Libia ha quedado devastada. Las fuertes lluvias causadas por el paso del ciclón Daniel en el noreste del país, que habían comenzado el pasado 9 de septiembre, derrumbaron dos presas el día 11. Cerca de 33 millones de metros cúbicos de agua quedaron liberados, arrasando la ciudad más cercana, Derna, hasta inundarla por completo.

Las víctimas de lo que ha sido el ciclón tropical mediterráneo más mortífero jamás registrado supera ya la estremecedora cifra de 11.300 muertos y 10.000 desaparecidos. Además, se estima que más de 40.000 personas se han quedado sin hogar, tal y como señala el portal Newtral.

Y las consecuencias de este desastre no acaban aquí. Daniel ha provocado un gran número de desplazados internos, daños descomunales en la infraestructura pública y mayor inestabilidad en un país considerado Estado fallido desde 2011. Ahora, la principal preocupación entre la población superviviente en Derna es la aparición de epidemias y enfermedades.

Libia no es un caso aislado

El ciclón Daniel pasó también la semana anterior por Grecia, donde el agua se llevó edificios, puentes, producciones agrícolas y la vida de quince personas. Las lluvias afectaron principalmente la capital, Atenas, y a la región de Tesalia, donde más de 800 personas tuvieron que ser rescatadas. En Turquía, cinco personas murieron en la provincia de Kirklareli, y otras dos personas en la capital, Estambul, debido a las fuertes riadas. En Bulgaria, los efectos del ciclón se notaron principalmente en la provincia de Burgas, donde cuatro personas fallecieron, varias localidades de la costa del mar Negro quedaron sumergidas y la población tuvo que ser evacuada. Los tres países registraron precipitaciones récord.

Pero Daniel no ha sido el único desastre natural. En lo que llevamos de este mes de septiembre, otros países del mundo han sufrido graves inundaciones provocadas por el cambio climático. En Brasil, un ciclón extratropical inundó varias ciudades del estado de Río Grande do Sul en menos de 24 horas, provocando la muerte de al menos 39 personas. En China, el tifón Haiku causó intensas tormentas tropicales en el sur del país y en Hong Kong. Dos personas murieron y cientos tuvieron que ser hospitalizadas debido a las inundaciones.

Los efectos del cambio climático se han notado incluso en España, con abundantes precipitaciones en la Comunidad de Madrid y en Toledo, causadas por el temporal Dana, que se inició el 3 de septiembre. Tres personas murieron tras ser arrastradas por las fuertes corrientes de agua, y los equipos de Emergencias 112 de Madrid tuvieron que rescatar a un menor de 10 años, que encontraron en estado de hipotermia y con golpes. El pequeño se había subido a un árbol después de que el coche en el que viajaba con su familia cayera al río.

El planeta nos envía señales. Tal y como concluye el sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los fenómenos relacionados con el aumento de la temperatura, como las olas de calor, han aumentado considerablemente desde la década de los cincuenta, y el factor humano es muy probablemente su causa principal. El informe también señala la evidencia científica, cada vez más abrumadora, de nuestra influencia en el aumento de los desastres naturales, como los últimos ciclones tropicales. Está claro que septiembre ha sido un mes negro en lo que se refiere al clima. Pero la calma no necesariamente volverá una vez pasen las tormentas.

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