En septiembre de 2006, el presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmo ante la Asamblea General de Naciones Unidas mientras se santiguaba: “Ayer el diablo estuvo aquí. Huele a azufre todavía”, refiriéndose al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y despertando las risas del público. La teatral intervención de Chávez dice mucho sobre su peculiar estilo retórico, pero también nos habla de un momento en que la izquierda latinoamericana se sentía fuerte. Gobernaba los principales países de Sudamérica y, por primera vez, le plantaba cara al tradicional dominio de Estados Unidos sobre su ‘patio trasero’. Las recientes victorias de Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia y Lula en Brasil han llevado a algunas analistas a hablar de un “nuevo ciclo progresista” en la región, pero las dificultades a las que se están enfrentando estos gobiernos y el ascenso de la extrema derecha lleva a otros expertos a ser más prudentes.

El sueño de la integración regional

Manuel Canelas, politólogo y ex ministro de Comunicación de Bolivia, considera “un error pensar que la simultaneidad de algunas victorias electorales basta para hablar de ciclo”. Una de las condiciones que faltan, según Canelas, es el “control de unos organismos multilaterales” de integración regional. Durante el ciclo progresista de principios de siglo, diversos gobiernos se unieron para impulsar Mercosur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organizaciones regionales que cuestionaban la hegemonía estadounidense.

Arantxa Tirado, doctora en Relaciones Internacionales de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), coincide en la importancia de esta “construcción geopolítica contrahegemónica, que puso a América Latina y el Caribe en un lugar de protagonismo mundial, dialogando de tú a tú con bloques como China o la Unión Europea”. Para ella, este “entramado institucional [servía] para la concertación política de los países de la región, independientemente de su posicionamiento de izquierdas o derechas”. Esta construcción geopolítica está hoy en crisis, al menos por dos razones. Primero, porque “mandatarios de derecha se han propuesto desarticular esos mecanismos”, como señala Tirado. Canelas apunta el segundo factor: “Los gobiernos postpandemia han tenido un montón de obligaciones nacionales [relacionadas con la crisis económica provocada por el COVID], no pueden estar dedicados a la integración regional”.

La izquierda ante la crisis económica

A partir de la primera victoria electoral de Chávez, en 1998, Venezuela, Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay, Ecuador y –por menos tiempo– Perú tuvieron gobiernos de izquierdas durante buena parte de la primera década y media del siglo. Para Tirado, estos gobiernos compartían una “radicalidad discursiva, a veces acompañada de unas políticas que tenían un horizonte de transformación mucho mayor que el actual”. Si bien diversos partidos de izquierda gobiernan hoy países tan importantes como Brasil, México, Chile o Colombia, Tirado considera que “esta nueva oleada tiene unas características de debilidad, con una izquierda mucho más moderada”. Uno de los factores de este “reflujo ideológico” es el empeoramiento de la situación económica.

A principios de siglo, América Latina se benefició de un boom internacional de las materias primas, que elevó los precios de las principales exportaciones de la región, como el gas y el petróleo. Los nuevos gobiernos incrementaron el control público y los impuestos sobre los sectores exportadores y dedicaron buena parte de estos ingresos a políticas sociales, consiguiendo una considerable reducción de la desigualdad y la pobreza. Como señala Manuela d’Àvila, periodista y diputada del Partido Comunista Brasileño, ahora atravesamos “una situación económica muy compleja” que limita los recursos disponibles para los Estados. Esto lleva a D’Àvila a rechazar la idea de una nueva ola progresista. Más bien “vamos a empezar a vivir con ‘olas’: victorias, eventuales derrotas… eso tiene relación con la dificultad de mantener las políticas económicas en un momento de crisis muy profunda”, afirma.

Mención aparte merecen Cuba y Venezuela, ambas sumidas en una profunda crisis económica. “Los problemas que arrastra el modelo económico cubano, por errores propios y por el impacto del bloqueo estadounidense, sumándole la pandemia y la victoria de Trump, han colocado a la población en una situación muy complicada”, relata Tirado. Un “cóctel explosivo” que está produciendo “desafección política, sobre todo en la gente joven”. Algo similar sucede en Venezuela, donde la crisis, según Tirado, tiene que ver con “la estrategia estadounidense de hacer implosionar la economía venezolana, los errores de gestión que pueda tener la dirigencia venezolana y una economía petrolera monoproductora que no ha logrado diversificarse industrialmente”. Pese a todo, la politóloga de la UAB cree que “la revolución bolivariana se va a mantener porque ha demostrado una capacidad de resiliencia absoluta ante la guerra híbrida de EEUU” y por la relativa debilidad de la oposición a Nicolás Maduro.

Gobiernos progresistas en sociedades conservadoras

Aparte de Brasil, los principales países suramericanos que actualmente tienen gobiernos de izquierda son justo los que no vivieron el ciclo progresista de principios de siglo: Colombia, Chile y México. Los tres comparten una “fuerte influencia norteamericana: la dictadura de Pinochet y las reformas neoliberales en Chile, el tema securitario y de drogas en Colombia y en México”, explica Canelas, “esto hace que sus sociedades sean más conservadoras”. Tirado coincide en la dificultad añadida que enfrentan estos gobiernos progresistas: “Tienen que convivir con Estados que tienen características de debilidad institucional, por un lado, pero de fortaleza institucional para la represión de la disidencia y al servicio de unas élites muy maximalistas, que no están dispuestas a ceder ni un mínimo”.

