Este año la República Argentina cumple 40 años de aquellos primeros comicios celebrados en 1983 que simbolizaron el regreso de la democracia al país y daban comienzo al periodo más largo y estable de la misma. Se acababa, entonces, un gobierno militar que no solamente había llevado a cabo un plan sistemático de desaparición de personas, sino que había involucrado a la sociedad argentina en una cruenta guerra por las islas Malvinas que dejó una herida marcada en toda una generación. Fue así como Ricardo Alfonsín tuvo la misión de recomponer aquellas cicatrices y volver a poner de pie a un pueblo que se encontraba roto emocionalmente y devastado socialmente.
Después de 40 años y de una larga y agotadora campaña, que comenzó en la primera mitad del año 2023 con el cierre de listas y la definición de candidatos, termina un largo proceso electoral que deja a Javier Milei como nuevo presidente de la Republica Argentina y una sociedad exhausta y con la esperanza de que el nuevo gobierno pueda resolver una situación económica tan comprometida.
Llegamos al día de hoy luego de unas semanas muy intensas de campaña donde lo único seguro era que aquel candidato que ganara la elección se convertiría prácticamente en un milagro político. Lo era si Massa ganaba las elecciones, ya que como ministro de Economía y con un 140% de inflación anual, con una distribución regresiva del ingreso y con un dólar en niveles históricos contaba con una situación económica muy desfavorable. En el caso de Milei, además de demostrar mal temperamento y una personalidad agresiva, pudo conformar su formación política hace apenas unos 2 años y su partido tuvo una carrera meteórica que ni en el mejor de los casos se hubiera imaginado encontrarse en esta instancia.
Pero también los últimos días y horas de campaña han sido muy movidos. Algunos sectores de La Libertad Avanza habían puesto sobre la mesa la idea de que existía la posibilidad de fraude en la elección, aunque no se habían concretado en ninguna denuncia específica.
Lo cierto es que la noche electoral se vivió con total normalidad y a las 20 horas de la noche (hora argentina) el candidato de UxP (Unión por la Patria) y ministro de economía, Sergio Massa, salió frente a sus seguidores a reconocer la derrota y a felicitar a su rival sin datos oficiales hasta ese momento. Tal y como vino haciendo durante la campaña, Sergio Massa instó al nuevo presidente electo a garantizar la total normalidad y funcionamiento de todas las instituciones democráticas del Estado y a los ciudadanos a defender ese país inclusivo, de desarrollo y de igualdad de oportunidades. Por último, Sergio Massa se despidió no solamente de su carrera por la presidencia, sino también que dió por terminada su carrera política.
Los primeros datos oficiales llegaron justo después del reconocimiento de la derrota de Sergio Massa. A las 20:30 aparecieron la primera carga de datos: con un 86.59% escrutado, Javier Milei tenia el 55.95% de los votos y Sergio Massa el 44.04%. Esa diferencia se mantuvo intacta a medida que fue avanzando el escrutinio.
Las únicas provincias donde el candidato oficialista pudo imponerse son Formosa, Santiago del Estero y la Provincia de Buenos Aires. En el resto de 21 provincias, Milei se impuso claramente conformando un triunfo muy contundente con un porcentaje de participación muy similar al de la primera vuelta rondando el 76%.
Por el lado de Javier Milei, que retrasó su salida hasta casi las 22 horas y liderado por su nuevo padrino político Mauricio Macri y arropado por su equipo más fiel, salió eufórico ante un público totalmente entregado a su líder. En tono presidenciable, Javier Milei agradeció el apoyo de su equipo y el de Mauricio Macri, al cual resaltó su gesto de grandeza al apoyar de manera incondicional. En su discurso, Javier Milei hizo numerosas referencias a que en Argentina se abre una nueva época donde el papel del Estado pasará a ser algo testimonial y donde abrazando las ideas de la libertad, Argentina volverá a ser una potencia como lo fue, según él, en el siglo XIX. Lo destacable del discurso de Milei fue que no hizo referencia a su contrincante sino, todo lo contrario. Avisó que serán bienvenidos todos aquellos argentinos de bien y reforzó un discurso duro proponiendo un cambio drástico sin lugar al gradualismo hablando solamente a los propios y dejando afuera a los que no lo votaron amenazándolos, remarcando que “no se resistan” porque él no lo hará.
