Casi cincuenta años después de que se aprobara el Plan General Metropolitano, el pasado mas de marzo el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ponía la primera piedra para la urbanización metropolitana del futuro que tendrá que enfrentar el reto climático. El organismo metropolitano daba el primer paso para tirar adelante el Plan Director Urbanístico Metropolitano (PDUM) que prioriza acercar los municipios y romper la lógica de compartimentos estancos unidos por infraestructuras viarias y ferroviarias. Aumenta el parque de vivienda y el terreno no urbanizable y busca evitar el éxodo laboral hacia Barcelona. Pretende incentivar la movilidad sostenible, con el objetivo de reducir el uso del coche en un 50% en 2050, blindar la autosuficiencia y el crecimiento económico equilibrado territorialmente.

En pleno proceso de alegaciones, que finalizan el 30 de octubre, la plataforma SOS Baix Llobregat ha liderado la oposición ecologista y vecinal en el plan urbanístico que aseguran que no está a la altura de la crisis climática. Una de las principales críticas se centra en la urbanización en zonas inundables y que no se han declarado suelo no urbanizable como consideran que haría falta.

Un plan “manchado por la especulación”, según los ecologistas

El movimiento ecologista del Baix Llobregat y el Vallès Occidental ha mostrado una oposición en el plan, puesto que aseguran que no cumple las expectativas en un contexto de emergencia climática. A pesar de que reconocen que hay buenas intenciones creen que “los intereses políticos y especulativos” impiden un plan que dé respuesta a la crisis socioeconómica, climática y energética. Confían en el proceso de alegaciones porque “si se aprobara tal como está redactado saldría perdiendo el conjunto de la población”, lamentan. Desde el movimiento ecologista se oponen a la creación de los más de 200.000 viviendas que hay planificadas por el incremento demográfico que supone.

El día siguiente a la aprobación del PDUM desde el SOS Baix Llobregat y el Hospitalet emitieron un comunicado que añadía que el plan está “manchado por la especulación” y critican que el aumento de suelo no urbanizable es irrisorio y “lejos de los objetivos que habría que fijar en estos momentos para parar la densificación y la degradación del área metropolitana, especialmente en el Baix Llobregat”. Otra de las preocupaciones de las organizaciones ecologistas es que las zonas inundables no se han declarado no urbanizables como creen que haría falta para garantizar conexiones y funciones biológicas y hídricas y para prevenir las riadas.

Batalla judicial por el plan de las Tres Xemeneies

Precisamente una de las principales batallas de los ecologistas ahora mismo es por la planificación urbanística que se ha hecho de las Tres Xemeneies. La plataforma “Entesa per un gran parc litoral al Besòs”, que aglutina 29 entidades, ha abierto un micromecenazgo que pretende conseguir un mínimo de 7.500€. El objetivo es costear los gastos del proceso legal iniciado con el recurso presentado al TSJC, después de haber agotado la vía administrativa. Desde la plataforma cuestionan la construcción de un nuevo barrio en una zona inundable para 5.000 personas con 2.000 nuevas viviendas y la planificación de 20.000 m² de hoteles “en uno de los entornos más densamente poblados de Europa”. Critican que si se ejecuta el plan, “hará imposible la renaturalización tal como recomiendan los expertos climáticos” y apuntan que “no necesitamos un barrio, necesitamos un gran pulmón verde, un gran parque metropolitano”. Desde la plataforma lamentan que es una medida que solo tiene interés especulativo y ponen nombres: Endesa, Banco Santander, su inmobiliaria Metrovacesa y los fondos de inversión que lo acompañan.

“Una planificación que hace frente al cambio climático”, según el AMB

El AMB defiende que la planificación urbanística metropolitana con el PDUM propone un modelo “renovado para dar respuesta a las necesidades de la población y hacer frente a los nuevos retos como la descarbonización o el cambio climático”. Defienden que el plan metropolitano proyecta una metrópolis de Barcelona “más eficiente, cohesionada, natural, sostenible, equilibrada y justa” con la previsión de 120.000 nuevas viviendas “asequibles”, a pesar de que la planificación es de más de 215.000. Además, se contemplan una decena de grandes avenidas metropolitanas, 870 kilómetros de esos verdes y el aumento del 4% de suelo no urbanizable hasta llegar a las 32.000 hectáreas protegidas del ladrillo.

Para unificar toda la metrópoli, se han creado “doce centralidades” destinadas en zonas residenciales que hagan de vínculo entre poblaciones y que hoy en día rompen la continuidad urbana. El objetivo del PDUM también es acabar con la lógica centro-periferia y fomentar un crecimiento económico con equidad territorial. De hecho, de cumplirse la planificación del AMB la población crecerá en 275.000 personas (7,7%) y se crearán 243.000 nuevos lugares de trabajo, un 13,3% más que ahora.

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