Es indiscutible que la pobreza está estrechamente ligada a la salud de las personas en términos generales y, específicamente, en el ámbito de la salud mental. La desigualdad socioeconómica se convierte en uno de los principales factores de riesgo ante esta cuestión, tal y como diversos estudios avalan. Asimismo, fruto de la sociedad patriarcal en la que vivimos, las desigualdades sociales y estructurales de género tienen un impacto clarísimo en el estado de salud de las mujeres, aún más expuestas a sufrir alguna problemática de salud mental.
Ésta es la realidad de gran parte de las mujeres que se acercan a la Fundació Surt, donde en los últimos años hemos observado cómo se han agravado las situaciones de precariedad de las mujeres y cómo éstas presentan un empeoramiento generalizado de su salud mental, muy especialmente los colectivos más vulnerables en los que confluyen múltiples ejes de discriminación, como las mujeres migradas, racializadas o madres de familias monoparentales. Estrés, ansiedad, depresión, conductas suicidas, aislamiento social, aumento de adicciones a sustancias, son algunos de los impactos de la pobreza que identificamos entre las mujeres atendidas y que dificultan los procesos de empoderamiento. Es el caso, por ejemplo, de las participantes en el programa Obrint Portes, donde más del 60% presentan bloqueos, malestares emocionales y problemas de salud mental derivados de la situación de precariedad.
Ante este contexto, el programa plantea un enfoque integral centrado en facilitar procesos de empoderamiento económico y personal arraigados a una intervención comunitaria que fomente la creación de red y la implicación en espacios de apoyo mutuo, poniendo al mismo tiempo el foco en facilitar herramientas útiles para la mejora de su salud mental y emocional que posibiliten el desarrollo exitoso de procesos más amplios, así como la reducción de las barreras de acceso a servicios.
En este sentido, el programa propone diferentes estrategias que van desde el acompañamiento individual a la generación de espacios grupales orientados a la exploración, conexión y comprensión de las emociones y la gestión saludable de las mismas. Las Cápsulas de Primeros Auxilios Emocionales se convierten en espacios seguros y de confianza para las mujeres, para expresar y trabajar sus malestares y problemáticas a través de dinámicas y técnicas de relajación y expresión creativa con el acompañamiento de una profesional experta.
Como parte de la estrategia reparadora pero también preventiva, la iniciativa promueve la vinculación con la comunidad, facilitando el conocimiento y el acceso a recursos y oportunidades de participación en iniciativas y proyectos comunitarios. Este tipo de procesos son lentos y los resultados se ven a largo plazo, la experiencia nos indica que se convierten en procesos realmente transformadores ya que no sólo abren la puerta a la creación de vínculos de apoyo sino que resultan mecanismos privilegiados para la mejora de la autoestima, crecimiento personal y superación de barreras culturales y sociales.


