Marc, Bernat y Genís han construido un enorme circuito de madera con puentes y acueductos por donde pasan trenes y coches. “¡He tenido una idea!”, dice Marc. “Ya sé qué podemos hacer”, dice Bernat mientras Genís mueve algunas piezas para terminar uno de los tramos en construcción. Tienen entre 5 y 9 años, y es la primera vez que han venido a las Grades de Joc del Canòdrom, el equipamiento municipal dedicado a la innovación digital y democrática que abrió sus puertas en diciembre del 2020 en el barrio barcelonés del Congrés y Els Indians.

“¡Me lo estoy pasando bomba!”, dice Marc, asegurando que este tipo de juegos “no se encuentran en todas partes”. “Viviría aquí”, afirma, mientras su hermano Bernat se muestra convencido de que “repetiremos”. De la misma manera se expresan las madres de estos tres niños, Marta y Mireia, que vienen de Sant Andreu y de la Sagrera y que han conocido la iniciativa a través de las redes sociales. Mientras los más pequeños juegan en el circuito, ellas empiezan a jugar con Eleu, el hijo mayor de Mireia, que después de estar un rato con la construcción se ha sentado a jugar a juegos de mesa.

Les Grades de Joc es una iniciativa que se puso en marcha en el Canòdrom el pasado mes de mayo, y que hasta mediados de julio estuvo funcionando con muy buena acogida entre la gente del barrio y de toda Barcelona. La idea surgió de la necesidad de ofrecer un espacio de juego para compensar las obras de la plaza que hay justo enfrente del Canòdrom y que han obligado a eliminar el espacio de juego infantil que existía. Según explica la coordinadora de la oficina técnica del Canòdrom, Anna Inglès, en estos primeros tres meses, las Grades de Joc han recibido más de 800 visitantes. “Ha tenido muy buena acogida”, y se nota porque “la gente repite”, asegura, remarcando que es un proyecto de dinamización infantil dirigido a niños y niñas de hasta 12 años, aunque los usuarios que más lo utilizan son los de primera infancia y los de 5 y 6 años.

Las Grades de Joc vuelven a funcionar hasta el 30 de noviembre de martes a jueves de 5 a 7 de la tarde. | M.F.

Ahora, las Grades de Joc, que es una actividad gratuita, vuelven a funcionar, hasta el 30 de noviembre, de martes a jueves de 5 a 7 de la tarde. Neus, que tiene un niño de dos años y medio, ya es una usuaria habitual, considera que es un “recurso fantástico para el barrio, en un espacio controlado, sin coches” y sobre todo destaca la ventaja de que está “cubierto”, porque protege tanto del calor como de la lluvia. Lo mismo opina Jordi, padre de Aina, que acaba de empezar P3 y que juega con su abuela en una cocinita. “La combinación de juegos de mesa y juego simbólico está muy bien”, afirma. De hecho, que haya sombra también ha sido uno de los atractivos durante las semanas de verano que estuvo abierto y que hizo que familias de otros barrios de la ciudad se acercaran a conocer la iniciativa. El boca a boca también ayuda, y algunas familias que ya han venido vuelven acompañadas de otras que todavía no han ido nunca, como Mireia, que tiene una niña de 22 meses y que asegura que también repetirán.

Juego libre y creativo

La dinamización del espacio del Canòdrom la lleva a cabo una monitora de Tata Inti, una cooperativa de trabajo de iniciativa social que apuesta por repensar el espacio público de la ciudad para convertirlo en zonas “más amables a las necesidades de niños y familias” y que ya ha hecho dinamizaciones en diferentes plazas de otros distritos.

Alejandra De la Barrera es la dinamizadora que ahora se encarga de Grades de Joc, y asegura que se ha apostado por el juego libre y creativo, y que la idea es que los niños vengan acompañados de padres, madres, abuelos, abuelas u otros acompañantes para que puedan compartir un espacio de juego. “No es una guardería”, ni una ludoteca, donde las familias dejan a los niños y se marchan. La idea es ofrecer un espacio para jugar con y en familia. Alejandra explica que, aparte del espacio de juego simbólico en la zona más tranquila donde hoy hay varias mesas con juegos, otro día habrá material para dibujar. El objetivo es ofrecer diversidad de opciones para que, si hay niños que vienen de forma habitual, puedan descubrir actividades diferentes. Por eso, también prevé recuperar la peonza, la cuerda de saltar y las gomas.

El objectivo de esta oferta lúdica es dinamizar el barrio ofreciendo un espacio infantil donde jugar y aprender. | M.F.

Desde el Canòdrom, Anna Inglès explica que la oferta de espacio simbólico y de juegos de mesa de las Grades de Joc se complementará con otras actividades educativas y tecnológicas ya impulsadas en el Ateneu y que se alinean al proyecto del equipamiento municipal, centrado en la tecnología. Así, el martes 26 de septiembre se recupera la actividad de robótica y programación “La aventura de Gobo”, que está pensada para introducir a los niños de 8 a 12 años en el mundo de la tecnología.

El 3 de octubre se ha programado un Escape Room, donde niños y niñas a partir de 8 años acompañados tendrán que resolver un enigma, descifrar el mensaje y encontrar la solución para poder escapar del Canòdrom.

La tercera y última actividad programada es una sesión de juegos de mesa feminista, que tendrá lugar el 21 de noviembre, con el objetivo de jugar con mirada crítica y feminista a juegos como Nobel run, Little Office, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. Esta tarde de juegos está pensada para niños mayores de 5 años acompañados de un adulto. Los mayores de 12 años pueden ir solos.

El objetivo de toda esta oferta lúdica es dinamizar el barrio ofreciendo un espacio infantil en el cual jugar y aprender, de forma libre pero acompañada. Todo un reto para un equipamiento que tiene su eje central en las nuevas tecnologías digitales y en la participación ciudadana, también la de los más pequeños.

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