El pasado lunes un titular estremecedor encabezaba la portada del Periódico: “Las obras del Barça esconden explotación laboral”. Y sí, la situación que denuncia el Periódico es completamente cierta: en las obras del Camp Nou hay explotación, pero, por desgracia, el Barça no es la excepción, y es que estamos ante un modelo de sector que se ha ido consolidando y expandiendo en los últimos años.

Al leer el artículo uno puede pensar que tiene cierta lógica que existan incumplimientos de la normativa laboral y del convenio colectivo en unas obras adjudicadas por un club que pasa profundos problemas económicos y con un consorcio liderado por una empresa recién llegada al sector de la construcción en Europa, la empresa turca Limak. Pero, de nuevo, nada más lejos de la realidad, esta situación se da en el Camp Nou, en las obras privadas y absolutamente en todas las obras públicas de Barcelona y Cataluña.

Estamos ante un modelo de sector totalmente perverso, precario y con situaciones de explotación laboral que se ha ido consolidando y extendiendo a lo largo de los años. El modelo de subcontratación en las obras de construcción empieza a instalarse por parte de las grandes constructoras del sector en los años noventa. Consiste en empresas que han ido concentrando los elementos de valor añadido a las obras (capacidad para licitar, ingeniería y dirección de obra), organizadas sindicalmente y donde sí se aplica el convenio, y por otra parte, en la externalización de la cadena de subcontratación de las actividades intensivas en trabajo, manuales y requieren mucha mano de obra, con la intención de externalizar los costes, fomentando una competencia feroz en una cadena de subcontratación que progresivamente se ha ido nutriendo a más de trabajadores migrados.

A finales de los años 90, desde CCOO impulsamos la ILP, que tendría como resultado la actual ley reguladora de la subcontratación. Es una ley que, pese a no haber alcanzado todo lo que queríamos, acercaba al contratista las responsabilidades, y permite exigir el cumplimiento de la ley, especialmente en materia salarial y de prevención de riesgos laborales.

El sector de la construcción, por desgracia, ha sido siempre un sector acordeón que crea y destruye empleo a una velocidad tremenda. Desgraciadamente, desde la etapa del estallido de la burbuja inmobiliaria se ha recuperado en términos de creación de empleo, pero ha empeorado claramente en términos de calidad del empleo, siniestralidad etc. Uno de los efectos de la crisis económica y financiera en el sector de la construcción ha sido la destrucción de buena parte de las muchísimas empresas de albañilería, estructura, yeso etc que sí cumplían con el convenio, siendo sustituidas por empresas como las que hoy podemos encontrar en la mayor parte de obras grandes y privadas, pero sobre todo en las públicas, de Cataluña. Hoy, me atrevería a decir que, entre las diez empresas del sector que ocupan a más gente, hay al menos dos de las que nosotros llamamos piratas, y eso es lo que no puede ser. No puede que sólo seamos capaces de construir nuestras ciudades gracias a la precariedad de muchos y a la ganancia de muy pocos. Es necesario revertir el modelo de las obras de construcción y desligarlas de la precariedad y de los ciclos económicos. Por eso es necesario saber qué es lo que pasa en las obras de nuestra casa.

¿Y por qué no ha encontrado la Inspección de Trabajo indicios de irregularidad hasta el momento? Desde CCOO hace tiempo que les hemos trasladado nuestra preocupación. Pero debemos tener en cuenta que el binomio constructivo (gran empresa/subcontrata) ha aprovechado toda la crisis del sector para perfeccionar su modus operandi. A nivel documental no existe ningún hecho que indique que se incumple el convenio. Las nóminas reflejan lo que dice el convenio, los trabajadores tienen la documentación de prevención de riesgos laborales en regla, y por tanto las vulneraciones son difíciles de acreditar si no es a través de la denuncia minuciosa de quien las padece, una denuncia que la precariedad hace casi imposible.

Este modelo se sustenta en la precariedad y necesidad de los trabajadores, de los cientos de miles de trabajadores migrados que apenas conocen la lengua o sus derechos laborales. Cuando alguno de ellos denuncia, el conflicto dura poco, porque el trabajador termina fuera de la empresa y probablemente fuera de un sector donde jefes de obra y encargados conocen perfectamente a las empresas subcontratistas que tienen a su disposición.

Hoy no es extraño encontrar, tanto en las obras privadas como en las públicas, jornadas de doce horas siete días a la semana (cuestión que prohíbe de forma explícita el convenio de la construcción de Barcelona). Las nóminas reflejan unas cantidades aceptables, pero no es de extrañar que a los trabajadores se les haga devolver una parte en mano, como no es de extrañar el trabajo irregular. Este es el resultado de un modelo creado por las grandes patronales constructivas a lo largo de años.

Por lo tanto, sí, en las obras del Barça hay explotación. Pero desgraciadamente, éste es un problema del que la situación en el Camp Nou es solo una muestra.

Share.

No hi ha comentaris

  1. Carlos Roces Felgueroso on

    “Fake news”.- Se repiten las noticias y los comentarios sobre los trabajadores que están trabajando en el Nou Camp.
    Parece que algunos comentaristas carecen de una información fiable sobre los equipos de trabajo especializado que están desarrollando las obras de ampliación, bajo el control general de la empresa turca Limak.
    Los obreros turcos y rumanos están conformes con las condiciones de unos contratos laborales, firmados en sus países de origen.
    En algunos comentarios críticos se olvida o se ignora la existencia de unas viviendas construidas para esos trabajadores y para otros que van a venir próximamente. Tampoco saben nada sobre los grandes comedores donde se están sirviendo las comidas. Tanto para personal técnico-administrativo y directivo como para trabajadores subalternos.
    Ellos saben que , aparte del salario, recibirán unas primas si siguen superando los plazos previstos.
    No proceden esas inspecciones, pues se trata de empresas bien conocedoras de las normas nacionales e internacionales, tanto los trabajos de montaje y construcción como en la Prevención de Riesgos Laborales.

Leave A Reply