Las hostilidades entre Hamás e Israel siguen aumentando el número de civiles muertos. Tras el reciente bombardeo al hospital Al-Ahli, en la franja de Gaza, que dejó una cifra de al menos 500 fallecidos, la escalada del conflicto ha entrado en un punto de inflexión en el ámbito internacional: disturbios en Ramala (Cisjordania), la ocupación del capitolio por parte de judíos que piden el cese del fuego, y manifestaciones en grandes capitales alrededor de Europa.

En el centro sanitario se refugiaban unas 2000 personas. Hamás y la Autoridad Nacional Palestina acusan a Israel de la masacre, sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) apuntan a un proyectil de la Yihad Islámica como causante del desastre. Con hechos no bien esclarecidos, lo que queda clarificado es que la eterna guerra está en un contexto de hostilidad único.

La eterna guerra está en un contexto de hostilidad único

“La gente está atemorizada, horrorizada absolutamente porque la escala de violencia no tiene límites. No habían visto algo parecido” explica Enric Miravitllas, de la Asociación CREART, que trabaja en proyectos sociales y artísticos en la Franja de Gaza desde 2006. La situación humanitaria está en jaque. Miravitllas comenta sobre Mohamed, coordinador de una entidad socia local, que éste le explica como ante el temor de bombardeos constantes viven con ropa de calle todo el día y deciden en qué habitaciones dormir por si sucediera una tragedia. Tras el apagón eléctrico, la falta de suministros básicos y el simbolismo de un hospital masacrado, la población gazatí se encuentra en una ratonera dónde ningún espacio es seguro.

La gente está atemorizada, horrorizada absolutamente porque la escala de violencia no tiene límites

La ayuda humanitaria sigue en situación de bloqueo, sin posibilidad de entrar a la Franja agua, gasolina, medicaciones o comida. Así mismo las negociaciones con Egipto parecen avanzar favorablemente para poder entrar camiones con suministros por el paso de Rafah, todo y que la ONU predice que como mínimo hasta el sábado no se retrase la entrada de un primer convoy. La situación es crítica y cada hora empeora la escasez extrema a la que se ve sometida la zona.

A su misma vez, los avisos del Ejército Israelí para el desplazamiento de la población antes de emitir ataques aéreos, ya no se efectúan con regularidad. Antes de atacar una zona, hacían pequeñas detonaciones o bien enviaban mensajes en árabe para dejar constancia de que en unos diez o quince minutos esa zona sería hostil. Sin embargo, durante los últimos días, el gobierno israelí anunció que no recurrirían obligatoriamente a esas advertencias. Yoav Gallant, ministro de defensa israelí, decía a sus tropas el jueves que “pronto verían Gaza desde dentro”, una declaración de intenciones sobre una posible entrada vía terrestre al territorio y reforzada posteriormente por Netanyahu. El pimer ministro israelí hacía público un vídeo con tropas en el frente dónde declaraba que “ganarían por todas las fuerzas”.

Situación de última hora

Los datos más recientes proporcionados por la OCHA apuntan a que “continúan los incesantes bombardeos sobre Gaza”. En las últimas 24 horas datan la muerte de 307 civiles en la Franja de Gaza, lo que eleva el número de víctimas mortales a 3.785, incluidos al menos 1.524 niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. La OCHA explicita además que “se cree que cientos de víctimas mortales más están atrapadas bajo los escombros”. Otros datos del Ministerio de Sanidad de la Franja apuntarían que los muertos son ya más de 4000.

Según el Ministerio de Vivienda de Gaza, al menos el 30 por ciento de todas las unidades de vivienda en la Franja de Gaza han sido destruidas (12.845), inhabitables (9.055) o dañadas (121.000) desde el inicio de las hostilidades.

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