En relación con México, Tirado considera que, a la hora de juzgar las limitaciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, hay que tener en cuenta “la imbricación absoluta económica y de seguridad con Estados Unidos”, que estrecha mucho su margen de maniobra. “Esto hace que López Obrador haya escenificado una relación hasta de camaradería con Donald Trump”, lo que le ha valido críticas desde la izquierda. Colombia también tiene una larga historia de colaboración diplomática y de seguridad con la superpotencia, lo que no ha impedido que Gustavo Petro adopte posturas muy críticas en cuestiones internacionales como el genocidio de Gaza. En Chile, el peso histórico de la dictadura de Pinochet y la larga hegemonía neoliberal se manifestaron en el fracaso del proyecto de reforma constitucional impulsado por la izquierda, lo que colocó al gobierno de Gabriel Boric a la defensiva.

La situación tampoco es fácil para la izquierda brasileña, que recuperó el poder en 2022 con Lula como candidato después de 4 años de gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro y dos décadas después de la primera victoria electoral del antiguo líder sindicalista. Lula ganó de nuevo la presidencia, pero el Congreso brasileño sigue dominado por el centrão, una amalgama de diputados más preocupados por sus intereses personales que por cualquier reforma. Nada que ver con las super mayorías parlamentarias de Chávez o el boliviano Evo Morales, que obtuvo más del 50% de los votos en diversas elecciones y referendos. La debilidad parlamentaria ha obligado a la izquierda de diversos países a llegar a complejos acuerdos con sectores conservadores.

Petro, después de ganar por la mínima las elecciones presidenciales de 2022, formó un amplísimo gobierno de coalición con sectores de centro y derecha, pero el acuerdo apenas duró unos meses. Desde entonces, la izquierda colombiana negocia cada reforma por separado con los partidos opositores, lo que está atrasando la aplicación de reformas importantes como la de las pensiones o la salud, provocando desafección política. En Brasil, ante la fortaleza de Jair Bolsonaro, Lula decidió aliarse para las elecciones de 2022 con Geraldo Alckim, antiguo candidato del centroderecha, lo que ha llevado al antiguo sindicalista a moderar su discurso respecto a su primera época como presidente. Por ejemplo, Lula mostró su oposición al derecho al aborto durante la campaña, para atraer al numeroso electorado evangélico. El actual gobierno es “un frente muy amplio, para intentar reconstruir el país que fue destruido por el gobierno Bolsonaro”, en palabras de Manuela d’Àvila.

Un futuro incierto

Las recientes victorias de la izquierda se han alternado con sonoros éxitos de la extrema derecha, con la elección de Javier Milei en Argentina y la consolidación del proyecto autoritario de Nayib Bukele en El Salvador, que el presidente ecuatoriano Daniel Noboa parece querer imitar. “Miembros de las familias más ricas deciden participar en política sin mediación”, explica Canelas refiriéndose a Milei y Noboa, “como si los partidos conservadores clásicos no les sirvieran”. La nueva derecha latinoamericana, explica, “es un triángulo entre ricos, extrema derecha y valores duros de mercado”, simbolizados por el ultraliberalismo económico de Milei y la obsesión de Bukele con las bitcoins. Para el ex ministro de Evo Morales, América Latina está hoy en “una encrucijada [entre] una derecha bien fortalecida y un campo popular” que retiene gobiernos importantes. “La disputa con la extrema derecha va a ser permanente”, concluye Manuela d’Àvila.

Share.

2 comentaris

  1. Recording the success in Cryptocurrency, Bitcoin is not just buying and holding till when bitcoin sky-rocks, this has been longed abolished by intelligent traders ,mostly now that bitcoin bull is still controlling the market after successfully defended the $60,000 support level once again and this is likely to trigger a possible move towards $1090,000 resistance area However , it’s is best advice you find a working strategy by hub/daily signals that works well in other to accumulate and grow a very strong portfolio ahead. I have been trading with Mr Bernie Doran daily signals and strategy, on his platform, and his guidance makes trading less stressful and more profit despite the recent fluctuations. I was able to recover my funds and Recover my losses and easily increase my portfolio in just 3weeks of trading with his daily signals, growing my $3000 to $35,000 profits $3500 to $65,000. Mr Bernie’s daily signals are very accurate and yields a great positive return on investment. I really enjoy trading with him and I’m still trading with him, He is available to give assistance to anyone who love crypto trading and beginners on the trade market , he can also help you recover/retrieve lost or stolen cryptocurrencies, you contact him on WhatsApp : + 1424(285)-0682 , Gmail : BERNIEDORANSIGNALS@GMAIL.COM for inquiries , Crypto is taking over the world .

  2. Investment is one of the best ways to achieve financial freedom. For a beginner there are so many challenges you face. It’s hard to know how to get started. Trading on the Cryptocurrency market has really been a life changer for me. I almost gave up on crypto at some point not until saw a recommendation on Elon musk successfully success story and I got a proficient trader/broker Mr Bernie Doran , he gave me all the information required to succeed in trading. I made more profit than I could ever imagine. I’m not here to converse much but to share my testimony; I have made total profit returns of $20,500 from an investment of just $2000 within 1 week. Thanks to Mr Bernie I’m really grateful,I have been able to make a great returns trading with his signals and strategies .I urge anyone interested in INVESTMENT to take bold step in investing in the Cryptocurrency Market, he can also help you recover your lost funds, you can reach him on WhatsApp : +1(424) 285-0682 or his Gmail : BERNIEDORANSIGNALS@GMAIL.COM tell him I referred you /

Leave A Reply