Personas trans migrantes: prolongación del estigma y la discriminación en España

Según datos del Instituto Nacional de Estadística de España (INE), hasta el 01 de abril de este año, ya son 6.581.028 las personas extranjeras que residen en España. De esas personas, miles son migrantes que han llegado al país tras huir de la pobreza, de los conflictos o de la falta de oportunidades en sus lugares de origen. Hombres, mujeres y personas LGTBIQ+ vienen con la idea de encontrar algo diferente. Estas últimas, sobre todo llegan en búsqueda del bienestar y la libertad que carecen en sus países natales. Aunque al arribar se estrellan contra un panorama distinto al que pensaban. Se encuentran con lastres burocráticos, laborales y, sobre todo, sociales; en un país que consideraban de mayor apertura de mente y tolerancia.

En el caso de las personas trans, los estigmas dejados en sus países muchas veces se repiten al llegar a España. Varias de ellas acá aún son vistas como personas destinadas a trabajar solo en puestos específicos: “Yo no noto la apertura de mente aquí, la que se espera. Se piensa igual, que las mujeres trans solo podemos ser peluqueras o trabajadoras sexuales. Y no es así. Nosotras podemos ser más que peluqueras, estilistas”, reclama Regina Magallón, una mujer trans mexicana que llegó a España como refugiada tras escapar de amenazas y persecución en su país.

Asimismo, muchas mujeres trans aquí aún siguen siendo sexualizadas: “A muchas acá también nos ven como objetos sexuales, y solo nos buscan para sexo casual”, se lamenta Melanny Bacgar, otra mujer trans que salió de su país de origen, Perú, para poder encontrar libertad, sin ser señalada o discriminada por ser una persona trans. Justo ahora cuando en su país, desde el 10 de mayo de este año, rige un Decreto Supremo que clasifica las identidades trans como condiciones de salud mental. Norma criticada fuertemente por colectivos LGTBIQ+.

Tanto Regina como Melanny concuerdan que la discriminación y el estigma por ser personas trans no se exceptúa en España. Ya que también aquí han atravesado momentos de discriminación: “Una vez cuando me quería atender en un hospital de Sant Cugat. En una llamada telefónica, un médico por mi voz dudó de mi identidad. Yo después reclamé que eso era transfobia. Pero ellos trataron de minimizar el asunto: ‘no pasa nada’, y solo me cambiaron de doctor. Siempre relacionan la voz con tu identidad sexual, muchas veces me han tratado de él y he tenido que corregirlos”, menciona Regina. También asegura que la discriminaron en una peluquería: “No me quisieron atender, porque decían que mis manos y uñas eran muy grandes. No me dejaban de mirar y se reían de mí”.

Mientras que Melanny es más frontal en ese tema: “Siempre te vas a encontrar con un idiota. Por ejemplo, cuando usan mi nombre legal. Yo siempre pido que me llamen por mi apellido, no por mi nombre. Una vez una doctora me llamó por mi nombre legal y yo la increpé: ‘¿por qué no sigue el protocolo?’. Al final me tuvo que pedir disculpas. Siempre va a haber momentos en donde hay algún tipo de discriminación”.

Según datos de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) publicados en el Boletín Oficial del Estado Español en 2023; en España solo en el año 2020, el 42% de las personas LGTBI se han sentido discriminadas. A menudo, la discriminación se convierte en agresión: el 8% de las personas LGTBI en España han sido atacadas en los últimos 5 años. En relación con las personas trans, los datos son más alarmantes aún: El 63% de las personas trans encuestadas en España manifiesta haberse sentido discriminadas en diferentes ámbitos, como el laboral (34%), sanitario y servicios sociales (39%), y educativo (37%).

Como se menciona en el Boletín Estatal, La discriminación hacia las personas trans también se da el ámbito laboral: “Buscando trabajo, también me han discriminado. Había anuncios que decían que eran inclusivos con las personas LGTBI, pero cuando me presentaba y les decía que era una mujer trans, buscaban cualquier excusa para no contratarme”, afirma Regina. A la vez que Melanny ratifica la falta de oportunidades laborales para las personas trans: “Para una mujer trans que quiere trabajar en un puesto, las plazas son muy limitadas. Si ya de por sí es muy complicado conseguir trabajo en España, imagínate la situación de las mujeres y hombres trans, que encima son migrantes. Es muy complicado.”

Ambas coinciden en que las subvenciones estatales son las que le ayudan a conseguir empleo, pero a la vez les genera una dependencia muy difícil de desprenderse: “Te hacen demasiado dependiente de los programas gubernamentales. No te dan las armas para defenderte sola”, se queja Regina. Mientras Melanny hace un análisis más profundo: “Nosotras no salimos de las subvenciones. Nos dan trabajo porque el Estado subvenciona nuestro puesto. Porque el Estado le paga a la empresa para que nos contrate. Pero cuando se acaba esa subvención, no nos vuelven a contratar. Y no quieren, no es que no puedan, no quieren contratarnos. Hay tantos casos de mujeres trans que han trabajado bajo esos programas de subvención, y en donde las empresas no han vuelto a contratarlas después de cumplir el contrato. Si la empresa necesita a esa persona, ¿por qué no recontratarla? Ya tiene la experiencia. Si no hay subvención, no nos toman en cuenta. Si no obligan al empresario o empresa a contratarnos, no nos contratan. Que nos contraten por lo que somos, por lo que podemos ofrecer como trabajadoras. No porque haya una ley que les obligue o por una subvención. Eso reduce más la brecha de la oportunidad”.

Melanny no cree que las oportunidades que les dan sean genuinas: “Yo siento que aquí puede haber más oportunidades. ¿Pero hay más oportunidades porque realmente nos quieren o nos ven como personas, o hay algún beneficio de por medio para la empresa o el empresario que nos contrata?”.