Los retos para el futuro
Son numerosos los nuevos retos a lo que tendrá que hacer frente el nuevo presidente electo en Argentina. El interrogante más grande lo ha propiciado el propio Javier Milei durante la campaña dando argumentos contradictorios, y es si Javier Milei va a llevar adelante todo lo que propuso o si va a revisar y suavizar algunas posiciones.
En primer lugar, tendrá que afrontar la situación financiera de la argentina con respecto a la moneda estadounidense. Si la propuesta de Milei de llevar adelante la dolarización continua vigente provocará una disparada del dólar que a su vez llevará al país a una hiperinflación de tamaño incalculable. En segundo lugar, también tendrá que poner luz sobre realmente cuál será su posición en las relaciones internacionales. Recordemos que Argentina acaba de ser admitida en el grupo de los BRICS y el presidente electo ya había anunciado romper relaciones con países como Brasil y China (que los considera comunistas) y adaptar su política exterior a la política norteamericana. En tercer lugar y a medio plazo, tendrá que afrontar una situación social en plena ebullición. Si bien el nivel de desempleo no es tan elevado como en otras épocas, existe un alto porcentaje (alrededor del 40%) de informalidad laboral. Por último y no menos importante, es la capacidad del propio presidente y su equipo económico de renegociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la enorme deuda pendiente que tiene el país con este organismo. Esto toma una gran relevancia en el momento en el que el propio FMI, cada 3 meses, realiza una auditoria de las cuentas oficiales del país para direccionar e influenciar sobre la política económica.
En contraposición a Javier Milei, ahora el peronismo tiene y debe entrar en un proceso de reflexión y análisis de la derrota. ¿Cuáles fueron los errores cometidos para llegar a esta situación? Posiblemente, este interrogante tiene numerosas respuestas que, a tan pocas horas de la elección, es imposible dar una respuesta clara y concisa. Lo cierto es que la situación económica que puso en jaque al gobierno vino dada por una mala gestión de la crisis de la Covid-19, de la fuerte sequía que azotó al país el último año y por la caída de los ingresos públicos. Esta situación, sumada al préstamo más grande de la historia del FMI a un país sin capacidad de pago, puso de manifiesto las carencias de un gobierno que se vio no solamente sobrepasado por la situación sino también inoperante en las políticas públicas.
Pero el futuro es hoy y los pueblos no se equivocan. Si bien la elección de Javier Milei y Victoria Villaruel para hacerse cargo del poder ejecutivo puede simbolizar una amenaza para algunos consensos democráticos (como el reclamo de los represores de la dictadura mediante el discurso negacionista de los 30.000 desaparecidos) es importante destacar que el propio sistema político argentino tiene mecanismos para obligar al presidente a validar sus proyectos mediante el Congreso Nacional. La cámara baja que tendrá que afrontar Javier Milei en su presidencia es una cámara, en su mayoría, tomada por la oposición al candidato libertario. Esto obligará al nuevo oficialismo a rebajar sus propuestas e intentar llegar a nuevos acuerdos.
Como conclusión, Argentina eligió el camino que cree que será el mejor para su futuro. Como decíamos más arriba, los pueblos no se equivocan. Pero el discurso del nuevo presidente electo fue un discurso que no parece ir de la mano de la concordia y el diálogo, sino todo lo contrario. La grieta política, social y económica parece ser que viene bien para los intereses del político libertario. Y ese terreno inexplorado parece ser el que eligió el pueblo argentino para construir su futuro.
Catalunya Plural, 2024 
