoyo social les ha permitido plantarse frente a la precariedad. Antes de la existencia del primer convenio que ha servido como marco regulador, las futbolistas debían convivir con “cláusulas antiembarazo”, que a pesar de ser ilegales, se aplicaban con el despido automático de las jugadoras si se quedaban embarazadas . El primer convenio culminó con una huelga indefinida a finales del 2019 y después de dieciocho meses de negociación, con un sueldo mínimo de 16.000 euros anuales y una parcialidad del 75%.

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