Regina también denuncia la discriminación que ha sufrido para encontrar un lugar donde vivir: “En la búsqueda de una habitación o piso, cuando ponen que son amigables con las personas LGTBI es por pura fachada. Muchos no te aceptan por ser mujer trans”.  Asimismo, afirma que también la han discriminado por otros aspectos: “Acá se fijan un poco más en el físico, si estás gordita, si eres latina, etc. Yo por ejemplo sí he notado la discriminación por ser obesa. Aquí en España hay mucha gordofobia. ‘Estás muy gorda, comes mucha masa, mucha harina’, me dicen”.

En contraste, la situación de las mujeres trans en materia de salud, según las entrevistadas, ha venido mejorando: “En el tema de salud no he tenido grandes problemas. Estoy en una lista de espera para la reasignación de sexo, que yo entiendo que demora porque hay muchas personas trans en lo mismo” relata Regina. No obstante, reclama que aún hay mucha desinformación en el campo: “Muchas trabajadoras sociales te aceptan como mujer trans, pero te siguen viendo como un hombre, y ni siquiera tienen conocimiento del tema. No saben qué proceso lleva una mujer trans, etc. Hay demasiada desinformación”.

Por su lado, Melanny afirma que es un caso atípico de éxito en la obtención de apoyo de las instituciones: “Barcelona está más ordenada con el tema sanitario y empadronamiento para mujeres trans. Yo he pasado por instituciones como ACATHI, STOP, Lloc de la Dona, SAIER, entre otras. Y todas me han ayudado de alguna manera. ACATHI y SAIER me dieron casa y alimentación, por ejemplo”. A pesar de eso, ella asegura que su caso es inusual: “Todo lo que he conseguido ha sido por suerte. Esto no pasa con todas las mujeres trans. Yo conozco casos de mujeres trans que no tienen donde dormir y viven en las calles. Por ejemplo, hace poco vi a una mujer trans que pedía que le ayudaran a regresar a su país, porque no tenía dónde quedarse. Andaba sin techo, sin comer bien, y había sido arrastrada a la prostitución”.

Por otro lado, Regina y Melanny son conscientes de que, en el tema de la identidad legal, las mujeres trans migrantes aún tienen camino por recorrer. En ese aspecto, Regina indica que “la Ley de Identidad de Género no está contemplada para personas migrantes. Eso lo tienen que hacer desde sus países de origen”. De ese modo, Melanny ratifica su versión: “No puedo pedir el cambio de nombre porque todavía no tengo residencia, mientras tanto no podemos. Las mujeres trans migrantes tenemos el derecho al cambio de nombre legal cuando seamos residentes, antes no”.

Finalmente, Melanny deja una recomendación importante hacia las personas trans que llegan a España: “Una chica trans que ya está aquí tiene que buscar ayuda, saber a dónde ir, informarse e insistir”. Mientras que Regina aboga por la igualdad de oportunidades en España: “Las personas trans tenemos la misma capacidad que cualquier persona heterosexual. Hay que quitarnos el estigma de que las mujeres trans sólo tenemos derecho a ser peluqueras o trabajadoras sexuales. También podemos hacer otras cosas. Debemos tener la oportunidad de conseguir un buen trabajo, un ambiente laboral inclusivo y una sociedad más inclusiva”.

Base legal de los derechos de las personas trans

Social

La Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, condena toda discriminación directa o indirecta hacia personas no heterosexuales.  A nivel Europa, en el artículo 14 del Convenio Europeo de Derechos Humanos se prohíbe la discriminación por cuestiones relacionadas con la identidad de género.

Salud

Según la Ley 4/2023, se garantiza la atención sanitaria integral a personas trans. La atención se realizará conforme a los principios de no patologización, autonomía, decisión y consentimiento informados, no discriminación, asistencia integral, calidad, especialización, proximidad y no segregación. Asimismo, los tratamientos hormonales y quirúrgicos para las personas trans se han incorporado a la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y a la cartera de servicios complementarios de algunas comunidades autónomas.

Trabajo

De acuerdo a la Ley 4/2023, el Ministerio de Trabajo y Economía Social debe diseñar medidas de acción positiva para la mejora de la empleabilidad de las personas trans y planes específicos para el fomento del empleo de este colectivo. En la elaboración de dichas medidas o planes, se tendrán en cuenta las necesidades específicas de las mujeres trans. Asimismo, las Administraciones Públicas, en el ámbito de sus respectivas competencias, adoptarán las medidas necesarias para impulsar la integración sociolaboral de las personas trans.

Nombre

La Ley 4/2023 indica que las personas extranjeras que acrediten la imposibilidad legal de llevar a efecto la rectificación registral relativa al sexo y al nombre, siempre que cumplan los requisitos de legitimación de esta Ley, podrán interesar la rectificación de la mención del sexo y el cambio del nombre en los documentos que se les expidan. Además, el Convenio Europeo de Derechos Humanos ha instado a que se garantice el cambio registral del sexo sin el requisito previo de sufrir procedimientos médicos, tales como una operación de reasignación sexual o una terapia hormonal.

Vivienda

En concordancia con la Ley 4/2023, los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para la prevención del sinhogarismo entre personas LGTBI. Estas medidas tendrán como foco la detección precoz para prevenir situaciones de sinhogarismo que puedan sufrir las personas LGTBI. Para ello, promoverán la cooperación de los ministerios y administraciones competentes para la búsqueda de soluciones y para la detección precoz del sinhogarismo en personas LGTBI. Por tanto, todas las personas LGTBI en España tienen derecho a tener un techo digno.