Miles de personas volvieron a salir a la calle en Barcelona para exigir el alto el fuego en la Franja de Gaza y el fin del comercio militar con Israel para “parar el genocidio”, en un fin de semana lleno de movilizaciones en numerosas ciudades europeas. La manifestación, convocada por entidades como la coalición Prou Complicitat amb Israel, l’Associació Catalana de Jueus i Palestins y la Comunitat Palestina de Catalunya, reunió a unas 7.500 personas -según la Guardia Urbana- y a unas 30.000, según los organizadores, siendo una de las más numerosas de las últimas semanas. En Comú Podem, la CUP y numerosas organizaciones de la izquierda independentista y anticapitalista también apoyaron la protesta. 

Los nombres de los muertos causados por los bombardeos israelíes se extendían en una pancarta de más de 10 metros.

La movilización empezó en la plaza de Urquinaona a las cinco de la tarde, bajando por la Vía Laietana y acabando en la estación de Francia, donde un centenar de manifestantes ocuparon brevemente el vestíbulo, de forma similar a la ocupación de la estación central de Nueva York llevada a cabo por el grupo Jewish Voice for Peace el pasado 28 de octubre. Los participantes de la acción rebautizaron la estación de Francia como “Estació Palestina”, y desplegaron una larga pancarta en su interior con los nombres de las personas muertas durante el último mes de conflicto en Gaza y Cisjordania.

Breve ocupación de la Estación de França, rebautizada como Estació Palestina.

Dentro de la estación, los impulsores de la acción leyeron un manifiesto donde expresaban que la ocupación de la Estación era una “acción no violenta de desobediencia civil nacida del profundo malestar de los pueblos, con el objetivo de poner fin al genocidio en Gaza”.

El manifiesto hizo especial referencia a “la absoluta impunidad del estado de Israel gracias a la complicidad de occidente, mientras incumple sistemáticamente el derecho internacional y los derechos humanos”. Los manifestantes fueron rápidamente desalojados de la estación por la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra, que cargó contra algunos de los manifestantes, pero no realizó ninguna detención.

El mismo sábado 11 de noviembre, más de 300.000 personas se manifestaron en Londres, llegando hasta la embajada de los Estados Unidos para pedir que el país interceda para conseguir un alto el fuego, mientras que las movilizaciones en Bruselas reunieron a unos 21.000 participantes, según la policía belga.

Algunos de los cánticos más escuchados durante la tarde en la Vía Laietana fueron “Israel asesina, Europa patrocina”, “Gaza, no estás sola” o “Boicot Israel, libertad Palestina”. Entre los colectivos participantes había organizaciones de diferentes puntos del área metropolitana, como miembros del movimiento estatal Regularización Ya, La Floresta Contra Fronteras, o la Marea Pensionista de l’Hospitalet de Llobregat, entre otros. 

Miembros de la Marea Pensionista de Llobregat en la manifestación para pedir el alto el fuego en Gaza.
Nadia y su hija gritan consignas en defensa de Palestina ante la pancarta de de la plataforma Regularización Ya.

Muchas de las personas asistentes ya habían asistido a varias movilizaciones en solidaridad con Palestina durante el último mes. Cómo es el caso de Basil, de veintisiete años, vecino de Barcelona de origen sirio, que ha venido con su compañera Malena. “Hemos venido a decir ya basta de complicidad con Israel, porque no queremos que estas acciones se hagan en nuestro nombre, a pesar de que sabemos que es muy difícil cambiar la postura de occidente”, explica Basil. Y Malena añade: “Manifestarnos es una de las pocas cosas que podemos hacer para trasmitir fuerza a la gente de Gaza y para mostrar que estamos en desacuerdo con la dirección que están tomando los dirigentes. Estas imágenes llegan a la televisión de allí”.

Basil ya ha ido “a 7 o 8 manifestaciones en el último mes”, recuerda.

Basil, consultor de marketing, añade que otra manera de apoyar al pueblo palestino “que no cuesta tanto” es “hacer boicot a las marcas que colaboran con la ocupación israelí”. A su paso por el Starbucks de la Vía Laietana, colectivos anticolonialistas gritaron consignas a favor de boicotear a la multinacional americana de cafeterías. “Hablar de Palestina, conocer su cultura, su comida… Todas estas cosas ayudan a mantener viva la identidad y la resistencia palestina”, concluye el manifestante.

No muy lejos, Marie, una enfermera de 26 años originaria de Francia, aguanta un pequeño cartel casero con 6 QR. “Estos son solo 6 de los miles de niños muertos en esta guerra, en este genocidio”, apunta, hablando de su pancarta. “Me alegra estar aquí porque en Francia muchas de las manifestaciones no están permitidas”, añade, para puntualizar que “hace falta un alto el fuego ahora mismo, pero también hay que liberar a Palestina, porque estamos hablando ahora, pero ya llevamos más de setenta y cinco años de genocidio y ocupación”. 

Marie insiste que el alto el fuego no puede esperar, mientras que denuncia los ataques a la libertad de expresión en Francia.

Están matando a muchos niños inocentes y quiero enseñar a mis hijos que hay que protestar ante estas injusticias

Hacia al final de la Vía Laietana, Cristian y su familia descansan en una de las aceras. Cristian, de cuarenta años, es originario de Gabón, pero hace muchos años que vive en Barcelona. Explica que ha decidido venir con su familia “para dar mi apoyo a Palestina, porque están matando a muchos niños inocentes”, y quiere “enseñar a mis hijos que hay que protestar ante estas injusticias”. Hace tres semanas también fueron a la gran manifestación unitaria que reunió a unas 70.000 personas en Els Jardinets de Gracia, según los organizadores. “Continuaremos movilizándonos hasta que los gobiernos se pongan de acuerdo para parar la guerra”, dice Cristian, mientras aguanta el cartel de su hijo.

Gael, Eron, Tarek y Adam, de 6, 5 y 4 años, vinieron con sus padres a la manifestación en solidaridad con Palestina.

Más de 11.000 personas, incluidos más de 4.500 niños, han sido asesinadas en Gaza desde el inicio de la guerra hasta el 11 de noviembre, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás. El número oficial de muertes del ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre es de 1.200.

Unas calles más arriba, ya en el Raval, un grupo de niños del barrio equipados con sus patinetes y móviles pasa el rato al aire libre. Uno de ellos se acerca a la pared, encolada con los nombres y los QR, y le dice al resto: “¿Sabéis qué es esto? Son los nombres de los niños que han matado en Palestina”. El grupo se acerca a los papeles, lee los nombres en silencio durante unos instantes, y continúa rodando por los callejones de la ciudad.

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