En una conversación con Amadeu Recasens, ex-director de la Escuela de Policía, comentó que la izquierda no tiene un discurso en materia de seguridad, y que estas cuestiones, la izquierda, prefiere no abordarlas. ¿Cree que es así?
Es cierto que históricamente, el concepto de seguridad se inició con las escuelas militares y con el concepto de guerra, y tradicionalmente se ha entendido que está ligado a una concepción muy conservadora de lo que son los estados, y de ahí bajamos hasta llegar al modelo de policías y de estados del bienestar, que también ha sido un campo en el que la derecha se ha sentido más cómoda que la izquierda. Pero creo que cada vez más hay gente como Amadeu Recasens. En esta conselleria, somos muchas las que nos hemos metido porque pensamos que es importante desarrollar diferentes discursos y perspectivas distintas a las que propone la derecha tradicional.
En esta línea, le pregunto sobre el movimiento que surgió en 2020 en todo el mundo a raíz del asesinato de George Floyd, Defund The Police (Desfinanciar la Policía). ¿Aplicar una perspectiva de izquierdas en este campo pasa necesariamente por un proceso de reducción de los cuerpos policiales?
Por un lado, te diría que la seguridad, desde la izquierda, no es solo la seguridad policial. Ahora, eso no significa que no necesites una policía preparada, bien dotada y lo más profesional posible. Y añadiría: cuanto más formación, mecanismos de control y transparencia tengan, mejor.

¿Hay una correlación directa entre más cuerpos policiales y más seguridad?
En muchos aspectos sí.
¿Y en percepción de seguridad?
Eso seguro. La percepción es algo subjetivo que no podemos decidir. Hay mucha gente aún en Cataluña que si no ve a menudo cuerpos de seguridad paseando por las calles de su municipio se siente más insegura.
Sin embargo, es cierto que depende de las franjas de edad que analicemos. Probablemente, la gente joven que ya hemos nacido en una democracia más avanzada —no diré consolidada porque no lo está—, pero sí más avanzada y que no hemos tenido momentos de represión hasta 2017, nos ocurre lo contrario. Por otro lado, esto no significa que se deban inundar las calles de policías, sino contar con efectivos policiales —pero también cuerpos operativos en general como agentes rurales y bomberos— que puedan actuar de manera más rápida y efectiva. Porque si a una persona que necesita la policía y esta tarda más tiempo del esperado en llegar, le generará una sensación de mayor inseguridad y de mayor abandono por parte de la administración pública que sí llega pronto.
¿Cómo son, actualmente, las relaciones con otros cuerpos policiales del Estado?
Con los otros cuerpos del Estado hay muy buena cooperación en lo que es el nivel operativo. Pero no solo con el Estado. Cuando un mosso se va a un congreso a Bélgica o en Francia —y esto lo he visto antes, cuando yo venía de trabajar con militares españoles— los uniformados se entienden porque hablan el mismo idioma, comparten códigos y un respeto por la jerarquía.
¿Cómo afecta el adelanto electoral a la política del departamento?
Lo que afecta de lleno a las políticas del departamento y al Gobierno en conjunto es que no tengamos presupuestos. En la DGAS, directamente, no mucho, porque es una dirección general donde se hace “administración pública” pura, es decir, se tramitan autorizaciones, licencias, expedientes, sancionadores… y eso está cubierto y asegurado independientemente de quién gobierne. Ahora bien, en los presupuestos habíamos previsto realizar algunos proyectos de prevención, de debate y reflexión públicos… y en el departamento, ya, ni te cuento.
¿Hay alguna partida que estuviera vinculada al nuevo presupuesto que ahora se ve truncada, y, por lo tanto, que afecte negativamente el desarrollo de políticas públicas en materia de seguridad?
Sí, claro, sin entrar en pánico ni alarmar a nadie, pero obviamente solo hace dos años y medio que llegamos y los hemos pasado recuperando todo lo que se había dejado de hacer, de invertir, de apoyar. Ahora teníamos previstas cosas en positivo, que sumaban y no solo te ponían a cero.



